Corsair lanzó su Ironclaw RGB Wireless hace un tiempo, y es un espectacular mouse wireless para gaming con RGB y tecnología Slipstream. Te contamos por qué deberías prestarle atención, ¡en esta nota!
Desde hace unos años que Corsair busca poner los periféricos inalámbricos al nivel de los cableados competitivos, y uno de los mejores ejemplos de esto es el Ironclaw RGB Wireless. Este es un mouse con una enorme batería y todos los fundamentales cubiertos para dar una performance que no tenga nada que envidiarle a un producto cableado tradicional. Este es un mouse grande, similar al Ironclaw RGB, que mide unos 13 centímetros y pesa unos 130 gramos para darte un agarre firme y cómodo.
El tamaño del Ironclaw RGB Wireless realmente hace que se sienta como si tuvieras un instrumentro de poder en tus manos. Su altura ayuda a que las manos descansen cómodas sobre el cuerpo y los dedos graviten a los botones sin que se desparramen por los costados. Es un diseño que en muchos sentidos te va a hacer acordar al Ironclaw original, del que toma su nombre. La cobertura plástica negra con agarres de goma a los lados deja espacio para descansar los dedos naturalmente, y usarlo es comodísimo (siempre obvio si sos diestro. Para zurdos no es recomendable).
Donde el Ironclaw RGB Wireless se empieza a diferenciar es en que tiene 10 botones, más que los 7 del original. Arriba del mouse tenemos cinco: los usuales click izquierdo y derecho, con switches Omron que garantizan 50 millones de pulsaciones, la rueda de mouse, y dos botones debajo de esta que permiten cambiar entre perfiles de configuración. Sobre el costado izquierdo, en vez de los dos botones de macro, te vas a encontrar con cinco botones que ocupan el espacio donde descansa tu pulgar. Los dos botones de macro están ahí, y son los más grandes y cómodos, y encima de ellos está el tercero que es una especie de “modo sniper”, un botón para bajar los DPI y clickear con precisión. Los últimos dos botones permiten configurar tres perfiles de DPI e intercambiar entre ellos.
El último factor a destacar del diseño es el que quizás sea el más obvio. Este es el Ironclaw RGB Wireless así que por supuesto que hay luces RGB. Como suele ocurrir en los modelos de este tipo, hay un logo en la base que se ilumina, y una luz debajo de la rueda de scroll. También hay un par al frente delantero, y luces al costado que son muy útiles para dar información de conectividad o perfil de DPI que estás usando. Todo esto es configurable y lo podés separar en grupos, o de forma individual con varios patrones. Tenés el modo donde brilla, donde parpadea, y varias opciones de color que en ningún momento se vuelven molestas o cansan los ojos, sino que más bien dan luz hacia adelante.
Slipstream garantiza que puedas competir
No debería ser sorpresa que el Ironclaw RGB Wireless es, justamente, Wireless. Este mouse inalámbrico se puede conectar a tu computadora de varias formas diferentes para adaptarse a tus necesidades. Tenés el modo 2.4GHz RF wireless, Bluetooth, o directamente usar una conexión cableada por vía USB que es el cable de carga. Entre todos estos modos, existe una jerarquía, y la mejor es claramente la de 2.4GHz que gracias a la tecnología propietaria Slipstream da menos de un milisegundo de latencia. La idea de esta tecnología es oscilar entre tres canales de datos, y encontrar siempre la secuencia más clara, que no se mezcle con ninguna otra.
Aunque Slipstream es lo que garantiza que puedas jugar en modos competitivos con comodidad, las demás no te van a dejar a pie. La conexión Bluetooth es muy útil para uso casual, e incluso algunos juegos como Shadow of the Tomb Raider, o Far Cry no nos dieron problemas. La desventaja es más bien que al ir por vía Bluetooth no podés usar tu conexión a iCue, el software de configuración. Por eso, vas a tener que enchufarte cuando quieras configurar perfiles, cambiar colores, y más. Ahí entra la conexión cableada: fiel, firme, predecible, exactamente lo que esperabas de ella. Podés usar el mouse mientras su cable lo recarga desde la PC, y no requiere ningun tipo de dock o que dejes de usarlo.
Corsair dice que el modo Bluetooth da 50 horas de carga y el modo 2.4GHz con Slipstream 24, siempre y cuando no uses las luces. Encontramos que estas cifras son reales, y lo complicado fue poder jugar todas esas horas sin caernos del cansancio. Para un uso común y regular, con luces, alcanza con que cuando termines tu día lo dejes enchufado para encontrarlo en su pico de rendimiento cuando lo vuelvas a agarrar.
iCue tira magias
Como todos los productos de Corsair, podés hacer la configuración sin meterte en programas complicados, prender y salir jugando sin vueltas. Sin embargo, si usas iCue tenés muchísimos extra para sacar de la experiencia. Este es un programa fácil de usar que permite configurar múltiples aspectos de tus productos de la marca, y así crear perfiles para usar tu computadora, para juegos en particular, y más. Esto incluye desde los colores hasta los macro y DPI. Podés ajustar la sensibilidad del mouse para acomodarla a tu gusto y el nivel de control es absoluto.
En conclusión
Con el Ironclaw RGB Wireless, Corsair creó un producto que no falla en nada. Si bien algún tope de gama puede superarlo en algún ámbito particular, esta es una propuesta increíblemente balanceada y que tiene un gran precio. A $10.860 pesos argentinos, pocos productos tienen la capacidad de parársele al lado y ofrecer tanta batería, facilidad de carga, y performance en un único combo. Si tenías temor de meterte en el mundo de los mouse wireless por miedo a que no estén a la altura en ámbitos competitivos, con los productos Slipstream podés olvidarte de todo.