EA vuelve al ruedo con una aventura introspectiva pero visualmente increíble: Unravel. Saltá plataformas, resolvé puzzles y disfrutá de esta review con nosotros.
EA es uno de los más reconocidos estudios en la industria de los videojuegos, maestros de la acción y las grandes mega-producciones como lo son las sagas Dead Space, Mirror’s Edge, Mass Effect, o Battlefield. EA es en general sinónimo de velocidad, adrenalina y de crear cosas a lo grande, pero a pesar de esto, reducir todas las producciones del gigante a sólo estos conceptos sería crear un cuadro incompleto, pues no es que no haya grandes esfuerzos para la diversidad, y títulos que exploran otras facetas del gaming. Así es como de esta misma casa de las ideas también surgen juegos más extraños, contemplativos, artísticos y/o experimentales como lo son The Sims, Plants Vs. Zombies, o el que hoy nos compete, Unravel, que acaba de lanzar para PlayStation 4, Xbox One y PC.
Unravel es la primer gran aventura de Yarny – un adorable muñeco de lana roja increíblemente animado, que recorre varios niveles explorando, saltando precipicios y resolviendo puzzles. A primera impresión puede parecer una repetición de los conceptos de Little Big Planet o incluso Yoshi’s Woolly World o Kirby’s Epic Yarn, pero las diferencias en tono y mecánicas rápidamente lo separan de estos otros juegos.
En lo que respecta a las mecánicas, Unravel es interesante porque Yarny debe literalmente “desenredarse” (“unravel” significa eso en inglés) y usar su cuerpo para resolver los puzzles – pero como la cantidad de lana es finita, no sólo hay que ser creativo sino también eficiente y encontrar las soluciones más elegantes posibles a cada uno de los puzzles que el juego presenta. Los jugadores van a descubrir nuevas formas de interactuar con el ambiente constantemente, que aunque sea un mundo en 2D que se recorre de izquierda a derecha como en platformers tradicionales, se trata de un mundo rico y lleno de detalles para descubrir. Tu atención va a estar en el plano más cercano, el que Yarny recorre, pero los fondos realmente completan la experiencia con una belleza increíble y un grado de interacción que te va a sorprender.
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El otro detalle interesante pasa por el tono de la aventura. En oposición a Little Big Planet, que es más caja de herramientas para crear niveles que otra cosa, o Yoshi’s Wolly World que se centra en crear niveles lindos para recorrer, Unravel no tiene problemas a la hora de crear una experiencia más contemplativa, con toques de melancolía, y donde Yarny puede mostrar todo un abanico de emociones gracias al espectacular trabajo del equipo de animación. Yarny accede a cada nivel desde una casa, mirando fotografías, y entretejiendo memorias para contar una serie de capítulos. Por momentos vas a explorar la pacífica naturaleza, luego vas a ver torrenciales lluvias, y en otras partes tendrás que enfrentarte a cadenas de montaje y máquinas sin otra herramienta que el cuerpo del protagonista y tu determinación. Sin hacer spoilers, la historia de Unravel es más que la suma de sus partes y crea una imagen completa que es bastante evocativa y vale la pena ser experimentada.
Unravel no es un juego particularmente desafiante o difícil, pero tampoco es un trámite. A lo largo de sus 6-8 horas de duración te podés llegar a trabar un par de veces en algunos de los puzzles, pero sería muy raro que te frustres y lo quieras sacar. La gran estrella son los puzzles y el uso creativo de la lana para mover objetos en el mundo, pero lo que es los saltos en sí no están tan bien logrados. y vas a tener que intentar varias partes un par de veces hasta que te salga bien lo que querías hacer. De nuevo, esto no es demasiado problema pues no se trata de un juego de saltos de precisión a lo Super Mario Bros o Super Meat Boy, sino de una experiencia donde el clima, las emociones y la historia tienen el rol protagónico – y que un juego tenga estas ideas en su centro pero con estos valores de producción de título triple A es por lo menos un esfuerzo valiente y que merece que lo aplaudan.
Unravel es un título especial para quienes buscan una aventura diferente, con espectaculares gráficos, pero que intenta expresar cosas y emociones que un juego más tradicional no podría. Sus creadores no temen haber creado algo diferente, y aunque quizás los jugadores más experimentado puedan notar que el control necesita más precisión o que la curva de dificultad no termina de presentar desafíos auténticos para quienes tengan más cancha con los puzzles, lo cierto es que las fortalezas de Unravel no pasan por ahí, sino por sus evocativos mundos, personajes, personalidades y ambientes. Este título tiene más en común con los mejores cortos de Pixar que con los más tradicionales videojuegos, y cuando la industria se ahoga en cinismo, sarcasmo, o dramas épicos por el destino del país, planeta y/o el universo, que llegue un juego como Unravel a proponer algo radicalmente distinto es un soplo de aire fresco.