Pudimos probar el Death Stranding, la última producción de Hideo Kojima, y comprobar que técnicamente en PC está a una altura pocas veces vista ¡Leé la review!
La existencia de Death Stranding es un caso en si mismo y requiere que hagamos un poco de memoria. En 2014 Hideo Kojima, uno de los pocos autores reales en la industria de los videojuegos, y creador, entre otras cosas, de la franquicia Metal Gear Solid, se encontraba en producción de una nueva entrega para otra gran franquicia: Silent Hill.
Con un presupuesto importante, el juego contaba con la colaboración del director Guillermo del Toro y el actor Norman Reedus, muy en boga por ese tiempo gracias a su papel en The Walking Dead. Pero por circunstancias de la vida, Kojima y Konami, quien iba a producir el juego y lanzarlo, se pelearon, y solo quedó una demo jugable, a pesar de todo, la rompió. Luego de ese caos, aparece Death Stranding.
Death Stranding es como esa cuenta pendiente de Hideo Kojima por trabajar con Del Toro y Reedus, pero en otro universo, en otro contexto y situación. Todo lo que vimos sobre el juego antes de poder jugarlo era realmente desconcertante, ya que no podíamos intuir de qué se trataba, o el sentido de las cosas que podíamos ver. Ahora que pudimos jugarlo en PS4, en PS4 Pro y en PC, seguimos con la misma sensación, pero creemos que la magia de este juego recae completamente en su propio caos narrativo.
La belleza del caos
El juego es consiste en, básicamente, recorrer un mundo futurista y post-apocalíptico, mientras llevamos cosas en una mochila, tal cual, como si fuésemos un cartero. Obviamente esta descripción no vende al juego ni le hace honor como realmente se lo merece, pero como dijimos, Death Stranding se nutre de su propio caos y nada es lo que parece.
Al empezar a jugar, controlaremos a Sam Porter Bridges, con una interpretación destacable de Norman Reedus y una impecable captura de movimientos. En la escena inicial, tanto la cinemática como la parte que podemos jugar, se nos pone en tono con la historia, como para no perder el tiempo.
Estamos en un futuro cercano, donde un evento misterioso hizo desaparecer la brecha entre el mundo de los vivos y los muertos, y esto llevó al colapso total del ser humano como civilización.
Nos encontraremos con campos llenos de fantasmas que te pueden arrastrar al otro mundo, al sumergirte en una suerte de charco de brea, una especie de lluvia ácida que puede envejecer todo lo que toca y personajes extraños, que parecen encajar en cada una de las explicaciones que da la historia, a lo largo del juego. Lo humanos que aún resisten, se han separado de forma aislada en grupos muy pequeños y sin medios de comunicación, logran arreglárselas como pueden.
La esperanza de un nuevo mundo
En este caos, llega la esperanza: United Cities of America, una promesa de volver a la civilización como se la conocía, pero que necesita de mucho esfuerzo humano para poder formarse. Ahí es donde entramos como protagonistas, ya que Sam es reclutado, no solo para ser el cartero de turno, sino para llevar esperanza a esos rezagados que aún no conocen el concepto de esta nueva ciudad.
Sam se convierte, entonces, en una suerte de mesías gracias a sus acciones. El personaje deja una marca desde la costa este de los Estados Unidos hacia el oeste, al son de la frase “Haz que Estados Unidos vuelva a estar completa”. No nos vamos a meter en ese análisis, pero el juego tiene una mirada crítica al capitalismo, al ser humano controlado por grandes corporaciones, y ese tipo de temáticas dignas de la lírica cyber punk.
El caos aparece cuando esta premisa, aparentemente simple, explota en mil direcciones y lleva a la historia por situaciones inimaginables, que parecen alejarnos del contexto original, hasta que algo las conecta narrativamente.
En ese camino sinuoso, conoceremos a personajes como Fragile (Lea Seydoux), Mama (Margaret Qualley), Heartman (Nicolas Winding Refn) o Cliff (Mads Mikkelsen), cuyas historias son muy importantes e incluso profundas, pero que no vamos a conocer hasta haber jugado varias horas. Todo esto les da un toque de misterio e incertidumbre, digna de todo lo que ocurre.
Aspectos técnicos avanzados
En el proceso de producción de este juego, no solo se habló de la locura de su historia, del mismo Kojima y de las celebridades invitadas, sino también de la parte técnica del desarrollo, y quizás, la que más ansiábamos tocar. Death Stranding te deja con la boca abierta en cada escena y en cada frame que podemos ver, gracias a unos gráficos impecables y un rendimiento fluido, incluso en máquinas que no son demasiado potentes.
Todas las actuaciones que se nos regalan y que han sido gracias a la captura de movimientos, tienen una calidad que es de la mejor que hemos visto en estos últimos tiempos. La atención a los pequeños detalles como arrugas, movimientos faciales, gestos e incluso el paraíso visual que constituye el mundo abierto que se nos plantea, es, por lejos, increíble.
