¿Un drone con una antena de polilla que puede detectar olores?

Un grupo de científicos de la Universidad de Washington creó un drone con una antena orgánica capaz de “oler”, y lo llaman Smellicopter. Conocé los detalles, ¡acá!

Un grupo de científicos creó el Smellicopter, un curioso drone nombrado por un juego de palabras que se traduciría como “oloricóptero“. Esto es un gadget bastante curioso, es un drone que usa señales eléctricas enviadas desde la antena de una polilla, y así detectar olores y navegar a ellos. Esto es más que una curiosidad, y la idea es usar estos dispositivos algún día para poder oler cosas como bombas.

Los olores se detectan gracias a las antenas de la especie de polilla Manduca sexta, que posee uno de los sentidos del olfato más poderosos del reino animal. Cuando detecta un olor, las proteínas dentro de la antena reaccionan y activan neuronas dedicadas a químicos en concreto. Estas son las señales eléctricas que los científicos aprovecharon para crear este drone tecno-orgánico cyberpunk en la Universidad de Washington. Melanie Anderson, es la encargada de cortar las antenas de polillas anestesiadas y conectarlas a un circuito, como explica en el paper de su equipo.

La antena luego se ubica en sobre el drone para crear un híbrido de animal y máquina que funciona por varias horas, y tiene la capacidad de perseguir olores como una polilla real. Esto mezcla la maniobrabilidad de un drone con el posicionamiento de un animal capaz de percibir el viento y acomodarse. El Smellicopter puede detectar la fuente de olores el cien por ciento del tiempo, y en partes increíblemente reducidas. Para hacer que la antena sea aún más sensible, la idea es crear antenas genéticamente mejoradas y llenas de proteínas para sentir los olores, cosa de permitir diferenciar mejor. El problema es que usar el drone y la antena a la vez da solo dos horas de vuelo a pesar que la antena tiene una semana de vida útil en promedio, o más cuando se la refrigera.

Lo que se ignoró espectacularmente es la parte ética de tener que mutilar una polilla, pero suena como buen castigo para las que se traten de comer tu sweater. La idea detrás de este proceso es poder proteger a los perros que tienen la función de detectar bombas o sobrevivientes en casos de derrumbes, terremotos y atentados, que suele ser increíblemente peligroso tanto para el amigo canino como para el humano que lo acompaña. Eventualmente, Anderson y su equipo buscan producir las antenas directamente en laboratorios.

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