Final Fantasy 7 Rebirth trae la saga de regreso en su mejor forma y hace más que jugar con la camiseta gracias a su vibrante mundo. Lo jugamos de manera exclusiva en PS5 y te contamos por qué los dólares de tu billetera ya tienen destino, ¡en esta nota!
Cada vez que sale un Final Fantasy nuevo pasa un poco lo mismo: un grupo de personas que los sigue a todos lados celebra el genial lanzamiento de la última iteración mientras que otros insisten con que la saga los dejó atrás y no se parece a sus años de gloria. Final Fantasy 7 Rebirth quizás sea el juego que más esfuerzos hace por cerrar esa brecha al proponer una reversión de la historia más icónica de los RPGs, en su mejor versión, y con suficiente exploración, opciones tácticas y modos de jugar para que nadie se quede afuera. Después de probarlo durante muchas horas en PlayStation 5 pero sin haberlo completado aún (en serio, la cantidad de contenido es muchísima y vamos a ir actualizando la review), lo más importante que tenés que saber sobre este juego es que a pesar de ser un exclusivo de PS5… genuinamente es para todos.
¿Qué tenemos enfrente?
Final Fantasy 7 Rebirth es la segunda parte de la trilogía Remake, y ya pudimos disfrutar de la primera, Final Fantasy 7 Remake, en PS4, PS5 y PC. Se trata de una reversión del eterno clásico de 1997 para la PlayStation original en modo full next-gen donde se cambia el sistema de combates de menú por un sistema que combina acción y tiempo real con momentos tácticos pero donde además la presentación pasa de un montón de polígonos atados con alambre a increíbles diseños modernos que recapturan la magia de siempre.
El nombre “Remake” es quizás lo más engañoso que haya hecho Square Enix: si ya jugaste la primera parte, sabés que más que una recreación 1 a 1 del original es más bien una reversión o reimaginación de los hechos con elementos nuevos que pretenden mantener el misterio y darle energía a la trama. Una comparativa podría ser la versión de Evangelion de la saga original comparada con la versión en cuatro películas. Sí, más o menos empiezan igual y repiten varios momentos icónicos, pero ya para el medio todo cambia y sobre el final son dos obras completamente separadas… ¿que incluso podrían ser continuación una de la otra? Final Fantasy 7 Rebirth mantiene esto construyendo sobre el imprevisto final del anterior y oculta muchísimas sorpresas.
Se trata de una reversión del eterno clásico de 1997 para la PlayStation original en modo full next-gen donde se cambia el sistema de combates de menú por un sistema que combina acción y tiempo real con momentos tácticos pero donde además la presentación pasa de un montón de polígonos atados con alambre a increíbles diseños modernos que recapturan la magia de siempre.
Final Fantasy 7 Rebirth arranca con un “previously” que recapitula los hechos del primer juego para que todo el mundo esté al día. Sin embargo, es muy recomendable haber experimentado su historia antes porque a pesar de todo hay muchos personajes y subtramas para seguir. Es que esta secuela cubre la mayor parte de la trama del videojuego original, lo posterior a la salida de Midgar cuando realmente se abre el “mundo abierto”. Y, si, acá es donde el juego muestra de qué está hecho. Este es quizás el primer Final Fantasy en más de 20 años que permite explorar vastos mapas y no solo dejarte llevar por la historia, sino simplemente ir a ver qué hay.
Mundo abierto pero fragmentado
El juego completo arranca más o menos con la porción que viste en la demo, y luego comenzás a explorar el pequeño poblado de Kalm. A medida que se empiezan a dar las cosas terminás saliendo de los muros que rodean la ciudad y tenés inmediatamente enfrente un “momento Bethesda” a lo Fallout 3 o Skyrim: el sol y ver el vasto mundo delante tuyo. Resulta que Final Fantasy 7 Rebirth es un juego de trasladarse entre locaciones y parar a ver qué encontrás. Muy de videojuego, por ejemplo, encontras torres que podés “activar” para que revelen nuevos objetivos, personas con ganas de jugar a las cartas (Queen’s Blood es potencialmente tu nueva adicción), personas que te piden favores y arrancan cadenas de quests, monstruos muy por encima de tu nivel y más.
Uno de los aspectos más interesantes es que en este juego reaparece Chadley, el investigador de Shinra, y te asigna más tareas estilo “derrotar tales monstruos de tal manera”, “explorá tal lado”, y cosas así. Pero, lo mejor que tiene es un sistema para conseguir nuevas invocaciones que peleen a tu lado, generalmente una por mapa. El tema es que ni bien te comenta que la pelea existe, el enemigo al que te vas a enfrentar es muy difícil. Pero, a medida que explores y completes tareas vas a poder ir quitándole buffs y hacer la pelea más manejable. Este sistema es una joya total porque es una recompensa increíble, que está ahí desde el vamos si sos corajudo, pero que te motiva a explorar si no te sale para bajarle la dificultad y volverte más fuerte vos en el proceso. En vez de enfrentarte al monstruo fácil y subirle la dificultad para ganar más recompensas, acá invirtieron todo en un sistema que tiene una lógica preciosa: debería ser siempre así.
