Review Middle-Earth: Shadow of War – combates, acrobacias y sangre de orco

Shadow of War, lo nuevo de Monolith Productions, nos lleva de regreso a la Tierra Media para cazar orcos y Uruk-hai con un sistema de combate renovado. Conocé qué trae de nuevo e interesante este juego, ¡en esta nota!

Shadow of War es la secuela de uno de los mejores juegos que acompañó a la actual generación de consolas en su lanzamiento, Shadow of Mordor. Esta nueva entrega en la serie (PlayStation 4, PC y Xbox One) viene a repetir la fórmula, pero con un par de adiciones que resultan en un juego mucho más pulido. Afilá tus armas y pulí tus anillos mientras nos acompañás en esta reseña.

Middle-Earth: Shadow of Mordor fue un juego de 2014 que tomaba lugar en la Tierra Media de Tolkien, la misma de El Señor De Los Anillos, pero antes de los eventos narrados en el libro. En este juego controlábamos a Talion, capitán de la guardia de Gondor, quien caía en batalla pero revivía en busca de venganza al fusionar su espíritu con Celebrimbor. Este último es un artífice elfo, creador de los anillos de poder élficos (como el que usa Galadriel). Este repaso viene a colación porque Shadow of War se basa completamente en los hechos del primer juego para contar su historia.

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En el final de Shadow of Mordor (Spoiler, obviamente) se ve a Talion y Celebrimbor hacer las pases y decidir que se enfrentarían a Sauron las veces que haga falta… e incluso crearían un nuevo Anillo Único. Al principio de Shadow of War, efectivamente lo logran, pero lo pierden casi de inmediato porque si no, no habría juego. Esto nos da a los jugadores la excusa para volver a empezar de abajo a recuperar poder, enfrentar orcos y Uruk-Hai, ganar influencia, y luchar la guerra a nuestro modo. Como se puede apreciar, todo esto no encaja de ningún modo con el legendario de Tolkien (¿DOS anillos únicos?), pero es excusa suficiente para recorrer un mapa enorme, buscar objetos, y disfrutar de un combate estilo Batman: Arkham que mejora todo lo que el primer juego propuso.

Es un juego de mundo abierto, en donde en solo un par de horas podés acceder a las 5 zonas del juego para explorar libremente. En oposición al gris y aburrido Mordor del primer juego, ahora hay montañas heladas, densos pantanos, el interior de un volcán o Minas Morgul, cada uno con mucha personalidad visual. Cada uno está lleno de secretos y objetos coleccionables, paredes para escalar, y lugares para escabullirnos mientras buscamos tesoros de los elfos y otras razas de la Tierra Media. Y sin embargo, y a pesar de lo complejo del legendario, locaciones, y arte, la gran estrella son los villanos: los orcos, y el renovado sistema Némesis.

Lo brillante de Shadow of War es que ningún jugador tendrá la misma experiencia que otro al vivir este título. Los Uruk-Hai tienen jerarquías, y los enemigos más poderosos tienen nombres, apodos y personalidades generados al azar, pero también se forman de este modo sus fortalezas y debilidades. Cada enemigo es único y para derribarlo podés buscar a sus lacayos para que te informen de sus características, o incluso te ayuden en combate. Por su parte, si un orco te derrota, verá su rango incrementado y sumará nuevas fortalezas por lo que ir y cobrarte venganza será cada vez más complicado. Todas estas características estaban presentes en el primer juego, pero ahora regresan con un par de vueltas de tuerca.

En el primer juego, los enemigos eran básicamente orcos, los caragor (los animales estilo tigre) y los trolls gigantes. La gran adición en Shadow of War son los temibles Nazgûl, los espectros del anillo, que son casi siempre jefes invulnerables a los que sólo podés dañar con algún movimiento muy particular. La otra gran adición son las fortalezas, las cuáles tenes que invadir con tu propio ejército de orcos que personalizas antes de los asaltos, y muestran de a 100 a 200 orcos en pantalla repartiéndose hachazos. Los jugadores lucharemos con nuestros capitanes de nuestro lado, y armas de asedio. En esta situación de descontrol deberemos llegar hasta la sala del trono a derrotar a un poderoso Uruk-Hai, a veces rodeados de fuego, efectos de veneno, o más situaciones que agregan tensión al combate: estos momentos son la excusa real por la que reclutar orcos para tu ejército vale la pena y hacen toda la diferencia en el mundo.

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Shadow of War tiene un modo multiplayer, que es bastante único por no ser ni cooperativo ni un aburrido deathmatch donde matás otros jugadores. Cuando tomes una fortaleza, vas a poder nutrirla con tus generales orcos y sus fuerzas, y estas van a aparecer en los mundos de otros jugadores para que ellos se enfrenten a tus personajes. Tus orcos no van a “morir” en estos enfrentamientos, pero sí te van a dar puntos por “demorar” a otros jugadores que se traducen en recompensas para vos. Incluso, podés mejorar el nivel de tus orcos enviándolos en misiones y entrenandolos cual si fueran Pokémon.

Un tema ineludible cuando se habla de Shadow of War son las microtransacciones y loot boxes que te dan mejor armadura y armas a cambio de dinero real. Lo primero que queremos recomendar es que no las compres. Estas dan recompensas sin necesidad de matar orcos, pero matar orcos es la razón por la que jugamos en primer lugar – estarías pagando para no jugar tu juego. Además, aunque sacar el buen ending tiene una serie de requerimientos donde pareciera que es esencial poner plata para conseguir buen equipo, lo cierto es que es mucho más seguro y efectivo obtener recompensas a través del modo online.

Quien dijo que las segundas partes no son buenas, nunca vio Terminator 2 ni jugó Middle- Earth: Shadow of War. Los creadores entendieron a la perfección todas las cosas buenas de la primer entrega y eliminaron muchas de las malas para traernos una experiencia mucho más variada y pulida, mejor en todo sentido. Eso sí, puristas de Tolkien abstenerse – el juego rompe tantos cráneos de Uruk-Hai como el canon del Silmarillion, y las contradicciones son moneda corriente en una historia que no es particularmente interesante. Pero, si estás acá por el gameplay, exploración y las vistas espectaculares, bañate en sangre de orco porque no vas a encontrar un juego mejor.

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