La magia de NVIDIA DLSS 2.0
Pudimos probar el juego en dos máquinas distintas, para comprobar cuestiones como el rendimiento y la optimización. La primera fue un i7-4790K con 32GB de RAM y una GTX 1050ti. Con estas especificaciones y en calidad alta, vimos al juego fluir de buena manera, con algunos tirones pequeños en momentos muy cargados, pero casi imperceptible. Esto demuestra el gran trabajo de optimización que logró la gente de Kojima Productions para llevar un juego nativo de PS4 a las PC de la Master Race.
Sin embargo, lo bueno llegó cuando lo jugamos en la segunda máquina, (el pequeño monstruito que tenemos en el estudio de Cultura Geek) que es un i9-9900K con 64GB de RAM Corsair Vengeance y una fabulosa RTX 2070 con el DLSS, listo para volarnos la cabeza. La RTX 2070 pudo alcanzar los 60 fps sin problemas, a 4K con DLSS 2.0 (en TV 4k 120hz), activado en la configuración máxima, y funcionó aún mejor con el monitor 1080p 144hz.
DLSS es la tecnología de escalado de Nvidia que utiliza el Deep Learning para imágenes de súper muestra (SS) a resoluciones más altas. Es un poco como las técnicas de tablero de ajedrez que Sony usa en la PS4 Pro en este momento, lo que permite que su tarjeta gráfica produzca una imagen de mayor resolución sin necesariamente representar todos y cada uno de los píxeles. En su lugar, utiliza inteligencia artificial para llenar los vacíos, lo que ayuda a mejorar el rendimiento y mantener la velocidad de los frames en buenas y altas condiciones, mientras que, en teoría, produce una imagen casi idéntica. Sin embargo, necesita todos sus núcleos para trabajar a la par con la IA de una tarjeta RTX para funcionar, por lo que cualquier persona con una tarjeta GTX normal no podrá utilizar dicha tecnología.
De todas formas, a no desesperar. La GTX 1050ti logró alcanzar buenos resultados en 1080p y se mantuvo por muchos momentos en 60 fps, aunque lógicamente lo que aporta una RTX 2070, sobre todo con el DLSS 2.0, es otro mundo.
Por otro lado, Nvidia agregó varias mejoras a su tecnología de escalado, lo que permitió crear imágenes que son comparables a la resolución nativa, pero que solo usan entre el 25% y el 50% de la cantidad de píxeles. También puede hacer esto dos veces más rápido que su tecnología DLSS original, lo que lleva a un rendimiento DLSS aún mejor en todos los ámbitos. Imaginen ahora la piel, las arrugas, los gestos, las gotas de lluvia, los brillos, los planos abiertos, la textura en cada elemento que conforma el mundo de Death Stranding.
La marca Kojima está en todos los detalles
El resto de los apartados técnicos o creativos se ven beneficiados por ese trabajo minucioso que sabe hacer Kojima, con efectos de sonidos de altísima calidad y realismo, el trabajo de voces es impecable.
Como siempre, la música es clave en la narrativa, ya que cada tema se dispara automáticamente cuando el querido Sam está por finalizar alguna misión importante, todo esto genera un contexto mucho más inmersivo gracias al género de cada canción.
El OST en cuestión se llama Death Stranding: Timefall e incluye canciones como Ludens de la banda Bring Me The Horizon, Trigger de Major Lazer y Khalid, Ghost de Au/Ra y Alan Walker, Yellow Box de The Neighbourhood y el central, Death Stranding, interpretada por CHVRCHES. La música, es utilizada como diálogo entre el juego y el jugador.
No todo es lo que parece
No sabemos si Death Stranding es un juego para todos, como justamente todo lo que hace Kojima. Hay una empatía implícita entre el realismo que propone el juego, con el personaje principal, y el manejo de la frustración, que si no lo aceptamos de entrada, puede jugar en contra.
Hay momento donde el concepto de “walking simulator” se vuelve tan real que asusta, ya que la idea de caminar se vuelve literal. Luego de marchar por kilómetros, nuestro personaje comienza a sentir el cansancio, y eso se ve reflejado en la dificultad para controlarlo. Puede parecer un detalle ínfimo, pero en momento donde tenemos que viajar en subida, caernos puede suponer la perdida de muchas cosas valiosas, tanto como nuestra vida o energía, así como lo que cargamos en nuestras espaldas.
En este juego, lo que inicialmente era entre absurdo y bizarro, finalmente se siente fascinante. Lo que inicialmente es un poco tedioso, finalmente se siente profundo y lleno de alma. Este no es quizás, como dijimos antes, un juego para todos los gustos, pero resultó ser, al menos para nosotros, una experiencia realmente única.
Genera un poco de rechazo ver el final de Death Stranding porque sabemos que ahí se terminó nuestra aventura, pero la verdad es que hace mucho tiempo no jugábamos a algo que nos haya desafiado, emocionado o conmovido tanto como esta obra de arte del talentoso Hideo Kojima.
FECHA DE LANZAMIENTO | 14 de julio de 2020 |
DESARROLLADOR | KOJIMA PRODUCTIONS |
DISTRIBUIDOR | 505 Games |
PLATAFORMAS | PC |