Algunos de los mejores momentos que pasamos con FF7 Rebirth se trataron de ver algún punto en el mapa, caminar hacia allá y encontrarnos con vistas impresionantes a medida que navegábamos terreno con montañas que a cada giro nos ocultaba otro motivo para seguir paseando
Algunos de los mejores momentos que pasamos con FF7 Rebirth se trataron de ver algún punto en el mapa, caminar hacia allá y encontrarnos con vistas impresionantes a medida que navegábamos terreno con montañas que a cada giro nos ocultaba otro motivo para seguir paseando. Incluso viniendo del original y conociendo qué pueblos hay, ahora hay nuevos territorios con personajes que no estaban, nuevas oportunidades de tomar quests, regresos del primer Remake y más. Sería un gran error pensar que no hay sorpresas para vos, incluso si jugas solo el modo historia sin preocuparte mucho por lo que tenés al costado.
Eso sí: igual que el juego original, no es que podés ir a todos lados desde el principio. Como hay una estructura de capítulos, las distancias son enormes y el terreno es más que un paño limpio, lo correcto es pensarlo como una serie de mundos abiertos interconectados desde el menú. Podés ir a cualquier mapa que ya hayas estado con el fast-travel, pero vas a ir para adelante cuando la historia te lleve allá. Es que justamente, podés disfrazarlo como quieras pero este es un juego de historia primero y antes que nada.
La trama
Una vez más, esta es la segunda parte de una historia por lo que conocer a los personajes, si bien no es indispensable, hace una diferencia enorme. En Final Fantasy 7 Rebirth controlamos a Cloud Strife y Avalanche, un grupo de ecorevolucionarios que se enfrentan a la corporación Shinra que intenta drenar al planeta de la energía conocida como “Mako”. Todo cambia cuando se enteran que el legendario guerrero de cabello Pantene y locura psicótica Sephiroth está vivo y recorriendo el mundo por algún motivo desconocido. Así, tanto Avalanche como Shinra le darán caza a lo largo del mundo, descubriendo las historias de cada uno de los personajes en el proceso, explorando las regiones, y más.
te podemos decir que a medida que progreses por los diferentes momentos del juego te vas a topar con secuencias increíblemente potentes a nivel emocional.
Si te podemos decir que a medida que progreses por los diferentes momentos del juego te vas a topar con secuencias increíblemente potentes a nivel emocional. No es solo sacar a relucir tropos de anime sino que Rebirth se anima a plantear que luchar por una causa tiene consecuencias, que el capitalismo y búsqueda desaforada de dinero es el enemigo de todo y no tiene problema en llevarse a los que amamos o quebrarlos, que hay que respetar a los mayores por un lado pero por otro no tomar todo lo que dicen como la ley del mundo, y que quizás no sepamos todo sobre el mundo que nos rodea. Desde filosofía hasta momentos super íntimos y cálidos, pasando por explosiones de furia y momentos de comedia, FF7R tiene de todo.
Justamente, hablando del tono, como pasaron como 25 años desde el lanzamiento del juego para PS1 y en el medio hubo películas, Kingdom Hearts y montones de artículos de periodistas angloparlantes que sin mucha idea hablaban de los personajes con la peor pintándolos como emos faltos de estimulación, quizás te encuentres con que el tono del juego es una sorpresa total. Final Fantasy 7 Rebirth tiene estilo, es graciosísimo, y los personajes manejan una teatralidad espectacular. Olvidate de los silencios solemnes y personajes gritando “Sephiroth” de las parodias o fanarts, el juego real no solo es mucho más complejo y diverso sino que es de lo más único que podés experimentar en el mercado. No existe un solo videojuego, ni siquiera dentro de la misma saga Final Fantasy, que sea tan único como este.
Los personajes carrean la narrativa y jugabilidad
Un poco la gracia de FF7 Rebirth es que, como ya conociste a los personajes en el primer juego, ahora no hace falta que te los presenten sino que los pongan a hacer cosas. Solo caminar por ahí explorando, peleando y descubriendo cosas hace que se pongan a charlar lo que hace que se sientan mucho más unidos, como que genuinamente estás en control de un grupo. Justamente, ahora cada uno tiene un “indicador” de la relación que tienen con Cloud algunas quests te dan instancias para charlar con ellos y evolucionar tu situación para que mejore o empeore. No solo Aerith y Tifa, las dos “potenciales parejas románticas” por las que todo el mundo pelea en internet.: todos los personajes tienen escenas y cosas para decirte. Lo mejor: incluso si jugaste el FF7 original y sabés a grandes rasgos cómo son las escenas, acá hay suficientes cosas que profundizan las relaciones como para que te sigan sorprendiendo.
