Sunday Gold es una estilizada aventura gráfica que, para no quedarse solo en eso, incluye mecánicas clásicas de algunos RPG y de títulos de sigilo, que lo transforma en una mezcla que no se siente equilibrada. Lo jugamos en PC y te contamos todo.
Hay títulos que, conscientes que son parte de un género sobrecargado de exponentes, intentan encontrar una vuelta de tuerca para diferenciarse del resto. Hay otros que no, que simplemente abrazan lo que son y apuestan a dar lo máximo que pueden sin entrar en comparaciones. Sunday Gold es de los primeros. Es una aventura gráfica con un estilo visual muy bien logrado pero que intenta absorber mecánicas de otros géneros para regalarle algo más a quienes estén del otro lado de la pantalla. En esta review lo jugamos en PC y te contamos todos los detalles.
BKOM Studios, los responsables detrás del desarrollo de Sunday Gold, ofrecen una mezcla de mecánicas de juego que, si bien busca regalar mayor entretenimiento, termina siendo un tanto desordenada por sentirse algo forzada. Como dijimos antes, es una aventura gráfica que suma las batallas por turnos de los RPG y un poco de sigilo.
El problema es que, al menos en nuestra experiencia, no se siente natural el paso de una mecánica a otra. Y que no se malinterprete, esto es una cuestión de gustos. Quizás sea que lo pausado y metódico de la investigación que propone la parte de la aventura gráfica, queda un tanto desconectada del resto de las dinámicas.
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Barry Hogan es el villano de turno, un multimillonario que lidera una empresa cuya actividad es de dudosa legalidad. Hay muchos involucrados generando dinero rompiendo las reglas que la ley impone y Sally, Frank y Gavin tienen que intentar detenerlos, mientras rompen toda esta cortina de ilegalidad. Toda la parte de exploración, de encontrar pruebas y de resolver puzzles tal como lo dicta la vieja escuela, manejan el criterio clásico de “apuntar y hacer click”. Quizás se hecha de menos la animación de los personajes caminando de un lado hacia otro, pero esos son solo detalles.
Y es raro, porque el aspecto visual es increíble, la paleta de colores, la oscuridad, el contraste con las luces de neón, los diseños en general destacan por su belleza y sus conceptos estilizados. Y si bien cada personaje tiene unas animaciones impecables, no caminan de un lado a otro. Por ejemplo, entramos a un bar. La escena muestra al bar desde adentro, y a nosotros parados en la puerta de entrada. Con el mouse podemos buscar algún elemento o persona para interactuar.
Hacemos click sobre lo que hayamos elegido, y un menú se despliega: podemos ir hacia ese lugar, examinar o buscar (y alguna acción más dependiendo el objeto). Cuando optamos por una acción que necesite estar cerca del objeto o persona, nuestro personaje no va a ir caminando desde la puerta donde se encuentra hasta ese lugar, sino que, mediante un efecto glitch, va a aparecer directamente en el lugar deseado. Como dijimos antes, son solo detalles, pero que, si los analizamos, son parte de una búsqueda.
¿Recuerda al mítico Maniac Mansion? Es uno de títulos más significativos del género aventuras gráficas lanzado en 1987 y creado por Ron Gilbert y Gary Winnick, empleados en aquel entonces de Lucasfilm Games. En él, debíamos elegir a tres personajes diferentes de un grupo de varios más. La idea era que cada uno tenía una cualidad diferente y nos iba a servir para superar diferentes partes del juego. Lógicamente, en aquel entonces, estas diferencias tenían un foco muchísimo menos elaborado. Sunday Gold toma la misma fórmula y dota a sus personajes de habilidades diferentes, aptitudes, por así decirlo.
Frank, por ejemplo, es un experto en abrir cerraduras. Gavin es un hacker que tiene la destreza de resolver los puzzles más numéricos. Sally, por su parte, es la fuerza bruta del grupo. Al momento de utilizar estas aptitudes, se van a desplegar unos minijuegos muy divertidos, aunque, para ser sinceros, con una dificultad bastante leve. Además, la cantidad de intentos que te da el juego para superarlos es bastante abundante. Lo bueno es que todo estoy contrasta muchas veces con la dificultad de los puzzles más generales, que, por momentos, pueden llegar a ser bastante frustrantes.
