Review State of Mind: Un futuro complicado, un accidente y una búsqueda en dos mundos

State of Mind, el thriller futurista de Daedalic Entertainment, nos lleva hasta las entrañas de una conspiración mundial. ¡Enterate de qué se trata y leé nuestras impresiones en esta review!

 

En Cultura Geek jugamos State of Mind antes de su lanzamiento para contarte todo. Este game futurista fue desarrollado por el estudio alemán Daedalic Entertainment, conocido mayormente por sus aventuras gráficas tipo point and click.

En esta ocasión nos traen un thriller Sci- Fi en que el trans humanismo, la singularidad tecnológica, las conspiraciones y la superación de los límites humanos son algunos de los temas centrales que dan vida a este complejo futuro.

Nuestro viaje comienza con Richard Nolan, un periodista del medio ficticio The Voice, quien llega al hospital tras un accidente. Al despertar se encuentra con lagunas en sus recuerdos, su familia desaparecida, y una búsqueda que nos coloca en medio de una conspiración global entre dos mundos. Tiene como escenarios un mundo distópico en el Berlín del año 2048 y uno virtual utópico llamado City 5.

El mundo del juego está compuesto por escenarios que, en su mayoría, se conectan unos con otros mediante vehículos permitiendo al jugador ir y volver. Aunque algunas secciones son más abiertas que otras, el juego es mayormente lineal, y completamente guiado por la historia con áreas que se van abriendo a medida que avanzamos. A pesar de tener cierto grado de exploración, el mundo de State of Mind no es un sand box o un open world, como por ejemplo Deus Ex: Human revolution.

Los visores de realidad aumentada de los habitantes de este futuro distópico son la excusa perfecta para un HUD sobrio, que nos indica cuando y cómo podemos interactuar con los objetos del entorno y con otros personajes. Por otro lado, mezcla diferentes elementos de gameplay; en algunas secciones debemos investigar y recolectar objetos, completar mini juegos, o tener que pilotar diferentes tipos de drones.

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En cuanto a los personajes, el estudio se juega con un protagonista con el cual es fácil empatizar pero muy difícil encariñarse, no por una mala construcción sino más bien por todo lo contrario. Richard no es el héroe clásico del cuent, es un personaje mucho más oscuro con problemas humanos, debilidades, y un muy mal carácter que hace que se sienta todo más real. A pesar de estar centrado en la historia de Nolan, y los eventos en que está enredado, el juego nos pone en la piel de varios personajes diferentes y complejos con sus propias vidas y problemas.

La construcción de los personajes es bastante profunda y así también el mundo que contiene la historia y los personajes está sumergido en un trasfondo político y social que escala a medida que avanza el juego, y hace que, como en el caso de los personajes, se sienta más creíble.

En cuanto al apartado gráfico casi como DONTNOD hizo con Life is Strange, cuando vemos el mundo de lejos los gráficos se ven familiares pero en la proximidad y detalles es donde radica la diferencia. En lugar de bordes suaves y foto realismo State of Mind ofrece todo lo contrario, su estilo de arte se basa en polígonos y bordes afilados que tienen como objetivo representar el mundo fragmentado en el que Richard vive.

Por otro lado, ambos mundos, el real y el virtual, contrastan fuertemente uno con el otro, tanto en contenido como en su apartado gráfico. Berlín es un lugar frío y lleno de luces aunque depresivo y con muchos detalles, sus ciudadanos viven muchas veces al borde de la ley y son monitoreados constantemente. Mientras que City 5, el mundo virtual utópico, es un lugar cálido, ordenado y estéril donde todo es inquietantemente perfecto, después de todo es una utopía.

En lineas generales los controles funcionan muy bien aunque en los cambios de cámara cuesta mover al personaje y se sienta “tosco”. El State of Mind lo probamos con teclado y con un control de Xbox ONE, y en ambos casos la experiencia de juego fue muy buena.

El videojuego nos duró aproximadamente unas 14 horas, y posee diferentes finales en base a nuestras elecciones en el último tramo del juego. Y aunque son finales conceptualmente diferentes, las cinemáticas son las mismas en todos los casos. También podemos tomar decisiones a lo largo del juego que no inciden en el final pero que sí alteran el comportamiento de algún personaje permitiendo que exploremos un poco más sobre el trasfondo histórico.

Esto no es necesariamente negativo pero en una época en que estamos acostumbrados a juegos como Heavy Rain, Until dawn, o Detroit Become Human, inevitablemente se siente como un punto en contra. Aunque dicho esto los desarrolladores enfatizan en que no se trata de un juego de ramificaciones, sino una historia. Tampoco se nos da la posibilidad de elegir algunos aspectos en determinadas situaciones.

Es una gran aventura que en líneas generales es muy solida, aunque la dificultad de los puzzles del juego no es precisamente elevada, lo que es extraño para un estudio como Daedalic, pero es un viaje que vale la pena para todos los amantes de la ciencia ficción y el género Cyberpunk.

State of Mind sale a la venta el día 15 de agosto del corriente año para PC (Win/Mac/Linux) vía Steam, PlayStation 4, Nintendo Switch, y Xbox ONE.

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