A pesar de la mala prensa que recibió durante su concepción, Infinite Warfare al fin está entre nosotros. Tuvimos la oportunidad de probar el último shooter de la larga franquicia de Call of Duty y te contamos todas nuestras impresiones, ¡en esta nota!
Este nuevo título de la saga es, probablemente, el underdog del estudio. Desde el vamos, Infinite Warfare tomó el aspecto futurista incluido en las últimas entregas y lo llevó al límite. El modo campaña es fiel reflejo de esa decisión. En sí, se presenta como un conflicto bélico por la falta de recursos en la Tierra y cómo un grupo de rebeldes –atascados en los pasillos de la base de la luna o en arenas ubicadas en otras órbitas-, liderados por el Almirante Salen Kotch (interpretado por Kit Harington de Game of Thrones), intentan hacerse de ellos para complicarles la vida y, a su vez, al personaje principal, el Capitán Nick Reyes. Kotch aparece pocas veces en el transcurso del juego, principalmente en videos de propaganda con frases como “la libertad es cobardía” y “la muerte no es ninguna desgracia”.
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Si bien suena a historia trillada, la actuación de los personajes fue muy bien llevada a cabo. Tanto así que te importa si Reyes o alguien de la tripulación muere, se logra ese nexo entre jugador y personaje que parecía olvidado. Pero lamentablemente, lo que gana por un lado la historia del juego, lo pierde un poco en la repetitividad. Infinite Warfare opta más por los combates espaciales más que en tierra y si bien se ve genial volar naves, la realidad es que llega un punto en el que la dinámica se hace aburrida a pesar de la velocidad en la que se realizan las batallas. En especial cuando el ritmo del game es errático, con un comienzo lento que te deja con ganas de más cuando llega a su fin.
Una característica completamente nueva de este Call of Duty son las misiones opcionales en el modo campaña. En general, el objetivo de las misiones suele ser infiltrarse en una nave enemiga a pie o enfrentarse en el espacio con otras naves. Quizá el gran defecto es que a veces se sienten como relleno para matar el tiempo y alargar la historia por un par de horas más, lo que da como resultado un intento fallido de aliviar la linealidad tan presente en cada campaña.
Pero algo que destaca de Infinite Warfare es cómo juega el entorno. El hecho de que la acción se desarrolle en su mayoría en el espacio y en un futuro incierto, significa que hubo varias modificaciones a lo que se refiere a armas y su uso en los entornos. Desde el vamos, el rol de la gravedad, o la falta de ella; el uso del jet-pack para moverse de lugar a lugar; la posibilidad de controlar robots enemigos para cubrirse; las consecuencias de romper una ventana de una nave y las infaltables granadas anti-gravedad son un gran ejemplo.
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Entre misión y misión, Reyes va a volver a The Retribution. Similar a Mass Effect, la nave va a funcionar como Hub dónde se va a poder explorar. O, simplemente quedarte en tu habitación, escuchar las noticias y revisar los logs. Cada tanto pasar por la armería para escoger los loadouts para cada misión y elegir con qué misión seguir.
De la campaña tenemos que pasar al modo multijugador. La modalidad que nunca faltó en ningún CoD, no falla en Infinite Warfare pero tampoco suma mucho. El multiplayer es un eco del Call of Duty: Black Ops III con un giro futurista. Algunos sistemas como “Elegí 10”, la personalización de personajes y equipamiento o las bonificaciones por encadenar bajas sin morir siguen presentes, pero no hay cambios suficientes en relación a la innovación. Sin embargo, un elemento que se toma en cuenta de la campaña es el uso del jetpack. El diseño de niveles lo acompaña a la perfección con diferentes atajos y vías de escape para flanquear a los enemigos. Pero más allá de eso, nos encontramos una vez más ante la fórmula presentada en anteriores entregas.
Uno de los nuevos modos multijugador es Frontline, y busca imitar un poco la jugabilidad de Team Fortress 2. Cada equipo aparecerá en una base en cada extremo del mapa, y deberán defenderlas a toda costa. Es un cambio interesante a los ya clásicos Capture the Flag o Team Deathmatch, pero lamentablemente no hay una concurrencia suficiente por lo que tendremos que esperar mucho tiempo hasta encontrar una partida.
También nos encontramos con el modo zombies, y en esta ocasión llega con el nombre Zombies in Spaceland: un recorrido por un parque de diversiones que parece sacado de una película de terror de clase B de los 80′s. Los cuatro protagonistas (que pueden ser utilizados por un grupo de jugadores en cooperativo) representan lo cliché de la época, como si se tratara de diferentes alumnos de una universidad.
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La estética del parque, las diferentes atracciones e incluso las armas a disposición son un tributo a las viejas épocas. Uno de los grandes detalles de este modo se hace presente en el momento de nuestro muerte, ya que en vez de pasar a un modo espectador, somos teletransportados a un arcade donde podemos disfrutar de algunos clásicos de Activision. Lo interesante es que además de matar el tiempo, si llegamos a una cantidad determinada de puntos volveremos a la vida. Esto es una práctica diferente a lo que estamos acostumbrados, y acompaña un poco al homenaje de Zombies in Spaceland.
Si bien podemos recorrer el mapa libremente (e incluso participar de diferentes actividades en el camino), no deja de tratarse de sólo una localización. Y mientras que el modo zombies continúa como un emblema en cada Call of Duty, no podemos dejar de pensar en que una versión standalone al estilo Left 4 Dead sería un éxito.
Un detalle de Infinite Warfare es que viene con la versión remasterizada de Call of Duty 4: Modern Warfare. La actualización del juego de Infinity War lanzado en 2007 vuelve luego de 9 años. Y, como no podía ser de otra manera, esta versión se adapta a los gráficos de la nueva generación. También se sumaron nuevas animaciones, escenarios con más detalle y mejoras en los personajes (Soap McTavish y el Teniente Price). La otra pata de esta remasterización está en el sonido, Raven Software añadió mayor profundidad en el audio.
En esta nueva versión se incluyeron un total de 10 mapas multijugador, todos ellos provenientes del título original, a los que se sumarán 6 más el próximo mes de diciembre sin coste adicional. Si sos de los que jugó cada entrega de Call of Duty, esta remasterización será un golpe a la nostalgia. Todavía no se vende por separado sino que unicamente se consigue en conjunto con Infinite Warfare.
Call of Duty: Infinite Warfare pudo haber sido mal recibido desde el momento cero. Sin embargo, los elementos que lo hacen parte de la familia de los CoD siguen presentes, y dan como resultado un shooter que si bien no es perfecto, no deja de ser entretenido. El título de Infinity Ward y Activision se encuentra disponible en Playstation 4, Xbox One y PC.