En una mezcla de Tony Hawk’s Pro Skater con My Friend Pedro, Rollerdrome es un shooter original que propone grandes dosis de acción y adrenalina. Lo jugamos en PC y te contamos toda nuestra experiencia.
La soltura de saber mezclar varias ideas y que el resultado sea algo completamente distinto, es una virtud que vale la pena remarcar. La gente detrás de Roll7, la desarrolladora de Rollerdrome, tomó prestados varios conceptos. Por un lado, podemos incluir la recordada película de James Caan llamada Rollerball, con la que comparte una estética futurista muy similar. A eso, le tenemos que agregar la parte deportiva, que recuerda sobremanera a la saga Tony Hawk’s Pro Skater y, en lo que es la acción, juegos como My Friend Pedro, o por qué no el Super Hot son musas inspiradoras.
Luego de esta pequeña presentación que, creemos, compra a cualquier amante de los juegos que son caos absoluto, nos ponemos en contexto con la historia: Estamos en un futuro distópico, y la Federación Internacional de Rollerdrome organiza el Matterhorn, una competencia que propone atravesar doce mapas diferentes para lograr llegar a la meta.
Como jugadores, nos metemos en la piel de Kara Hassan, una novata que experimenta por primera vez dicha competencia, en la que no solo hay que patinar y hacer trucos dignos de Tony Hawk, sino que también tendremos que eliminar enemigos, esquivar disparos y recoger diferentes trofeos.
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Rollerdrome tiene una propuesta diferente frente a la habilidad del patinaje. En este juego, no vamos a tener que estar pendientes ni del equilibrio del personaje, ni caer en la posición correcta cuando hacemos alguna prueba en el aire. Kara, no importa el porqué, nunca va a caerse de sus patines. Hagamos lo que hagamos, el personaje que vemos en tercera persona va a girar en el lugar para acomodarse a la caída, como solía pasar en My Friend Pedro.
De esta forma, nos vamos a tener que preocupar por una cosa menos. Todo lo que es la acción, el hacer trucos para cargar balas o energía, y el hecho de recolectar los diferentes elementos para cumplir misiones, es todo lo que va a importar.
A pesar de que el juego parezca pensado para ser un gran multijugador online, la narrativa traza una línea que mantiene la vieja escuela, el clásico modo historia, y aunque lo que cuenta es claro y conciso, podemos afirmar que la historia no es su punto fuerte y lo único que hace es ser parte de un todo, dirigido principalmente por el gameplay y las mecánicas de juego. El juego te fuerza a estar atento a todo lo que te rodea. Los francotiradores van a estar pendientes todo el tiempo de tus movimientos, y cuando más de uno fija la mira sobre nuestro cuerpo, todo se trata de velocidad y reflejos.
Por su lado, el enemigo tanque sería uno que, justamente, sostiene un lanzacohetes. Los misiles son lentos pero teledirigidos, lo que nos permite destruirlos en el aire antes de que nos alcancen. También, y en una cantidad más elevada, vamos a encontrar a enemigos dispuestos sobre la pista que nos van a atacar cuerpo a cuerpo, solo cuando pasemos cerca de ellos.
Si se nos acaban las balas, tenemos que hacer un grind hasta que se llene el contador. Y si estamos con la energía baja, algunas volteretas por el aire nos ayudan a curarnos. Definitivamente, lo que no tenemos en cada partida es descanso. Es un juego completamente dinámico y entretenido que nos sorprendió gratamente.
Como decíamos, los reflejos son importantísimos en este título, aunque no tanto la estrategia. Literalmente, no vamos a tener tiempo de crear una, y vamos a tener que ir improvisando a medida que los enemigos van apareciendo. No hay tiempo para descansar: hay que examinar bien el entorno, cuidarnos de los peligros, y rápidamente ver cómo vamos a encarar el objetivo inmediato. Una vez superado, volver a repetir los mismos pasos en cuestión de segundos. En este aspecto, Rollerdrome no es un shooter como cualquier otro.
