Universo Gunpla es una serie de notas para presentarte el mundo de las maquetas de Gundam con todo lo que tenés que saber para empezar. En esta primera entrega repasamos sus orígenes.
Durante décadas, prácticamente desde los años cincuenta, Japón ha sido una usina inagotable de publicaciones, series y películas protagonizadas por robots, o mechas, término que los define más claramente.
Pero además de habernos deslumbrado en una pantalla o en la hoja de un manga, probablemente nada de la trascendencia que tienen, por ejemplo, Macross/Robotech o Mazinger, se hubiera logrado de no ser por sus incontables productos de merchandising, otra habilidad que muchas empresas japonesas manejan con maestría.
Hay una franquicia de mechas, Mobile Suit Gundam, cuya clave de éxito está directamente vinculada hacia su producto de merchandising más reconocible: las maquetas para armar mejor conocidas como gunpla (término abreviado de “Gundam plastic model kits”). Pero para empezar a hablar de estos kits primero es necesario hacer un poco de historia.
Gundam en la TV
Hacia fines de los años setenta, el género “mecha” de anime estaba en la cresta de la ola en Japón, con grandes exponentes como el ya mencionado Mazinger Z, cuyo anime se emitió originalmente su país de origen en 1972. Siete años después, en 1979 se estrena en la TV nipona Mobile Suit Gundam.
Se trataba de una serie que, en los papeles, querría sumarse al éxito de Mazinger y lo haría con su producto estrella, el mecha el que le da nombre al programa. Su productora, el estudio Sunrise, había firmado un contrato con la empresa Clover para el desarrollo y comercialización de juguetes exclusivos de este robot.
Para sorpresa de muchos, no del creador de la serie, Yoshiyuki Tomino y su equipo, Gundam no era otra serie de robots enormes que peleaban con monstruos y dejaban a Tokio en ruinas, como otras series que repetían la fórmula capítulo a capítulo. Nos contaba una historia de guerra, con consecuencias reales y cuantificables. Sí, las peleas robóticas estaban presentes y eran verdaderamente geniales, pero no era el foco principal del asunto, lo era una historia trágica con personajes muy bien constituidos.
Con Gundam nació lo que ahora se conoce como género “real robot”, donde la trama no era un accesorio para un clímax de peleas y explosiones, sino que iban de la mano con el objetivo de contar una historia contundente y extremadamente humana.
Esto tomó por sorpresa a muchos. Para empezar, la idea de la serie no terminó de cerrar y su rating no fue el mejor, por la que se canceló y se le recortó su cantidad de episodios. De 50 como originalmente estaba planeado, pasó a 43. Desde ya, tampoco le cayó muy bien a Clover, ya que este desinterés en el público por el programa se traducía en que a nadie le iba a importar comprar sus juguetes oficiales. Pero todo esto resultó ser, como dice la frase, “una desgracia con suerte”.
La llegada de Bandai
Ante la salida de Clover por la cancelación de Mobile Suit Gundam, Bandai se hizo con la licencia para la fabricación de juguetes, con la particularidad que no desarrollaría una figura armada sino un kit para armar. Obviamente estaba basado en el mecha principal del programa, el Gundam RX-78-2. De esa manera, en julio de 1980 salió a la venta en Japón la primera maqueta gunpla.
La aceptación por este producto fue tan importante que le justificó a Sunrise la continuidad de la franquicia Gundam, la cual no se hizo esperar. En 1985, también por la pantalla de Nagoya TV se estrenó Mobile Suit Zeta Gundam, secuela de la primer serie.
Con ella, Tomino y su equipo pudieron seguir profundizando su visión narrativa del género “real robot” pero sin dejar de lado la parte comercial. En este caso se tradujo en la aparición de no uno sino dos Mobile Suits protagonistas, primero el Gundam MK II y luego el Zeta Gundam, además de una gran cantidad de otras armas mecánicas que obviamente fueron adaptados para desarrollar nuevos kits de gunpla.
Por este motivo podríamos decir que una gran parte del éxito que tiene Gundam como franquicia, que en 2019 cumplió 40 años, se debe al aporte que hicieron los gunpla para logar penetrar en un público un tanto reticente cuando la primera serie se estrenó en la televisión japonesa. Y de hecho esta fórmula del éxito se mantiene, ya que cada serie nueva de Gundam está acompañada de nuevos kits para armar.
El Hobby por sobre el animé
¿Pero como se logra que un hobby como este pueda mantenerse activo al día de hoy? La respuesta es simple, no quedarse quieto nunca. Bandai, que no por algo se convirtió en el imperio que todos conocemos, trabajó en el desarrollo de nuevas técnicas de inyección de plástico para desarrollar maquetas cada vez más detalladas y deslumbrantes, en diferentes escalas.
Eso si, nunca traicionó su idea primordial, que se mantiene al día de hoy: armar un gunpla es una tarea simple, que puede perfeccionarse, pero está lejos de ser una actividad solo para entendidos, como el modelismo de aviones o tanques de guerra. Con pocas herramientas, y especialmente sin necesidad de pegamento, podemos armar una maqueta de gunpla.
En la columna Universo Gunpla ahondaremos un poco más acerca de las distintas escalas, sus diferencias y cuales son las herramientas con las que deberías contar para empezar a armar tu maqueta ¡Bienvenido al mundo de gunpla!
Por Damian Silberstein para Cultura Geek