The Handmaid’s Tale terminó su primera temporada y está en boca de todos. Analizamos el show de TV basado en el libro de Margaret Atwood, en la siguiente nota.
The Handmaid’s Tale debutó el 26 de abril de este 2017 y con su capítulo piloto “Offred” sorprendió a una multitud. La serie está basada en el libro de Margaret Atwood publicado en 1985. Esta adaptación fue realizada por Bruce Miller y producida por MGM Television y Hulu. En este artículo vamos a analizar el fenómeno que provoca la serie que llegó para quedarse. Lo haremos teniendo como eje solo el primer capítulo, así que no hay spoilers.
Lo primero que podemos resaltar es que The Handmaid’s Tale hace una crítica social pocas veces vista en el mundo de las series. Enmarcada.. ¿en un futuro? Puede ser. Pero lo que vemos tranquilamente puede pasar mañana mismo. En una situación histórica donde la fertilidad en la mujer baja a números inimaginables. Pocas damas son capaces de quedar embarazadas. La clase alta toma decisiones frente a esto, claro, sabiendo siempre fueron los que dominaron en este mundo. Pero esa decisiones son trasgresoras e impactantes: secuestrar a toda mujer fértil y obligarla a ser violada por un comandante (político y de clase alta). Todo parece muy chocante, pero lo peor está por venir…
Cuando estas mujeres están secuestradas y bajo el poder del gobierno, son obligadas a tomar “clases”, a ser adoctrinadas por una maestra que se hace llamar Aunt (tía) Lydia. Aunque no lo crean, esta profesora tiene una de las misiones mas hostiles de The Handmaid’s Tale. Hacer creer a esas mujeres que tiene que ser violadas por el bien de la humanidad, que cualquier objeción es su culpa y tendrá consecuencias. La psicología utilizada de la peor manera posible.
En la ceremonia (así llaman a la violación en The Handmaid’s Tale) están involucradas las parejas también. Es decir, la esposa es parte fundamental en cuerpo y alma de este hecho. ¿Por qué no nombramos al hombre todavía? Porque la serie quiere mostrar que el hombre es tan culpable como la mujer. No solo hay un esquema patriarcal del lado del sexo masculino, sino también hay y existen mujeres machistas. Lo mas chocante es que está todo montado y mostrado como si lo que ocurriese es normal y está bien.
Hasta ahora repasamos la obra de Margaret Atwood, lo argumentativo. Pasemos a lo audiovisual que no se queda ni un centímetro atrás. Lo que mas atrae son los colores, la paleta de pasteles que se termina definiendo en post-producción es uno de los grandes aciertos. Hace notar la normalidad de lo que se cuenta y ayuda a que los personajes -y los espectadores- crean que los hechos aberrantes que suceden son algo común y corriente.
Los planos y el montaje van de la mano con el argumento de The Handmaid’s Tale. Cuando se produce la ceremonia (violación) entre el esposo y esposa hacia la mujer fértil, se utilizan planos tradicionales que sirven para contar cualquier historia básica. No hay travellings para mostrar violencia u otros recursos de cámara para hacer notar un mal momento del personaje. Todo aparenta normal. Además, utiliza constantemente la técnica de Flashbacks como vemos por ejemplo en Lost, Arrow, Orange Is The New Black, etc. Este recurso reflexivo está muy bien montado, muestra analogías de situaciones similares antes y después de esta dictadura.
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Está contado todo del punto de vista de June/Offred rompiendo la cuarta pared y hablando de su situación. Quien la interpreta es la gran actriz Elisabeth Moss, que la conocimos por su reconocido papel de Peggy en Mad Men. ¡Si ella no interpreta a una mujer fuerte, no vale! Es la que lucha contra toda esta situación, frente al sistema, al machismo (del hombre y de la mujer), al patriarcado. ¿Te parece que hay alguna relación con la vida real? Esto es lo que la hace atractiva y única a The Handmaid’s Tale.
Por suerte después de emitir su episodio final, “Night”, confirmaron que a The Handmaid’s Tale fue renovada para una segunda temporada. Podés ver la serie a través de Hulu. Y si ya la viste, contanos qué te pareció en la sección de comentarios más abajo.