Lo otro que es increíble es lo bien que funcionan los diferentes personajes dentro del combate también. Cada uno tiene jugabilidad única y especializada, y así como Tifa es la experta en subir las barras de stagger para “noquear” al enemigo con daño aumentado, Cloud pega más fuerte que nadie, Aerith hace magia más potente y Barret maneja los ataques a distancia más confiables. A esto se suman personajes nuevo como Red XIII que funciona como una especie de tanque ideal para bloquear, Yuffie que puede cambiar los elementos de sus ataques (sí, como el DLC de Remake), o Cait Sith que tiene algún elemento de probabilidad en sus mejores jugadas y te puede sorprender muchísimo. Si a esto le sumamos que existen diferentes armas con varias habilidades, materia (orbes) que podés equipar para manejar distintos hechizos y accesorios, el nivel de configuración y personalización no tiene precedentes: podés armar lo que quieras.
Por momentos la trama te va a forzar a que uses a algún personaje en particular por lo que no deberías descuidar a nadie. Lo que está bueno es que esto no necesariamente significa que vas a estar forzado a agarrar a uno que se te quedó en nivel 13 cuando los demás están en 35, sino que todos suben más o menos a la par en términos de nivel y desbloqueando nodos en una esfera de progreso, y es recién en el nivel de personalización que tenés que prestar más atención. Incluso existe una mecánica de “Party Level” (nivel del grupo) que mide la unidad de tu equipo en general y permite acceder a nuevos nodos de personalización para acceder a más mejoras.
La presentación y la performance
Hasta ahora quizás sientas que todas son flores, y con buen motivo: Final Fantasy 7 Rebirth es un juegazo. Sin embargo, el aspecto técnico podría estar mejor y no estamos seguros del balance que eligió Square Enix, pero que esperamos que corrijan en los parches. Ocurre lo siguiente: los modelos de personajes son perfectos, los escenarios espectaculares y la música increíble con sus reversiones de la música del juego original ahora con variantes de exploración, de combate, y crescendos que acompañen. Pero, en el momento que tenés que elegir si querés jugar en modo performance o 4K, tenés un dilema potente. Lo cierto es que para apreciar lo que tenés enfrente, poner 4K te permitirá la mejor experiencia a costo de las frames, y la caída se siente muy fuerte. Sin embargo, si ponés modo performance, te empezás a topar con algún que otro pop-in al costado del ojo mientras recorres el campo (varias veces se nos apareció un yuyo de la nada) o el sistema de iluminación te arroja alguna imagen polémica.
el aspecto técnico podría estar mejor y no estamos seguros del balance que eligió Square Enix, pero que esperamos que corrijan en los parches.
Remarcar esto es quizás de elitista porque el 98% del tiempo todo funciona como corresponde, pero el resto de la experiencia es tan prolija que cuando ese 2% ocurre, se nota. Eso sí, Square Enix dijo que estaba consciente de esto que también ocurría en la demo y esperamos que estas mejoras lleguen a la versión full. Queremos creer que FF7R es espectacular, pero mañana será aún mejor.
En conclusión: recomendado para todo el mundo
La finalfantasineta camina y encuentra la mejor versión de su fórmula con un juego que nos va a tener comentando detalles por años. Con esta reimaginación de la historia se suma muchísimo necesario contenido como para que valga la pena vivir su historia y dejarse sorprender o anticipar lo que se viene. Si, por otro lado, acabas de llegar te vas a encontrar con un juego de acción y aventura hiper competente lleno de personajes carismáticos, una banda de sonido increíble y una presentación casi soñada que te va a dar tantas horas como un Red Dead Redemption si te enganchas con su mundo. Si bien es una imprudencia salir a gritar GOTY cuando recién está terminando febrero, cualquier proyecto que tenga una jugabilidad de este nivel, que invite a jugadores viejos y nuevos a descubrir un universo y que lo haga a la altura de un legado imposible cuando te enteras de lo que representa para muchos de nosotros, mínimo te tiene que sacar una sonrisa y hacerte decir “candidato”.
FECHA DE LANZAMIENTO 29 de febrero de 2024 DESARROLLADOR Square Enix DISTRIBUIDOR Square Enix PLATAFORMAS PlayStation 5