La más reciente entrada en la saga StarCraft, StarCraft II: Legacy of the Void ya está entre nosotros para cerrar la trilogía de StarCraft II. Conocé todos los detalles de este game acá!
Blizzard tomó un camino raro a la hora de crear StarCraft II. En vez de un simple lanzamiento, creó este nuevo proyecto del universo StarCraft como una nueva trilogía con varios juegos separados. El primer capítulo, StarCraft II: Wings of Liberty llegó en julio del 2011, con una historia que se centraba en los Terrans, y con las eventuales expansiones redondeando la historia con los puntos de vista de los Zerg y Protoss, las dos otras razas jugables. Tras cinco años y un par de meses pudimos jugar StarCraft II: Hearts of the Swarm, que se enfocaba en los Zerg, y finalmente este nuevo episodio, StarCraft II: Legacy of the Void, que se basa en los Protoss y acaba de lanzar en el medio de una de las mejores temporadas para ser un gamer en la historia reciente.
StarCraft II: Legacy of the Void marca de modo absoluto el final de una era, y el climax de una historia que Blizzard estuvo intentando contar por 17 años, desde aquel primer StarCraft que varios consideraron apenas un WarCraft en el espacio. Desde entonces, StarCraft no paró de crecer en importancia, relevancia, y como uno de los eSports más importantes del globo con torneos enormes donde se juegan por millones de dólares. StarCraft II: Legacy of the Void concluye la historia, pero además agrega nuevas unidades, personajes y detalles para que el fanático y el deportista puedan recordar qué es lo que hace única a esta saga, y mantenerla relevante por muchos años más.
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Primero, un par de detalles: StarCraft II: Legacy of the Void se puede jugar de principio a fin aunque no tengas instaladas las otras partes, y si bien es sólo un tercio de la historia completa, mecánicamente es un juego entero que se puede jugar incluso sin conocer la historia previa de la saga. Eso sí, es mucho mejor si jugaste los anteriores, y ya conocés a los personajes, pues este game arranca desde el final del prologo Whispers of Oblivion, e inmediatamente se empiezan a mencionar planetas, personajes, y pasan cosas que no tienen ni la mitad de impacto que tendrían en un auténtico fan de saga: son secuencias poderosas, que empiezan a ocurrir desde el principio, y dotan al game de mucha energía y corazón en la narrativa. Para solucionar esto es que hay una breve cinemática que se llama“Story so far”, donde hacen un recap de toda la historia, y vale la pena verla aunque seas un fan de la primera hora, porque varios detalles se te pueden haber pasado por alto.
StarCraft II: Legacy of the Void mantiene la jugabilidad de StarCraft, y su fino balance estratégico donde cada raza tiene sus fortalezas, debilidades, y forma de juego. Al igual que las expansiones anteriores, este nuevo capítulo llega con nuevas unidades, aunque varias cumplen una función específica en el modo historia, y no se las puede usar en el modo multiplayer. Hay un grado alto de personalización de las unidades, e incluso se pueden personalizar las habilidades de la nave principal, la Spear of Adun, para que te sirva mejor en combate. Algunas de estas habilidades te pueden ayudar a conseguir recursos más rápido, sin probes, generar unidades en algún punto del mapa de cada escenario, o disparar un laser gigante para atacar al enemigo directamente.
Las misiones están bastante buenas, y están diseñadas para que aprendas a usar las diferentes unidades de modo correcto antes de que saltes al multiplayer, pero tiene un énfasis fuerte en contar una historia de forma que satisfaga al fan. Lo bueno es que el juego parece tener una curva de dificultad mucho más interesante, y eso hace sentir que la lucha es realmente desesperada y a todo o nada. Para los efectos de esta review, intentamos jugar en Hard, pero tuvimos que cambiar a Normal varias veces, así que si sos de los gamers que les gusta jugar en Brutal, preparate, porque el game no conoce el significado de la palabra “piedad”.
StarCraft II: Legacy of the Void concluye la historia de la serie en un modo espectacular, que recompensa a todos los fans que supieron esperar, pero nos queda la duda de si no hubiese sido mejor lanzar las tres expansiones como un único juego en vez de episodios a lo largo de 5 años, pues es difícil mantener tanta historia y trasfondo en la cabeza. Sin embargo, la verdadera estrella de los juegos de Blizzard será siempre el modo multiplayer, así que es realmente ahí donde se va a ver si este capítulo final volverá a poner a la serie StarCraft en la cima del mundo. Por lo pronto, la rapidez, variedad y personalización que son posibles a la hora de jugar este game, nos hace pensar que tiene muchísimo potencial.
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