El primer (y único) GTA de Nintendo DS es una obra maestra de la tecnología que nadie quiso jugar y le trajo mil problemas a sus respectivas empresas. Conocé por qué Grand Theft Auto: Chinatown Wars es un juego condenado al olvido.
En Juegos Condenados contamos la historia de proyectos desastrosos que cambiaron la historia del gaming. Los que fundieron estudios, los que arruinaron series, los que vivirán para siempre en la infamia. Algunos son fracasos, otros son joyas ocultas, pero todos… están condenados. Hoy: Grand Theft Auto Chinatown Wars (Nintendo DS, 2009)
Nadie va a discutirlo: Grand Theft Auto es una de las mejores series de videojuegos de todos los tiempos. Desde aquel legendario GTA 3 de PlayStation 2, la saga no tuvo una sola entrega de mala calidad, y aunque hoy vamos a hablar de un juego condenado, eso no quiere decir que no sea bueno. Todo lo contrario.
Porque Grand Theft Auto: Chinatown Wars para Nintendo DS es un milagro de la tecnología. Una ciudad entera metida en una consola portátil que nunca había tenido un verdadero juego de mundo abierto. Una aventura de 10 horas, con 20 más de actividades paralelas. Y hasta una historia original ambientada en el mundo de Liberty City, escrita por el mismísimo Dan Houser.
Y aún con todo jugándole a favor, GTA: Chinatown Wars fue uno de los fracasos más grandes de la historia de Rockstar, lleno de errores que nunca más van a volver a cometer.
LA EMPRESA: Rockstar Games
En los últimos 7 años, Rockstar Games lanzó exactamente dos juegos nuevos: Grand Theft Auto V en 2013 y Red Dead Redemption 2 a fines de 2018. Esta economía de lanzamientos hace que nos olvidemos que hubo una época en la que dos, tres, cuatro juegos por año llevaban el sello de Rockstar.
Entre el lanzamiento de GTA: San Andreas (2004) y GTA IV (2008), Rockstar experimentó con una saga de juegos paralelos para PSP, la primera consola portátil de Sony.
GTA: Liberty City Stories el juego de portátiles, creado casi con los sobrantes de entregas anteriores, fue un gran negocio… pero, honestamente, no era muy bueno.
GTA: Liberty City Stories salió en 2005, el mismo año del lanzamiento de la portátil en Estados Unidos y fue un éxito inmediato: uno de cada dos usuarios de PSP compró el juego. Y entre todas sus versiones, esta aventura paralela llegó a vender 11 millones de unidades.
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Este juego de portátiles, creado casi con los sobrantes de entregas anteriores, fue un gran negocio… pero, honestamente, no era muy bueno.
Las críticas de la época son positivas, pero parecen más impresionadas por el hecho de jugar un GTA en una portátil que por el simplificado diseño de misiones y la historia que parecía casi una “fan fiction” de los originales. Al año siguiente salió GTA: Vice City Stories, y aunque los críticos ya no estaban impresionados y las ventas fueron más bajas, Rockstar iba a seguir apostando a las portátiles.
Y esta vez, iban a viajar a la tierra mágica de Mario y Luigi con una valija llena de acción, sexo y violencia.
Y drogas. Muchas drogas.
EL JUEGO: Grand Theft Auto: Chinatown Wars
Chinatown Wars no fue el primer GTA en salir en una consola de Nintendo. En 1999 habían publicado una versión despojada, casi injugable para Game Boy Color, basada en el juego original de PC. Fue un capricho casi inexplicable de los dueños de Rockstar de ese momento, y tiene bien merecido su puesto entre los peores juegos de aquella noble portátil.
Años después, el mismo día en que GTA: San Andreas llegaba a PlayStation 2, Rockstar demostró no haber aprendido nada y lanzó otro papelón. En este caso, un juego muy similar llamado simplemente Grand Theft Auto, exclusivo de Game Boy Advance, la portátil de moda en ese momento. No sólo era malo, no sólo era imposible de jugar, sino que andaba a unos 10 cuadros por segundo. La trifuerza del horror.
Estas versiones de Grand Theft Auto habían sido casi un insulto para los gamers de Nintendo, y Rockstar no podía volver a faltar el respeto a la que gracias al éxito de Wii y DS se había vuelto la compañía de hardware más poderosa del momento.
