Bravely Default, el mejor JRPG de la Nintendo 3DS, tiene un apartado musical a cargo de Revo que hace mucho más que reflejar el momento. Te contamos qué y por qué es especial, ¡en esta nota!
Allá por 2012, había rumores de que la PS4 y eventual Xbox One llegarían pronto, y era el punto en que los JRPGs eran considerados un artefacto de otra época que no se habían sabido modernizar. En ese contexto, las portátiles parecían el único lugar donde jugaríamos juegos de este tipo en el futuro. En ese contexto llegó Bravely Default, un juego que surgió como una suerte de sucesor espiritual de Final Fantasy: The 4 Heroes of Light, que era un sentido tributo a los juegos de 8 bits de la saga. Para cuando llegó el turno de homenajear a la era de los 16 bits, el proyecto comenzó a crecer, mutar y transformarse de forma tal que dejó de lado toda relación con Final Fantasy, salvo su genial sistema de trabajos… y la importancia de la música.
¿Bravely qué?
Bravely Default tiene montones de puntos en común con Final Fantasy, entre los que destaca su énfasis en “encontrar los cuatro cristales”, y al igual que pasaba en FFV, obtener “trabajos” a lo largo del viaje. Estos, a nivel jugabilidad nos dotaban de una serie de características y un espacio blanco personalizable para llevar talentos de otros trabajos que hayamos comenzado a subir de nivel. De este modo, se podía hacer un caballero que haga magia blanca, un monje que use armadura o un mago negro que blanda dobles cuchillos, entre otros ejemplos. Hasta ahí, todo muy Final Fantasy, pero la gracia era que además se podía manipular el sistema de turnos en una forma que era absolutamente única. Tanto fue así que le dio nombre al juego y separó de la saga más conocida de Square Enix.
En el juego, además de las acciones como ataque, magia, ítem, escapar y demás acciones de cada trabajo, se suman dos comandos: default y brave. Con Default, lo que hacés es ponerte en posición defensiva y acumular turnos. Con brave podés descargar tus turnos acumulados a la vez para tener varias acciones simultáneas. Para hacer más picante la situación, cuando cumplas ciertos requerimientos podés soltar un modo especial donde tus personajes son más fuertes, y ahí es donde entra en juego el aspecto que separa a este título de otros RPGs: el uso que hace de la música.
Revo, el titán que ataca
Si hacés un tributo a Final Fantasy, un aspecto que no podés descuidar es la música. Sin embargo, ¿a quién ponés para que reemplace al genial, brillante, supremo Nobuo Uematsu? Y no, Koji Kondo no puede porque está ocupado con los juegos que hace para Nintendo.
La respuesta la encontraron en forma de Revo, el líder del grupo japonés Sound Horizon. Si te suena conocido, posiblemente necesites una ducha porque sos otaku: sí, es la banda que compuso casi todos los openings de Attack on Titan (¡sasageyooo, sasageyooo!). Sin embargo, en esta instancia, Revo hizo menos metal de fantasía y un soundtrack más tradicional para un juego de este tipo. Sí, hay guitarras eléctricas y percusión en los temas de batalla, pero el juego en general también usa instrumentos tradicionales europeos para dar esa onda exótica europea – bah, exótica si sos japonés.
Revo, a lo largo del juego utiliza muchísimo los leitmotiv. Esto en música se refiere a una secuencia de al menos tres notas que se repite muchas veces y forma un “motivo”. Es común en el cine, en la opera, y por supuesto, en los videojuegos. El ejemplo más conocido en la cultura pop posiblemente sea en El Señor de Los Anillos, cuando muchas veces a lo largo de las tres películas oís con diferente instrumentación la melodía de La Comunidad Del Anillo.
En este sentido, la canción aparece y se desvanece en varias escenas con diferentes intensidades y diferentes instrumentos. Depende, por ejemplo, de qué tan solo esté un personaje, como reflejo de su estado de emoción, pero lo que siempre representa es su determinación. Este es un proceso subconsciente para el público, pero un proceso muy consciente de los compositores para darle peso a las escenas e informar a la audiencia sin tener que explicar todo con palabras.
El uso de leitmotivs en Bravely Default es constante: todo el juego se trata de romper un ciclo, un bucle temporal (ey, ¿esto es una referencia a Final Fantasy 1?) así que no solo se repiten las canciones, sino que a veces pedazos de otras canciones aparecen dentro de otras. Y es increíblemente elegante. El tema principal del juego, el de su apertura, suena con variantes en cinemáticas, en el mapa del mundo. Sin que te des cuenta, eventualmente lo terminas tarareando y asociando con la aventura. Esta es la misma reacción que Revo busca con los temas musicales que representan a tus protagonistas. Cada vez que hacés tu movimiento especial, suena la melodía del que encabeza la embestida contra los enemigos. Los temas te pueden gustar o no, pero todos están fundamentados y usados de formas increíblemente únicas.
