Review Super Mario RPG: las joyas de la abuela no pierden el brillo aunque se noten los años

Super Mario RPG, uno de los capítulos más extraños en la historia del fontanero, regresa en una remake que es una fiesta. Te contamos qué podés esperar en esta nueva versión, ¡acá!

Si pensás en Mario, usualmente te imaginas a un bigotudo que pisa tortugas y después las patea, pero no es crueldad animal porque está salvando una princesa. O al menos, así era al principio, hasta que Nintendo se dio cuenta que podía hacer más cosas con el personaje porque básicamente era Mickey: la gente no estaba ahí por la consistencia, sino porque el personaje poseía un carisma único. Esto llevó a juegos de puzzle tipo Dr. Mario, un juego de dibujo en forma de Mario Paint, y más. Pero, lo que hoy nos ocupa es uno de los más raros: un RPG llamado Super Mario RPG que estuvo a cargo de algunos de los creativos más importantes de Square Enix, el equipo detrás de Final Fantasy.

La remake de Super Mario RPG marca la primera vez que Nintendo se hace cargo de que este juego existió desde los 90s. Este título, al haber sido co-creado por Square Enix, estuvo en esta especie de limbo porque Final Fantasy pasó a ser uno de los juegos de cabecera de la PS1, y la gran N prácticamente ignoró su existencia manteniendo apenas algo del humor o alguna mecánica en las sagas Paper Mario o Mario & Luigi. Sin embargo, lo que hizo difícil olvidarse que existiera es que el juego original estaba buenísimo y era tremendo clásico – algo que se nota en su remake, que conserva lo mejor de la era de los 16 bits pero también aporta un par de cosas nuevas para que no solo juguemos los boomers.

Su historia

La historia arranca como si fuera un Mario normal: entrás a un castillo porque secuestraron a la princesa, y ahí está Bowser y tenés que pelear. Eso sí, el combate ahora en vez de saltar y agarrar hachas al final de un puente o de revolearlo por la cola para que caiga sobre bombas es más bien diferente. Tenés un menú de acciones, elegís que hacer, y es combate por turnos. Eso sí, no se eliminan los elementos de acción. Cada arma que ocupes, y cada personaje que se sume a tu grupo, tendrá un timing especial en su animación de ataque donde si tocás “a” podés hacer una versión más fuerte del mismo golpe. Esta mecánica hoy la viste en montones de juegos, pero surgió acá porque Super Mario RPG es historia viva.

Tras derrotar a Bowser, en vez de terminar el juego (obvio, si no duraría 10 minutos y un speedrunner te lo hace en 15 segundos), una espada gigante cae del cielo que hace que Mario, Bowser y Peach salgan volando en direcciones diferentes. De ahí en más, parte de la trama será buscar siete estrellas para poder volver a enfrentarla, y reclutar aliados que te ayuden en tu viaje por Mushroom Kingdom. El tema es que este juego no se trata realmente de la trama sino del minuto a minuto. El humor es encantador, está lleno de juegos de palabras graciosísimos, y la gracia real es ver con qué más te vas a encontrar. Incluso si te spoilearan algo del juego (medio rari), el mundo, los escenarios y los personajes son el motivo por el que estás ahí.

Así, vas a poder controlar hasta cinco personajes en combate, cada uno con sus armas, recursos, movimientos y habilidades, y combinarlos para progresar. Pero, como cada arma varía los timings, las animaciones y más, cada combate es único. Además, una adición nueva en el remake es que cuando pifias un par de veces con el arma nueva, te empieza a mostrar un prompt vivo para marcarte donde es el golpe cosa que aprendas a usarla bien… ¡y hasta reaparece si te equivocas varias veces! Encima, con el correr de los mundos te vas a enfrentar a jefes con mecánicas especiales que hacen que no puedas caer en los mismos trucos de siempre y son muy creativos. No hay por donde darle: simplemente está bien hecho.

Además del combate y la trama, también te vas a encontrar con elementos de plataformeo, con ciertas secuencias donde vas a tener que meter un par de saltos para llegar a algún cofre escondido o algo así. Estos suelen tener algún arma o item útil así que recomendamos que no te los saltees. Estás jugando un juego de Mario, obvio que querés tratar de agarrar todo lo que veas. Todos estos elementos juntos, que parecen super dispares, le dan una personalidad única a una de las aventuras de Mario que más buenas está, pero a la vez es de las más diferentes a todo.

En donde se nota que es un remake

Si jugaste el original de 1996, ¿vale la pena agarrar esta remake? La respuesta es sí. Primero, las adiciones de calidad de vida son increíbles, personalizables, y muy muy útiles. Jugar Super Mario RPG en consolas modernas es increíblemente cómodo, pero además es lindísimo. El estilo de arte fielmente recrea en espíritu lo que viste en la pantalla de CRT cuando eras chico, pero con una capa de pintura que hace que si tenés menos de 20 no te pinches la córnea del ojo con cada pixel que veas. Es el balance perfecto, quizás solo igualado por el increíble Link’s Awakening. Por si esto fuera poco, una vez que termines el juego habrá un par de bosses nuevos, tenés la opción de recorrer el mundo para encontrar más secretos que te hayas perdido, y hasta hay una especie de enciclopedia para que “colecciones” a todos los enemigos del juego a medida que los derrotes.

Párrafo aparte merece la música. La banda de sonido original de Yoko Shimomura (Con Street Fighter 2 y Kingdom Hearts como sus trabajos más reconocidos) es fácil una obra maestra. Ya sea que juegues en tu tele o modo portátil, la banda de sonido te va a tener atacando a ritmos increíbles que ahora suenan con instrumentos modernos, que suman acentos y hacen que suenen mejor que nunca. Ojalá hubiera una opción para sincronizar las acciones con el beat y convertir esto en un juego de ritmo, porque es un 10 absoluto.

Super Mario RPG es un clásico increíblemente influyente, y algo que parece imposible que haya existido allá por los 90s, cuando SquareSoft estaba en el cénit de su creatividad. Sin embargo, jugarlo hoy simplemente no tiene el mismo impacto que cuando lo agarraste la primera vez por el mismo motivo que los menores de 20 no escuchan The Beatles ni miran Seinfeld. Sí, son los primeros y están entre los mejores, pero los años se notan sobre todo en las pequeñas cosas. Pero, quedarse en esto sería superficial porque si bien es cierto, debajo del polvo hay una estrella que refulge con la fuerza de diez mil invulnerabilidades.

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