La ONU pide censurar imágenes eróticas en Japón

El famoso organismo internacional elevó en su momento una queja al gobierno japonés pidiendo que prohíba todo tipo de ilustraciones de contenido sexual infantil en videojuegos, manga y anime. Sin embargo el tema llegó a una instancia compleja cuando se habló del papel de la mujer en estos asuntos. Todos los detalles, ¡en esta nota! 

Hoy en día, Japón se encuentra en una encrucijada con nada más y nada menos que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), debido a una queja que viene generando disputas con respecto a imágenes sexuales accesibles al público en medios de entretenimiento, en este caso en particular, manga, anime y videojuegos.

Si bien Japón ha complejizado y mejorado su legislación en cuestiones como por ejemplo la penalización a ciudadanos que posean fotos y videos pornográficos con menores, lo que se ha ganado en su momento el aplauso del organismo, no ha intervenido en el mundo de la animación y el cómic japonés, famoso por contener, entre su gran variedad de propuestas, un espacio para personajes mayormente femeninos y aniñados en situaciones sexuales a veces explícitas.

En su momento, Maud de Boer-Buquicchio, representante de la ONU y ferviente luchadora contra la prostitución, el tráfico infantil y la pornografía con menores de edad, consideró que Japón tiene algunos puntos sin resolver en sus leyes, y eso abre camino a la venta de material erótico de tipo infantil: “Todo esto suponen, evidentemente, actividades lucrativas”, comentó Boer-Buquicchio, y agregó que “lo preocupante es que esta tendencia parece estar socialmente aceptada y tolerada”.

Lo cierto es que, en el país del sol naciente es muy común encontrar en sus productos a mujeres adolescentes o pre púberes con aspecto inocente en poses sugerentes y/o sexuales explícitas, pero como en la mayoría de los casos se les censuran sus genitales, la ley japonesa considera que no se está rompiendo ninguna regla al promoverlo. Sin embargo, esta situación es el mayor detonante para que el conflicto legal explote, ya que al censurarse toda imagen sexual de carácter infantil también desaparecerían las famosas “Lolis”, personajes femeninos de aspecto aniñado muy insertos en la cultura japonesa.

Ante esta complicada situación, el Instituto de Medios Culturales de las Mujeres Japonesas (WICMC) se ha puesto firme y ha enviado un comunicado dejando en claro su indignación con el pedido de censura explícito por parte de la ONU.

Con respecto a la situación particular de la mujer y sus derechos, afirman que están “absolutamente de acuerdo en la protección de los derechos de las mujeres en Japón, es un tema realmente importante”, pero por otro lado creen “que debe evaluarse cuidadosa y seriamente si las medidas adoptadas son válidas o no para así garantizar esta protección”.

La WICMC además sostuvo: “Nuestra respuesta es un NO absoluto[…] La naturaleza del manga y de los videojuegos no pone en peligro los derechos de las personas reales; por tanto, no tiene sentido. Son campos creativos que las propias mujeres consumen y la prohibición de su venta sería la creación de una nueva vía de sexismo hacia las mujeres. Debemos centrarnos en atacar los problemas reales que afectan a las mujeres. La prohibición de la expresión y del comercio basada únicamente en los sentimientos no debe ser tolerada. Los sentimientos varían según el individuo o su región y la sociedad segmentada de su cultura”.

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Entre las voces reconocidas en el ambiente artístico japonés que se han levantado en contra de la censura propuesta por la ONU, se encuentra la autora del poema “Kaze to ki no uta” (Poema del viento y los árboles), que además de protestar para reivindicar tanto su trabajo como el de sus compañeros, afirma que sus productos son válidos para el consumo del público al que se dirige.

Por último, y para aclarar que todo material que circula en Japón se encuentra totalmente clasificado para que el consumidor pueda elegir por propia voluntad, la WICMC insistió en que nadie gana nada en el caso de prohibir ciertos productos basándose en su contenido visual, y recalca que cada persona es libre de elegir qué es y qué no es apropiado para su consumo.

Al momento la ONU no ha enviado un nuevo comunicado al respecto, sin embargo muchos usuarios en internet se han manifestado en favor de la determinación de la WICMC, generando un debate que todavía sigue creciendo y una pregunta que cala en boca de todos: Al fin y al cabo ¿cuál es el límite?

Por Débora Tamara Schvartz para Cultura Geek.

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