Tiz, el protagonista, está representado por una flauta. El personaje es un chico de campo que se ve sumido en una aventura más grande de lo que jamás imaginaba. Así que por eso tiene el más “simple” de todos los instrumentos.
Agnes, la mujer de fe, es la más clásica de todos los personajes, y como típica heroína de historia de fantasía europea, el instrumento que más se ajusta es el violín. En su movimiento especial incluso se usa ritmo de 3/4, como un vals – bien tradicional.
Edea es básicamente la más rebelde del grupo: una noble que se lleva mal con sus padres, y decide ayudar a los héroes. Por eso, su canción es la que suena más rockera, y la que tiene el instrumento más moderno de todos: un saxo.
Ringabell es el personaje de todo RPG que perdió la memoria, y su pasado será un misterio buena parte del juego. Sin embargo, el tipo es un galán, mujeriego y un pirata. Por eso le toca el instrumento más fiestero de todos: un acordeón. Dale, ¡si hasta suena cuartetero!
Las cuatro canciones de cada uno de nuestros héroes representa a cada uno en su mejor momento, y en este momento pasa algo único. Tus poderes mejorados duran no una cantidad de turnos, sino justamente mientras dura la música, por lo que vale la pena usar todos tus turnos acumulados en ese momento. Cabe destacar que tenés aproximadamente 85 segundos con cada uno.
Pero, la cosa no termina ahí: si antes de que termine la canción, largas el especial con un segundo personaje, la cadena aumenta y podés conectar los beneficios anteriores con los nuevos. Así, por cada uno de los cuatro héroes: terminás completamente consciente de cada segundo de la melodía para poder aprovechar el poco tiempo que tenés al máximo, y haciendo combos imposiblemente poderosos. La genialidad de Bravely Default es que no existe otro juego que ate jugabilidad y música de este modo, es algo que ninguna otra saga replicó.
El giro único de Uroboros, The Serpent That Devours The Horizon
Quedate tranquilo, no te vamos a hacer spoilers de la trama si hasta acá te dieron ganas de jugarlo. Sin embargo, este spoiler musical quizás te arruine uno de los más climáticos momentos del juego. Si seguís leyendo y consideras que esto son spoilers, es bajo tu propia responsabilidad: vamos a hablar del boss final y el ritmo mecánico de la pelea, del tema que suena abajo en concreto.
Si te preguntas para qué te hablamos de leitmotiv, de las canciones de los personajes y de sus personalidades es porque todo se junta en esta canción, y es acá donde Revo hace su jugada maestra. Uroboros es el peligro más importante al que te enfrentaste hasta ese momento. Cuando arranca la canción parece un típico tema con coros épicos, guitarras eléctricas, algo que no desentonaría con cualquier Final Fantasy. Con tus mejores trabajos, niveles más altos y mejor configuración intentás enfrentarte a la serpiente que devora el horizonte. Pero tus ataques especiales no funcionan. Es más, el boss es invencible, y en esta primera etapa no le podés ganar. Esto, con música dinámica, es lo que podés escuchar a partir de alrededor de los 3:40 en la canción.
Pero, como esto es un JRPG tus personajes encuentran una fuerza inesperada y de la melancolía de la derrota, Revo nos lleva a un crescendo hasta que la música estalla en los 4:40. Lo que suena ahí es la canción de cada uno de los personajes conectada una detrás de la otra. Esto es increíble porque reconoces a cada una, y la sensación que da es increíblemente empoderante.
Sin embargo, incluso musicalmente es complicadísimo: ¿cómo metieron los 3/4 de Agnes con los 4/4 de los demás y la rítmica imposible de Ringabel? Ahí te das cuenta: todo el juego está escrito en la misma clave y por eso las melodías fluyen una dentro de la otra. La batería nunca cambia de ritmo así que oímos fragmentos, secuencias y pasajes hasta que todo estalla en, ahora sí, el tema principal del juego que tantas, tantísimas veces oíste, a partir de los 5:20. Esta versión es increíblemente épica y te vas a encontrar con que tenés tu pequeña 3DS clavada con garras y pezuñas. Si no nos creés que emociona, fijate el video en vivo. Por cierto, Revo está ahí tocando: es el psicótico del acordeón, obviamente.
Revo, con este trabajo, se convirtió en uno de los tipos que hizo algo más único con la banda de sonido en los últimos años. Es el trabajo de él lo que realmente le da fuerza a Bravely Default para no ser un clon de Final Fantasy, sino un juego con una propuesta increíblemente única, capaz de pararse por sí misma. Hasta ahora le valió una secuela directa (Bravely Second), y una secuela numerada (Bravely Default II). Por suerte, a Revo le está yendo muy bien como compositor de anime con Sound Horizon, pero así y todo se hizo tiempo para seguir trabajando con Square Enix en BD2. Quizás, un giro maestro como el que realizó en el primer juego sea único e irrepetible, al menos con toda la frescura que tuvo en su debut. Sin embargo, nomás que se le haya ocurrido hacerlo una vez, es para aplaudirlo toda una vida.