El aspecto visual es otro de los puntos fuertes. La paleta de colores apagada y los diseños en general, nos remontan a los cómics de los años 70s, y el cel-shading detallado ayuda a construir una estética que resulta muy cuidada. El aire a cómic que tienen los diseños, gracias también a las líneas más oscuras que rodean a todos los assets, nos indica que hay una búsqueda fuerte en el arte del juego, que logra destacarse por sí sola sin entrar en comparaciones. La música quizás no tiene tanta fuerza, pero acompaña a toda la estética con un synthwave bastante correcto que sabe hacer lo suyo.
Así como lo impuso el viejo y querido Max Payne o el impresionante Super Hot, tenemos la habilidad del “bullet time”. Seguramente acá le digan de otra forma, pero para nosotros, ralentizar el tiempo siempre va a ser un “bullet time”. Como sea, el juego le proporciona a nuestra protagonista dicha habilidad, que nos va a permitir una dosis de tiempo extra para realizar nuestros movimientos.
Si bien este concepto le agrega mucha epicidad al juego, y a veces es simplemente hermoso eliminar enemigos mientras estamos en el aire en cámara lenta, en otras tantas va a ser necesario para frenar un poco el caos que se amontona cuando varios enemigos nos están disparando al mismo tiempo y cuando varios misiles vienen hacia nosotros. Además, eliminar enemigos mientras activamos esta habilidad va a ser parte de las misiones que tenemos que cumplir en los diferentes niveles.
A simple vista, es verdad que el juego pareciera ser fácil, pero la dificultad, que va en aumento nivel tras nivel, es uno de los desafíos más importante por todas las variables que maneja. Cantidad limitada de municiones que constantemente tenemos que cuidar, energía, enemigos que nos intentan atacar cuerpo a cuerpo alrededor de la pista, francotiradores, lanzacohetes, y, como si fuese poco, tiempo limitado. El entrenamiento que tenemos al principio del juego no es nada comparado a lo que empezamos a experimentar una vez que nos metemos de lleno en la historia.
Lo bueno es que el juego tiene una balanceada sensación de progreso. Los retos que vamos desbloqueando partida a partida no solo nos dejan avanzar en la aventura, sino que, muchas veces, nos van a generar ganas de volver a jugar ese nivel que ya terminamos, para poder acceder a misiones que dejamos incompletas y que parecen ser no tan complicadas.
La rejugabilidad termina siendo un aliado. De la mano de todo esto, vamos a ir desbloqueando nuevas armas, cada vez más poderosas, que van a ayudar a que el espectáculo visual sea más y más épico, además de eliminar a nuestros enemigos de forma mucho más contundente.
Hay algunas configuraciones que permiten cambiar los modos de juego, por así decirle. Podemos hacer que las municiones sean infinitas, es decir, que nunca tengamos la tarea de recargar, así como también podemos hacer que no haya retos a conseguir durante la historia del juego. La verdad es que ambas opciones le quitan un poco la magia a toda la propuesta.
Rollerdrome es un juego que no tiene atajos. La única forma de mejorar y jugar cada vez mejor, es practicando una y otra vez. Podés tener más habilidad o menos para este tipo de juegos, pero sea como sea, cuanto más practiques, más épico va a ser todo y ahí está realmente la apuesta fuerte de Roll7.
Está claro que no es un título perfecto, pero teniendo en cuenta la propuesta, no hay muchas observaciones que se le pueda hacer a Rollerdrome. Es un juego de esos que no son pretenciosos ni buscan ser más de lo que pueden ser. Conoce bien sus límites a nivel tecnológico y, dentro de lo que pueda dar, lo da todo. Es un juego pulido, con una dificultad que propone un gran desafío y un balance entre la rejugabilidad y la historia principal que resulta más que interesante. Si quieren jugar algo distinto, lleno de acción y adrenalina, este pequeño gran juego es una buena apuesta.
FECHA DE LANZAMIENTO | 16 de agosto de 2022 |
DESARROLLADOR | Roll7 |
DISTRIBUIDOR | Private Division |
PLATAFORMAS | PC, PS4, PS5 |