Otra variable se encuentra a la hora de resolver estos minijuegos. Aprovechar varios intentos puede atraer a la seguridad de los diferentes entornos, lo que va a dar pie a una pequeña persecución. Acá es donde entraría la parte del sigilo, pero todo es entre muchas comillas. El poder recorrer todos los entornos con plena libertad, sin factores determinantes que nos expongan, quitan cualquier tensión necesaria.
Y los momentos en que tenemos que entrar a la lucha cuerpo a cuerpo se siente casi como si estuviese predefinidos, sin ser sujetos a la casualidad o a nuestra forma de jugar. Sea como sea, la mayoría de las veces que esto suceda, es casi inevitable llegar a las luchas por turno. Quizás sea que los desarrolladores lo encontraron divertido, pero se corta toda la experiencia que un juego de sigilo puede ofrecer.
Estas batallas por turno, en un principio, están muy bien logradas y, mucho más importante, muy bien balanceadas para que realmente supongan un desafío. Cada personaje maneja su propia forma de luchar y diferentes armas. Hay que ir teniendo en cuenta la salud y los puntos de acción que tenemos disponibles, pero también la compostura del personaje, algo que se liga de forma muy cercana con la personalidad de cada uno.
En este sentido, los nervios que podemos tener frente a una batalla nos van a jugar en contra, limitando el tiempo para elegir una acción. Estas pequeñas variables que entran en juego con todos los personajes, son clave a la hora de que esta forma de gameplay no se vuelva repetitiva.
Sin embargo, las batallas contra los jefes carecen de todo este brillo y se hacen realmente frustrantes y aburridas. A causa de la frondosa defensa de cada uno y el manejo de las acciones, estas batallas pueden durar más de media hora de juego, y si bien como dijimos antes, hay diferentes variables que lo hacen dinámico, en más de media hora seguida todo se vuelve repetitivo, no hay forma de escaparle. El jefe final puede llegar a durar dos horas (hubo gente que hasta llego a estar tres horas batallando) y, nuevamente, estamos frente a uno de los puntos más flojos del juego.
Una vez inmerso en la historia y en sus mecánicas, cuando entendemos y aceptamos que esto es más que una simple aventura gráfica, este tipo de decisiones realmente se sienten arbitrarias. Estar más de media hora variando entre cuatro o cinco opciones para lograr siempre lo mismo, llega a saturar hasta al más paciente.
Lo de los puntos de acción y los puntos de habilidad de cada personaje llega un punto que se hace insostenible. Pasando la mitad del juego, si lograste hacer las cosas como se debe, te vas a dar cuenta que los enemigos contra los que te vas enfrentando tienen un nivel de puntos en general bastante similar al tuyo. Esto hace que las batallas no sean un desafío estratégico sino más bien una cuestión matemática.
Dicho de forma más simple: las batallas las sentimos totalmente en vano, solo terminan entorpeciendo la dinámica propuesta por el resto del juego, cuando los puzzles comienzan a ser cada vez más y, de la misma manera, portan una mayor dificultad. De nuevo, así como lo mencionamos con las batallas contras los jefes, una vez más el juego pierde ese hermoso balance que sabe tener en toda su primera parte.
En conclusión, lo mejor de Sunday Gold recae en su historia, en sus puzzles, y en esa variopinta diversidad que proponen todos los personajes, desde los principales hasta los enemigos, incluso muchas veces, personajes secundarios. El apartado visual es muy destacable, con un estilo comic muy notorio como base fundacional y muchas animaciones y efectos visuales que lo hacen realmente particular. El problema es cuando el juego reniega de ser solo una aventura gráfica e intenta ser algo más. Los puntos que al menos nosotros encontramos flojos recaen en este intento de ser “algo más”.
Como aventura gráfica es impecable, su método de investigación, los puzzles, la variedad de formas de resolverlos, y cómo todo está ligado a la historia. Lamentablemente, esos adicionales que lo alejan de solo ser una aventura gráfica se siente de más y no aportan esa originalidad que se pretende. Hay una demo jugable en Steam (Sunday Gold: Prologue), por si quieren ver de qué se trata.
FECHA DE LANZAMIENTO | 13 de octubre de 2022 |
DESARROLLADOR | BKOM Studios |
DISTRIBUIDOR | Team17 |
PLATAFORMAS | PC |