The Last Guardian, la más reciente aventura del genial Fumito Ueda, está a punto de salir a la venta y Cultura Geek lo pudo probar antes que nadie. Conocé los detalles y nuestras impresiones del juego, ¡en esta nota!
Vivimos en un mundo donde Final Fantasy XV es una realidad, Owlboy fue presentado, y The Last Guardian finalmente saldrá a la venta el 6 de diciembre. Este título se reveló en 2007 como el sucesor de Shadow of the Colossus, uno de los juegos más aclamados de la PlayStation 2, pero estuvo desaparecido durante años hasta que volvió a dar señales de vida en una de las últimas E3.
A pesar de su desarrollo complicado, con años de silencio, y rumores de cancelaciones, The Last Guardian finalmente saldrá a la luz, y te va a contar la historia de un chico (a quien controlás) y una bestia llamada Trico. El relato empieza cuando el chico despierta en lo profundo de una cueva y ve a la enorme criatura al lado de él. Por su parte, el joven se da cuenta que su piel está completamente cubierta de tatuajes, sin ninguna explicación aparente. Resolver estos misterios va a requerir mucha paciencia, leer el ambiente y buscar respuestas por tu propia cuenta.
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Aunque en el juego controlas al chico, quien narra toda la aventura en primera persona con voz de adulto como si fueran sus memorias, el protagonista indiscutido es Trico. Este extraño animal es una mezcla de perro, gato, y grifo, y tiene comportamientos de los tres. Cuando el game empieza, la criatura está herida, y tiene lanzas clavadas en todo el cuerpo. Para poder escapar de esta habitación, el joven debe ganarse la confianza de Trico, primero le ofrece alimento para calmarlo, y luego le saca las lanzas de su cuerpo. Para eso, vas a tener que trepar a lugares, empujar palancas, y meterte por recovecos para llegar a donde necesites. Si bien al principio Trico te va a seguir de mala gana, ignorándote o yendo a donde él quiera, esto comienza a cambiar a medida que progresas en la historia.
Desde el principio se establece que la interacción entre el jugador y la criatura es la mecánica principal del juego: Trico y el joven deberán trabajar juntos para poder escapar de esta misteriosa prisión, mitad templo, mitad castillo en ruinas. El tono de este título es bastante similar al de ICO – una contemplativa aventura donde no sos un super soldado o el guerrero elegido de los dioses, sino un chico que intenta escapar-. Por eso, a medida que progresas y te das cuenta que no estás solo en esta misteriosa prisión y que una serie de enemigos intentarán capturarte, te vas a dar cuenta que no tenés forma real de pelear. Por suerte, tu compañero Trico es gigante y tiene mucha fuerza, y tras ganarte su simpatía y cariño vas a poder depender de él para que te defienda.
El detalle acerca de Trico es que se comporta como una criatura real. Se nota que es un cachorro, y cuando “juega” con las plataformas y acepta que lo alimentes, tampoco controla su fuerza. Por ejemplo, cuando está peleando, si te cruzás por el medio vas a recibir devastadores golpes que te van a tirar al otro lado de la habitación, o si salta una plataforma y vos te cruzas en el medio, vas a sentir el impacto de la criatura, y su fuerza es apabullante. Incluso, varias veces después de pelear la poderosa bestia se queda intranquila y vas a tener que subirte a ella para acariciarla y que se calme. El punto es que si bien Trico es más fuerte, rápido y poderoso que vos, escapar de esta prisión va a requerir cooperación. El niño no puede pelear ni saltar enormes precipicios, pero el grifo-perro-gato no puede empujar palancas o abrir puertas. Es todo un gran trabajo en equipo.
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Mientras más tiempo pasen juntos en la aventura, más se van a compenetrar el chico y la bestia. Trico incluso aprende del modo en que te moves, escurrís por huecos y te colgas de los bordes, e incluso va a comenzar a aceptar tus ordenes. Cuando te subís al lomo de la criatura y mantenes R1, podés dar ordenes, apuntar a objetos, dar instrucciones para que salte, empuje, o se cuelgue para que vos puedas llegar a palancas o interruptores que no podrías acceder por tu cuenta. Esta es la mejor mecánica del juego, porque hace sentir al vínculo entre ambos personajes como algo real, que crecen juntos, y aún más importante, que se hacen amigos. El punto es que mientras mejor trates a Trico, más te va a hacer caso, y mejor ventaja podrás tomar de sus habilidades para evidenciar la conexión entre ambos. Para remarcar este punto ayuda mucho la música, que en contraposición a las estridentes y poderosas orquestas de Shadow of the Colossus cuenta con pianos e instrumentos más suaves, que ponen el tono a este viaje.
Como es un juego de autor, vas a notar que The Last Guardian le escapa a muchas convenciones de otros títulos. El juego se trata de las emociones y la interacción con el ambiente, y no vas a tener que buscar objetos coleccionables, seguir puntos en un mapa o desbloquear habilidades cuando subís de nivel. Si ocurre que vas a encontrar un par de herramientas que dan variedad al gameplay. Por ejemplo, en los primeros minutos de juego hay una especie de escudo que emite una luz, y a donde lo apuntes Trico disparará de forma involuntaria un rayo que puede quemar objetos o destruir puertas. El juego incorpora nuevas mecánicas a buen ritmo para mantener el gameplay variado, y constantemente te tira en nuevas habitaciones o espacios abiertos con puzzles únicos para mantener la variedad.
Si tenés que llevarte una idea de esta review, es que The Last Guardian es más ICO que Shadow of the Colossus. Se trata de una aventura llena de puzzles donde tu tarea no es “matar colosos” o sentirte un valiente guerrero, sino entablar una relación con un compañero único como ocurrió con Yorda o el caballo Agro. Este título es más parecido a Journey que otra cosa, donde vas a poder mirar el ambiente, y pensar soluciones para poder progresar mientras te sumís en un emocional viaje. Mientras te intentás ganar el corazón de Trico, la bestia sin duda se apoderará del tuyo. Sería muy raro que puedas jugar este juego sin sentir que te vas de este viaje sin un nuevo amigo, y ese es el verdadero triunfo de Fumito Ueda y todo Team ICO. Con la pureza de un corazón de oro, te vas a emocionar como si vieras una película de Pixar o Studio Ghibli – y esto no es apto para cínicos.