Review – Gears Of War: Ultimate Edition para Windows 10

Gears of War es una de las franquicias de cabecera de Xbox, que ahora está iniciando su transición a la PC. Tras probar el más reciente Gears Of War: Ultimate Edition para Windows 10, estas son nuestras impresiones.

La primera diferencia que encontramos a la hora de reseñar un juego que no es de consola, es que la experiencia puede variar según la maquina con la que probemos el juego. En este particular caso, se trata ni más ni menos que de un “port” de la poderosa Xbox One a PC, exclusivamente para los usuarios de Windows 10. A veces es en vano comparar el hardware de la PC en cuestión contra el hardware de la consola, ya que los juegos están específicamente diseñados y programados para utilizar al máximo el poder de cada consola. Es por eso que, muchas veces, los “port directos”, como se les suele llamar, llegan llenos de errores, bugs, o problemas de desempeño.

Gears of War: Ultimate Edition no es uno de esos casos, y desde acá, nos atrevemos a decir que es uno de los mejores ports que hemos jugado. Está bien, hay que aclarar que la gente de Microsoft no es que simplemente adaptó el juego y listo: ellos tomaron el juego y lo prepararon para PC. Porque esa es la palabra que vale: preparar. Hemos probado el juego en una máquina que en cuanto a exigencia, se encuentra a la mitad de los requisitos mínimos y los recomendados que Microsoft propone (sin contar los requisitos para 4K), y aun así, pudimos disfrutar en su totalidad el juego, con una resolución de 1920x1080px y la calidad visual toda en alta. El resultado: una experiencia de juego magnifica, sin ralentizaciones, sin frame drops, con todas sus texturas y con una fluidez en el gameplay magnifica.

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Dicho esto, comencemos con el juego de lleno. Gears of War: Ultimate Edition es un nuevo, aunque viejo, exponente de esta saga tan famosa y premiada en la generación anterior de consolas. Su exclusividad con la Xbox fue una total controversia para aquellos gamers que todo lo quieren probar, como pasó con los God of War en la competencia. Este juego para Xbox One se lanzó el 28 de Agosto del año pasado y causó un gran furor entre quienes tienen dicha consola no solo por la renovación, sino porque apelaba de lleno a la nostalgia. En esta remasterización disfrutamos el título con un nuevo re-diseño de gráficos, 60 fps sin problema alguno, nuevos modos de juegos incluyendo modos cooperativos y otras novedades también importantes, como su resolución preparada para 4K, aunque en ese caso, los requisitos crecen tanto que solo las maquinas extremadamente gamers lo podrán correr.

Las ciudades en ruinas, todos los desechos y escombros que decoran nuestro comino tienen unas texturas hermosas y completamente realistas, que se complemente con la iluminación iridiscente en los ambientes al aire libre y con una iluminación mucho más focal y dura, por así decirlo, en los ambientes cerrados. Si bien en algún que otro momento donde el juego está completamente cargado de acción, explosiones y enemigos, sufre de alguna caída en el frame rate, es mínima y pasa casi desapercibida, siendo algo que es lógico por cuestiones técnicas. Y si tenemos en cuenta que el Unreal es un motor que muchas veces tiene problemas con el despliegue de sus texturas en máquinas de no muchos recursos, ver que el juego no contiene ninguno de estos detalles es algo que no solo llama la atención, sino que genera esperanzas para aquellos que son usuarios natos de PC. Si le podemos criticar algo al juego, poniéndonos meticulosos, es la muchas veces torpe IA de los personajes que nos acompañan. Pero nada más.

Si bien Microsoft ha salido a decir que es consciente de algunos problemas de rendimiento y está trabajando en la mejora de la compatibilidad de controladores, el Gears of War: Ultimate Edition se ejecuta sin problemas. Aquellos que han jugado a los viejos Gears of War, van a sentirse como en casa, ya que los controles, las acciones, el modo de juego y todo lo que hace grande a esta franquicia se ve intacto. Para quienes tuvieron la suerte de jugar a esta misma versión pero en Xbox One, van a ver esas pequeñas diferencias que contamos anteriormente y disfrutar la dinámica jugabilidad que nos regala este título, donde la acción nunca descansa y la historia nos mete de lleno en la piel nuestro personaje.

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Una de las cosas geniales de esta entrega, es que muchos de los programadores son los mismos que trabajaron en la primera entrega de la saga, y antes de sacar el Gears of War 4, se pusieron a trabajar en esta remasterización y se nota el alma de la versión del 2006, aunque estemos hablando del mismo juego, ya que nada se perdió en el camino. Muchas veces, los cambios gráficos y tanto desborde visual hace que la jugabilidad quede un poco relegada, pero este no es el caso. Ver, entonces, el nivel visual que tenemos a mano y recordar los bordes escalonados y las texturas rotas de antaño causa una nostalgia particular, y el hecho de que todo sea impresionante a un nivel cinematográfico y en 1080p, nos hace sentir como si la experiencia fuese nueva, recién salida del horno. Y si bien vamos a sentir también ese viaje en el tiempo para sacar a Marcus de la cárcel y darle un arma para ir de lleno a la batalla a buscar el “resonador”, el juego también toma prestadas algunas cosas de sus secuelas, para hacer más dinámica y explosiva toda la experiencia. Es como aprender de lo bueno y quitar de lado lo malo.

Negar que el Gears of War, cualquiera de ellos, basa su entretenimiento en la acción continua, es nunca haber agarrado el mando y nunca haber disparado para matar a cuanto locust se nos cruce en el camino. Por eso es que no hay mucho para decir de este título: nos vamos a encontrar con un juego lineal, con caminos completamente prearmados para recorrer con constante atención a las esquinas. Siempre que veamos algún lugar o elementos u objetos para escondernos, es porque van a aparecer enemigos. En ese momento, no queda otra que cubrirnos y disparar todo lo que tengamos a mano hasta eliminar la amenaza. Una vez que terminamos, buscamos municiones y seguimos nuestro camino, hasta llegar a nuevos enemigos o jefes que son del tamaño de casas o edificios, comparados con nuestros personajes. Pedirle más al juego sería un error, al igual que no saber disfrutar de esa acción tan estrepitosa y desmedida que nos ofrece.

El sonido, el doblaje de las voces al latino, las increíble cinemáticas, la definición, la acción, la dinámica, esa cosa tan del cine de acción de los 80s que tiene con los personajes forzudos, las armas gigantes, y los enemigos más malos que podamos encontrar. Gears of War: Ultimate Edition es lo que promete, ni más ni menos. Una remasterización de un clásico que fue el cimiento para este tipo de TPS y un padre para todos los que salieron posteriormente.

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