Ya está entre nosotros el Mass Effect: Andromeda, el más reciente RPG de ciencia ficción de EA y BioWare, y pudimos probarlo antes que nadie. Conocé nuestras impresiones y opniones, ¡en esta nota!
A 5 años del cierre de la aclamada trilogía Mass Effect, un nuevo y modernizado BioWare vuelve al ruedo con Mass Effect: Andromeda. Este es el inicio de una saga completamente renovada, ahora sin Shephard, que literalmente expande el universo de la saga a una galaxia diferente y presenta un ensamble de personajes que buscarán dejar su impronta en la franquicia. En Cultura Geek pudimos probarlo antes de su lanzamiento, y en estas líneas vas a poder leer nuestras impresiones.
Mass Effect: Andromeda tenía una tarea durísima: continuar una trilogía que los fans amaron en su momento (más allá del polémico final de ME3) y reinventar la rueda a la vez. El modo en que encararon esto es dejando de lado los eventos de los juegos anteriores, y contando la historia de un grupo de colonizadores que buscan expandir el dominio de la humanidad más allá de las estrellas. La clave es esta: Mass Effect es un RPG donde el énfasis está puesto en que los jugadores puedan vivir una historia de ciencia ficción, tomar decisiones y afectar el mundo que los rodea en vez de sólo ser un espectador como ocurre en tantos otros juegos.
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En esta nueva trilogía vas a controlar a uno de los hermanos Ryder – esta vez no es como Shephard, que es hombre o mujer, sino que los dos personajes existen en este universo a la vez. El juego empieza cuando tu personaje se levanta de una animación suspendida tras cientos de años para explorar y colonizar la nueva galaxia. El problema es que, contra todo pronóstico, los mundos habitables que predijeron están lejos de ser “habitables”, y los personajes se topan con una galaxia naturalmente hostil y llena de peligros y misterios. Para hacer las cosas aún más complicadas, un grupo de misteriosos alienígenas no parecen estar muy contentos de que tus personajes lleguen a esta galaxia, y van a intentar detener tu progreso a cada paso.
Shakespeare decía que “algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande“, y ese es un poco el leitmotif de Mass Effect: Andromeda. En las primeras horas de juego pasas de ser un miembro común y corriente del equipo de colonizadores a ser un mítico Pathfinder. Esta es una posición dentro de la iniciativa de colonización que da la tarea de encontrar y explorar mundos, explicar qué ocurrió en esta caótica galaxia, y encontrar a las otras naves espaciales perdidas en el espacio. Vas a pasar gran parte del juego intentando demostrarle al resto de los colonizadores de la vía láctea que estás a la altura de las circunstancias, y ganandote su confianza, porque la duda es siempre si estás a la altura.
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Por suerte, ser un Pathfinder no es solo una carga, sino que dota a los hermanos Ryder de una serie de habilidades bastante impresionantes y útiles. Por ejemplo, a medida que vayas desbloqueando habilidades, se puede acceder a diferentes perfiles de personaje que asignan bonos, como hacer más daño en los enfrentamientos con el perfil de soldado. Justamente, una parte importantísima de Mass Effect: Andromeda es su combate, todo en tiempo real con cámara sobre el hombro estilo Uncharted. Como tu personaje puede usar diferentes armas, granadas, y habilidades psíquicas, el combate es relativamente variado. También podés hacer rápidos movimientos para evadir o hacer super saltos para llegar a lugares imposibles que le dan cierta verticalidad al juego, pero no esperes grandes momentos de adrenalina – esto sigue siendo un RPG primero y antes que nada.
A lo largo del juego te van a asignar misiones que guían la historia y te dan objetivos concretos a lo largo de los diferentes mundos. Sin embargo, un detalle a destacar es que podés recorrer un gran porcentaje de todo el game ni bien recibís tu propia nave, en el primer par de horas. El resultado es que Mass Effect: Andromeda es por momentos apabullante en su inmensidad porque no sólo podés visitar los diferentes planetas habitables de Andromeda, sino también detenerte en algunos asteroides, satélites y más. Realmente se siente como que hay toda una galaxia a tus pies y podés ir a donde quieras y cuando quieras, para sentirte una especie de Magallanes cósmico. Hay muchísimas quests opcionales, y tareas para realizar para los diferentes miembros de la iniciativa de exploración, y para peor, cada planeta es enorme así que nunca te van a faltar cosas para hacer.
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Hay un gran elefante en la habitación cada vez que se habla de Mass Effect: Andromeda en los últimos días, y una review no puede estar completa sin hacer mención de esto. Sí, este título no tiene modelos de personajes a la altura de las expectativas. Las caras de los personajes son raras y plásticas, lo cuál contrasta muchísimo con lo bien diseñados y expresivas que son las razas no humanas. Esto es particularmente sorprendente porque parecen por momentos de menor calidad que la trilogía original, y siendo que los valores de producción en todo lo demás son tan altos, no queda muy en claro qué es lo que falló. Las naves, los fondos, los aliens, todos se ven increíbles. No son solo las caras humanas, sino también las animaciones cuando los personajes corren o caminan, o lo poco expresivos que son algunos actores (se destaca la línea ya convertida en meme “perdoname, pero tengo la cara cansada”). Esto es un punto que rompe bastante la inmersión, y es una pena, porque la premisa de la aventura es fascinante.
Otro factor que merece atención es que muchos de los personajes no son del todo interesantes – en los primeros Mass Effect era todo un tema elegir quién te iba a acompañar para cada misión, pero esta vez hay varios personajes que vas a preferir no volver a verlos, lo que quita cierta rejugabilidad. Sin embargo, esto es quejarse de lleno, porque completar el juego al 100% te va a mantener ocupado por muchísimas horas. Un poco más agravante es que muchas veces las tareas se tornen repetitivas o no te interese lo que te están diciendo sino las potenciales recompensas porque de a ratos el guión decae, y esto es especialmente una lástima en un RPG de las dimensiones de Mass Effect: Andromeda.
Mass Effect: Andromeda es un esfuerzo noble por parte de EA y BioWare por contar nuevas aventuras y continuar la aclamada saga, pero lo cierto es que el juego sería mejor si no se llamara Mass Effect. En el afán de continuar la narrativa de la trilogía original crearon un buen juego pero con fallas bastante evidentes que hacen que no esté a la altura de su impresionante legado. La estructura básica está toda ahí para que sea el juego perfecto: la exploración es increíble, el trasfondo rico, y por momentos, la historia te atrapa como si estuvieras viendo una gran serie. Sin embargo, la cuestión de los gráficos, y que más allá de que la gran visión de la historia sea interesante y prometedora, los personajes en sí no lo sean, es un golpe fuerte porque son estos los momentos que más cuentan en un RPG.