Entonces, en vez de hacer lo obvio y aprobar un “San Andreas Stories” para PSP, el cofundador de Rockstar y guionista de toda la saga Dan Houser decidió cambiar los planes. Houser se presentó personalmente en el estudio Rockstar Leeds para crear lo que idealmente sería el inicio de una nueva franquicia. O como dijo en una extraña declaración para revista Edge:
“Hacer un juego específicamente pensando en una portátil es como cortar la tela para que encaje en el cuerpo que la podés poner. El desafío es hacer algo que funciona y está optimizado para el hardware, pero que a la vez siga siendo GTA, con un mundo abierto, y una buena densidad de población.”
La prensa dudaba de la capacidad de Houser de cumplir esas promesas, pero las primeras visitas al estudio disiparon toda duda.
El desarrollo de Chinatown Wars había forzado al máximo las habilidades de los programadores del estudio. Cada aspecto de GTA había sido repensado para las limitaciones de Nintendo DS, y cada problema al parecer imposible de superar había sido solucionado de forma elegante.
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En vez de una cámara 3D controlable por el jugador, había un punto de vista isométrico fijo y una cámara dinámica que siempre se ajustaba al mejor ángulo. Como el espacio de un cartucho era menor que el de un DVD, las secuencias cinemáticas tenían la estética de los cómics de las pantallas de carga de los juegos “grandes” de la serie. Las misiones duraban solo minutos para adaptarse a las sesiones de juego más cortas de DS.
A pesar de que Nintendo DS no tenía joystick análogo, Chinatown Wars ofrecía pura acción. Cada acción criminal tenía su propio minijuego que usaba el “stylus”, la pluma de DS. Los tiroteos eran asistidos por la inteligencia artificial, que también asistía de forma automática el auto para que, a pesar de la falta de precisión de los controles, se mantenga derecho en las rutas más angostas. Como una mano mágica que ajustaba el camino del jugador.
Cada acción criminal tenía su propio minijuego que usaba el “stylus”, la pluma de DS y los tiroteos eran asistidos por la inteligencia artificial.
Según Houser, todos los cambios eran superficiales pero la esencia no se perdía. Es más: Nintendo había pedido que GTA siga siendo GTA, lo que significaba una calificación “M” para mayores de 18 años, por escenas de violencia, situaciones sexuales, y un pequeño detalle: un extenso minijuego en el que el jugador podía traficar drogas. Cada una con su nombre real.
LA CONDENA: El arte del marketing
Unos días después de esa entrevista, el diario inglés The Sun publicó una conversación con un tal Darren Gold, de la organización antidrogas Drugsline, que, sí, suena más a una red social de dealers que a un centro de recuperación.
Gold se quejaba (sin ver el juego, por supuesto) de que glamorizar el tráfico de drogas a un público infantil podía resultar peligroso y aunque su entrevista fue, por supuesto, ignorada por el resto de los medios masivos, la prensa gamer no habló de otra cosa en toda esa semana.
Estas jugadas de marketing son un clásico de Rockstar. Desde el primer juego de la serie, el estudio había trabajado con el infame publicista Max Clifford para “plantar” publicidad negativa que, a los ojos del gamer sediento de sangre, era garantía de calidad.
Y cualquier publicidad era importante, ya que por mucho entusiasmo que Houser le pusiera, GTA: Chinatown Wars estaba en problemas.
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El tour de prensa de Houser (que odia dar entrevistas) era imprescindible, porque el lanzamiento de las primeras fotos en la revista Nintendo Power había generado furia en los fans. Las imágenes estáticas se veían (hay que decirlo) tan mal como las de los GTA de Game Boy. Y tan solo meses después del triunfo de Grand Theft Auto IV, parecía una locura volver al estilo de caricatura que la serie había abandonado una década antes.
Todos los anticipos coincidían en que jugarlo se sentía tan bien como cualquier otro GTA. Pero en las fotos parecía un dibujo hecho en crayones por un nene particularmente violento.
El primer avance en video salió el 26 de febrero de 2009, sólo veinte días antes del lanzamiento del juego. Nunca una buena señal.
Rockstar no satura con fotos y tráilers, pero con Chinatown Wars estuvieron lentos. El primer avance en video salió el 26 de febrero de 2009, sólo veinte días antes del lanzamiento del juego. Nunca una buena señal, en especial cuando el tráiler consistía de 45 segundos de animación con el juego visto a través de micropantallitas con forma de astillas. Y esto antes de que YouTube sea HD.
