Estos particulares vehículos pequeños, llamados microcoches, cada vez se están volviendo más populares. ¿Por qué? ¿Qué ventajas tiene? Te contamos en ¡esta nota!
¿Escuchaste hablar de los microcoches o viste alguno recientemente? Si la respuesta a ambas es sí, probablemente sea por la popularidad que están volviendo a ganar estos particulares vehículos pequeños. Si bien estos autos son conocidos hace muchísimos años, últimamente se están empezando a usar cada vez más por su bajo costo de operación e impacto ambiental reducido en comparación con los tradicionales.
Generalmente diseñados para ser utilizados en áreas urbanas congestionadas o para viajes cortos, los microcoches tuvieron su época dorada desde 1945 hasta principios de los años 60. Ese período, marcado por la escasez de la posguerra en Europa y por problemas en el aprovisionamiento de combustible, provocó el surgimiento de soluciones de movilidad económicas y prácticas: vehículos pequeños, con dos plazas, motor de motocicleta y cuatro o, incluso, tres ruedas, para buscar una menor carga fiscal.
Desarrollados, en su mayoría, por fabricantes de aviones, como Messerchmitt o Heinkel, los microcoches solían caracterizarse por sus dimensiones compactas y por su diseño en forma de ‘burbuja’. Uno de los fabricantes líderes en el mercado de estos vehículos pequeños es Citroën, con su modelo AMI.
Un poco antes de la época dorada de estos autos, Citroën apostó por un vehículo de mayores dimensiones que los microcoches para aquellos que tuvieran pocos recursos económicos, sobre todo en áreas rurales. El proyecto TPV (Toute Petite Voiture, Coche Muy Pequeño), nació en 1938 y, por sus condiciones, empezaba a parecerse a un microcoche. Tenía “cuatro plazas sentadas, 50 kg de equipaje, 2 CV fiscales, tracción delantera, 60 km/h de velocidad punta, caja de cambios de tres velocidades, mantenimiento sencillo y con un consumo de sólo 3 litros a los 100 kilómetros”. Si bien fue suspendido durante la guerra, este proyecto dio lugar al Citroën 2 CV en 1948.
Años después, en 2009 (y coincidiendo con el 90 aniversario de Citroën), el Doble Chevron apostó por una movilidad “cero emisiones” con el Citroën C-Zero, un automóvil compacto y 100% eléctrico, con una silueta redondeada que recordaba a los microcoches de mediados del siglo XX. Este auto tenía una longitud de 3,48 m y un diámetro de giro de 9 m, con espacio para cuatro ocupantes. Recordemos que la longitud de los microcoches suele ser menor a 3 m.
Con el correr del tiempo, Citroën siguió perfeccionando estos vehículos y ahora, con el resurgimiento de su popularidad, muchos están interesados en el Citroën AMI. Este es un microcoche eléctrico de dos plazas que mide solo 2,41 metros de largo y 1,39 metros de ancho. Está diseñado para ser lo más compacto posible, lo que lo hace fácil de estacionar y maniobrar en áreas urbanas congestionadas.
El AMI es alimentado por un motor eléctrico de 8 caballos de fuerza que le permite alcanzar una velocidad máxima de 45 km/h. Su batería de iones de litio tiene una capacidad de 5,5 kWh, lo que proporciona un rango de conducción de hasta 70 km con una sola carga. Además, este vehículo se carga completamente en solo tres horas y media con un enchufe doméstico estándar.
Su diseño modular y su bajo costo de operación son algunas de las características que lo hacen atractivo para muchos usuarios que buscan una alternativa ecológica y económica, comparada con los automóviles tradicionales, claro.