Esta semana Instagram agregó una función que asustó a muchos: a partir de ahora la aplicación envía notificaciones cada vez que alguien saca capturas de (algunas) de nuestras fotos.
Durante el fin de semana aparecieron los primeros tweets de usuarios alarmados por la nueva incorporación a la lista de funciones de Instagram y en un primer momento se pensó lo peor: que cada vez que tomemos una captura de pantalla de fotos de otro usuario, éste reciba una notificación automática que no sólo avisa que alguien lo hizo, sino también con nuestro nombre de usuario. Miles de stalkers alrededor del mundo empezaron a correr en círculos, pero luego se confirmó que no era algo tan alarmante.
En la última actualización a las historias de Instagram incluyeron un cambio que lo acerca cada vez más a Snapchat. Cuando creamos una historia también abrimos la puerta a recibir mensajes privados directamente desde ahí. Estos mensajes son tan temporales como las fotos y videos que subamos y son el blanco de esta modificación. Las únicas capturas que generan notificaciones son las que se hagan de los mensajes privados temporales de las historias.
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Entre todo el revuelo de la revelación de esta noticia, muchos usuarios se acusaron entre sí de mentir, ya que no todos los podían acceder a esta función. Esto se debe a que, como es el caso de muchas aplicaciones y servicios, Instagram realiza pruebas del tipo A/B, en las que solo una parte de los usuarios experimenta con las nuevas adiciones antes de que sean implementadas para todos.
Aunque todo esto parezca para muchos una especie de violación de la privacidad, esta maniobra que fue introducida inicialmente en Snapchat y que ahora llegó a Instagram es justamente todo lo contrario. Lo último que cualquiera querría sería que una foto temporal, privada y potencialmente sensible salga a la luz después de, por ejemplo, circular entre grupos de amigos.