Debajo del video todavía se ven los comentarios quejándose de la cámara isométrica, de la poca información y de la estética del juego. El marketing del misterio y la polémica de Rockstar estaba fallando.
Las críticas tenían que ser perfectas, o Houser podría tener entre manos lo impensable: el primer fracaso de alto perfil con el nombre Grand Theft Auto.
EL FRACASO: Problemas de percepción
Pero las críticas fueron excelentes. Nueves y dieces por todas partes, y a la hora de hacer el promedio en el todopoderoso sitio Metacritic, el veredicto no podía ser mejor: con 93 puntos Grand Theft Auto Chinatown Wars era el juego con mejores críticas de la historia de Nintendo DS. Es más, lo sigue siendo.
Las ventas, entonces, tenían que ser igual de buenas. GTA: Liberty City Stories había vendido 450.000 unidades en su primera semana cuando sólo había dos millones de PSP en Estados Unidos. Nintendo DS, en cambio, estaba en su mejor momento, y en el país existían al menos 40 millones de estas portátiles. Los números tenían que ser, como mínimo, tan sólidos como los de las versiones de PSP.
Las críticas fueron excelentes. Nueves y dieces por todas partes, y a la hora de hacer el promedio en el todopoderoso sitio Metacritic, el veredicto no podía ser mejor: con 93 puntos
La cifra final fue matadora: 90.000 unidades en el primer mes, un humillante segundo puesto contra los 800.000 que había vendido en el mismo período Pokémon Platino. Los números no levantaban y a fines de abril, cadenas como Amazon y Best Buy no sabían cómo quitarse el juego de encima y lo vendían con descuentos de entre el 20 y 40 por ciento.
Rockstar nunca admitió abiertamente que el juego era un fracaso. Reggie Fils-Aime, presidente de Nintendo de América, puso un toque de optimismo y dijo que mientras la empresa siguiera haciendo marketing, el juego iba a poder crecer. “Las ventas del primer mes no son tan importantes mientras el producto sea de buena calidad”, comentó, “Hay un futuro para los juegos para mayores de 18 años en Nintendo DS.”
La cifra final fue matadora: 90.000 unidades en el primer mes, un humillante segundo puesto contra los 800.000 que había vendido en el mismo período Pokémon Platino
A pesar de ese tibio entusiasmo, GTA: Chinatown Wars ya estaba condenado. A fin de año el cartucho no había movido ni 250.000 unidades, y la directora de marketing de la empresa parecía furiosa con Rockstar. “Es frustrante, francamente”, declaró a MTV a fines de 2009. “No podés lanzar un juego, meter dos avisos en la tele y olvidarte.”
Y sin embargo, eso es exactamente lo que Rockstar hizo cuando vio que Chinatown Wars nunca iba a levantar.
EL RESCATE: Una joya que seguirá olvidada
Chinatown Wars salió en varias plataformas más. PSP a fines del mismo 2009, iOS en 2010, Android en 2014. Estas últimas dos conversiones ni siquiera se hicieron internamente en la empresa, pero son completamente funcionales. El juego se puede comprar, y funciona perfectamente bien.
Las críticas no estaban equivocadas. GTA: Chinatown Wars no es lo mejor de la franquicia, pero es un gran juego de mundo abierto, en especial teniendo en cuenta las capacidades de las plataformas elegidas.
Ahora ¿es exactamente un Grand Theft Auto?
Son tantos los compromisos, tantos los cambios necesarios para ser un buen juego nativo de portátil, que la sensación es cualquiera menos la que provoca jugar un GTA.
Las críticas no estaban equivocadas. GTA: Chinatown Wars no es lo mejor de la franquicia, pero es un gran juego de mundo abierto, en especial teniendo en cuenta las capacidades de las plataformas elegidas.
La perspectiva fija, el shooting automático, los controles asistidos, los minijuegos con pantalla táctil, las secuencias cinemáticas sin voces, las radios sin canciones… el atractivo de Grand Theft Auto va más allá del concepto del mundo abierto, y ahí es donde Chinatown Wars, sin ser nunca un mal juego, falla.
Como cada juego condenado, GTA: Chinatown Wars tiene sus defensores. Y en este caso la excepción confirma la regla, ya que tienen toda la razón.
Y también es comprensible la razón por la que (a diferencia de los juegos originales de PSP) Rockstar jamás ha remasterizado este juego ni lo ha llevado a otras plataformas.
Simplemente, no es un GTA.