La miniserie precuela de The Witcher llegó a Netflix el 25 de diciembre y, según los sitios especializados de críticas, no fue un buen regalo de Navidad. Los fans del universo de Geralt de Rivia venían bastante enojados y estos cuatro nuevos episodios no ayudaron en nada.
Muchos de los fans del universo de The Witcher siguen dolidos y enojados por la ida de Henry Cavill como Geralt de Rivia. Algo que supuestamente iba a ayudar y hacerlos querer volver (de a poco) a este mundo era la precuela y nueva miniserie The Witcher: Blood Origin, la cual llegó a Netflix el 25 de diciembre. Sin embargo, las cosas no podrían haber salido peor.
¿Un regalo de Navidad fallido y para el olvido?. Para muchos fans sí. El primer intento de Netflix de expandir su universo y revitalizar la franquicia de The Witcher con un nuevo live-action parece ser un desastre, según lo que se puede ver en los diferentes sitios de críticas. Hasta el momento, Blood Origin se postula como una de las series originales importantes con peor puntaje de audiencia de la plataforma de streaming.
En este momento, los puntajes en Rotten Tomatoes de The Witcher: Blood Origin no pintan para nada bien. Por el lado de los críticos, la miniserie tiene una calificación del 38%, mientras que por el lado de la audiencia solo acumula un 8%. Algunos de los comentarios que encontramos en la página dicen: “es solo una pérdida de tiempo”, “es solo una historia de fantasía sin ninguna de las cosas que hacen que The Witcher sea especial”, “una broma cruel a expensas de los fanáticos de la serie de libros”, etc.
Si bien muchos podrían creer que ese bajísimo porcentaje se relaciona a la bronca que tienen varios fans por la ida de Cavill, la opinión de los críticos deja en claro que los comentarios malos no son solo cosa de fans. “Deslucido, poco original y llevado a cabo con la promesa de cosas mejores: The Witcher: Blood Origin es un asunto mediocre. Michelle Yeoh está perdida, Lenny Henry carece de convicción y Minnie Driver hace una gran narración. Mejor evitarlo”, escribió Martin Carr de We Got This Covered.
Esta desilusión crece todavía más cuando comparas los puntajes de la misma página con la serie original. The Witcher tiene una calificación del 81% de los críticos y un 75% de la audiencia.
Ahora bien, miremos en otros sitios de críticas cómo le va a la precuela basada en el universo de Andrezj Sapkopwski. Por suerte, The Witcher: Blood Origin sube un poquito el puntaje en Filmaffinity, donde tiene una nota media de 4,3 por parte de sus usuarios. Sin embargo, en Metacritic la audiencia sigue odiándola, y acumula un 0,6 sobre 10, aunque el puntaje de los críticos es de un 47/100. Por último, pero no menos importante, la calificación de IMDb es de 4 sobre 10. Al menos se pusieron todos de acuerdo en que no les gustó la miniserie.
The Witcher: Blood Origin está ambientada en la era dorada de los elfos, 1200 años antes de Geralt, Yennefer y Ciri. La precuela de cuatro episodios cuenta la historia de siete extraños que se unen para luchar contra un imperio imparable. “A pesar de que pertenecen a clanes rivales, Éile y Fjall deben aprender a confiar el uno en el otro. Para así poder liderar a la banda de marginados en su misión de derrocar a los opresores del Continente. Pero, cuando se abren los portales a otros mundos, y un sabio hambriento de poder libera una nueva arma, los siete guerreros descubren que la única manera de derrotar a un monstruo es creando otro…”, dice su sinopsis.
Creada por Declan de Barra y Lauren Schmidt Hissrich, The Witcher: Blood Origin tiene un reparto integrado por: Michelle Yeoh, Jacob Collins-Levy, Mirren Mack, Dylan Moran, Lenny Henry, Laurance O’Fuarain, Sophia Brown, Nathaniel Curtis, Lizzie Annis, Francesca Mills, Amy Murray, Hebe Beardsall, Daniel Fathers, Zach Wyatt, Isla Gie, entre otros.
Con los episodios ya disponibles en Netflix, lo único que podemos esperar (y desear) es que este fracaso no se traslade a las últimas temporadas de The Witcher.