Un grupo de científicos logró generar hologramas en 3D como los imaginó George Lucas en la saga Star Wars. Conocé cómo funciona esta tecnología, y más detalles, ¡en esta nota!
Los científicos de la Universidad de Brigham lograron producir una imagen que ocupa espacio tridimensional y que puede ser vista de cualquier ángulo. Esta tecnología es única, y lo hace más avanzado que un holograma, que tiene soporte para un único ángulo de visión.
De acuerdo a un informe de la revista Nature, la tecnología funciona básicamente como una impresora 3D, pero en el aire. Mediante lasers los científicos lograron visualizar una partícula de celulosa, pudieron controlar su movimiento y proyectar un color en ella mientras se movía a través del espacio.
Las imágenes generadas con esta tecnología dan la ilusión de movimiento ya que la partícula se mueve demasiado rápido como para que el ojo humano pueda identificarla. Las figuras creadas por esta tecnología están producidas a tal velocidad que no se aprecia la partícula individual sino una linea continua en el espacio en desarrollo.
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Esto nos recuerda a Star Wars, cuando los personajes mandan sus mensajes a través de imágenes tridimensionales. La reproducción de la imagen ocupa un espacio tridimensional, por lo que se le denomina volumétrica. Este tipo de tecnología puede ser vista desde cualquier ángulo a diferencia de los hologramas, que solo pueden ser vistos bajo algunas condiciones.
“Nos referimos a esto coloquialmente como el proyecto de la Princesa Leia. Nuestro grupo tiene la misión de tomar muestras en 3D de la ciencia ficción y hacerlas realidad. Hemos creado una pantalla que es capaz de hacer eso“, comenta Daniel Smalley, experto en Holografía y parte del equipo científico.
Se pudieron lograr colores RGB tipo full color (24 bits) mediante una fuente láser multicolor que ilumina a la micropartícula mientras sigue su trayectoria. Por ahora solo son imágenes de pocos milímetros cúbicos cuya calidad depende mucho del ángulo de visión, todo esto en etapas tempranas.
Todavía este prototipo presenta muchos problemas prácticos. Uno de los más importante es que no funciona al aire libre, sin un sistema que aísle del flujo de aire a la partícula atrapada (el viento puede expulsarla de la trampa). Según los creadores, el sistema soporta el pequeño flujo de aire asociada al movimiento de las manos cerca de la trampa, e incluso a la respiración suave del investigador. A esto se suman otras fallas que todavía no logran ajustar al sistema, pero los sistemas tridimensionales cada día están mas cerca.