Pudimos probar el HyperX SoloCast y determinar que en la carrera de micrófonos de calidad, se ganó el puesto como el pocket más potente de todos.
La carrera entre los micrófonos gamers llego a un punto donde, si bien sigue habiendo diferencia entre los mas caros y los más baratos, la calidad ya tocó un standard que, siempre que hablemos de marcas reconocidas, es difícil que decepcione en la mayoría de los casos. Entre streamers, creadores de contenido o gamers, el dilema pasó a ser “¿cuál es el micrófono que realmente necesito?”. Que el precio, que los graves, que los patrones polares, que si es o no cardioide… HyperX SoloCast llega para resolver todas tus dudas.
En una nota anterior, te presentamos a este micrófono en su cuestión más técnica, y ahora te traemos una reseña luego de haberlo utilizado. Siempre que te hablamos de HyperX hacemos mención en la característica precio/calidad y no es algo en vano. El SoloCast es uno de los grandes ejemplos de la marca entre esas dos cuestiones. Al momento de escribir esta nota, el micrófono tiene un valor de unos $9.600 pesos argentinos.
El diseño es perfecto si necesitas espacio en tu escritorio. Tiene un aspecto profesional por donde lo mires, es sobrio sin parecer un micrófono orientado a empresas o gente con otras responsabilidades que no sean las de jugar o crear contenido. Es profesional por la forma, el tamaño, la distribución de cada elemento que lo compone, pero no por eso pierde ese aspecto tan moderno que siempre proponen los productos de la marca. A esta altura, está claro que HyperX sabe cómo hacer para que sus productos se vean y se sientan geniales.
Con el micrófono viene un soporte. Este es lo suficientemente pesado en la base como para mantenerlo en posición vertical, incluso si lo golpeamos sin querer. Muchos otros que utilizan como base el clásico trípode, no tienen la misma estabilidad. Además, cuenta con una variedad de ángulos y posiciones, incluyendo un ángulo de inclinación vertical que nos permite apuntar el micrófono hacia nuestra boca si lo creemos necesario o si tenemos el micrófono más lejos de lo que nos gustaría.
La base también gira en ángulos de 45 grados y ofrece 180 grados de rotación en total, algo muy llamativo para el rango del precio. Sin embargo, en nuestra experiencia, en el primer uso encontramos la posición justa para nuestro escritorio y la disposición de nuestro setup, y una vez que lo pusimos en su lugar, nunca más tuvimos que moverlo. Quizás para alguien que transporta el micrófono y trabaja en diferentes lugares donde tenga que adaptarlo, este detalle sea utilizado mucho mejor.
El toque final para su uso, creemos, es utilizarlo con un brazo articulado, incluso de esos de poco costo que no soportan mucho peso. Esto lo que va a permitir es poder tener el micrófono cerca de nuestra boca y apuntando hacia nosotros, algo que mejora el uso no solo en este micrófono, sino en todos. Lo bueno en particular del HyperX SoloCast es que su peso y tamaño son perfectos para esto. Los brazos de baja gama que podrían sostener tranquilamente al SoloCast sin caerse tienen un rango de precio de entre $2000 o $3000 pesos argentinos, mientras que los profesionales que soportan mucho peso (imagen tener que soportan un Blue Yeti, por ejemplo) cuestan alrededor de $15.000 pesos argentinos.
SoloCast suena muy bien. Y no es algo exagerado, realmente suena al nivel de su hermano mayor, el QuadCast. Casi no hay diferencias de sonido, sobre todo si lo vas a usar con Twitch, Discord o plataformas similares, que todas ella producen alguna perdida en la calidad del sonido. En ese caso, es imperceptible. Si vamos a grabar un podcast por ejemplo, donde antes de subir el contenido lo podemos editar, habría que tener un oído muy refinado para notar realmente la diferencia. Por eso decíamos: con un precio más que accesible, tenemos una gran calidad para nuestros proyectos.
El único y pequeño problema que encontramos es que, si no usamos un brazo y mantenemos el micrófono sobre el escritorio, de alguna forma absorbe las pequeñas vibraciones que se produzcan sobre él, sobre todo si contamos con un teclado mecánico. El QuadCast, ejemplo que mencionamos antes, resuelve este problema con la amortiguación que existe entre el soporte y el micrófono, donde la vibración que se pueda generar sobre la superficie en la que está apoyado se termina cancelando.
El botón táctil para silenciar el micrófono creo que es uno de sus puntos más fuertes. A diferencia de otras marcas que tienen un botón físico o algún tipo de switch o interruptor, el SoloCast tiene ese botón táctil que no genera ningún tipo de ruido y que está señalizado por una luz que nos permite saber cuándo estamos muteados y cuándo no. A más de uno seguramente les pasó de estar haciendo alguna transmisión en vivo o charlando en Discord como si nada, para luego de varios minutos darse cuenta que habían cancelado el sonido y estaban hablando sin que nadie los pudiese escuchar.
Para muchos, el Razer Seiren Mini era el micrófono pocket por excelencia, pero el HyperX SoloCast le saca el puesto según nuestra percepción. Puede que sea un poquito más caro, pero en calidad de sonido lo supera y, si hablamos de un micrófono, este punto es el que más influye. El micrófono de HyperX, para ir terminando, no necesita software adicional para configurar su sonido. Es un micrófono con el que tranquilamente podemos grabar o hacer directos y obtener un sonido de gran calidad.