Final Fantasy 14: Endwalker al fin está entre nosotros para cerrar la historia de Hydaelyn y el Guerrero de la Luz por lo alto. Te contamos todos los detalles después de jugarlo en PS5, ¡en esta nota!
Después de una década de historias, encuentros, raids, pruebas, casamientos y momentos que les sacaron sonrisas y lágrimas a más de 20 millones de jugadores, Final Fantasy 14: Endwalker está disponible para PC, PS4 y PS5. Este es el capítulo final de una historia larguísima que demandó horas y horas de juego, meses de suscripción de sus usuarios, y el trabajo dedicado de Naoki Yoshida y el resto de su equipo en Square Enix. Este MMORPG pasó de ser un producto que casi destruye a Square Enix a una obra maestra al centro de la estrategia económica de la empresa en tiempo récord, y ahora los jugadores pueden disfrutar del final de la historia. Bah, “final” entre comillas.
No te vamos a aburrir con la historia, lo que pasó antes, o lo que vino primero. Lo cierto es que Final Fantasy 14: Endwalker requiere meses o años de conocer el juego y antes de poder siquiera pensar en disfrutar este contenido, tenés que superar todas las expansiones anteriores.
Esta entrega es para los que están desde siempre, como seguramente sabés si hiciste click en esta nota, pero si de casualidad nunca jugaste FF14 ni sabés de qué se trata, tenemos reviews anteriores que podés chequear. Del mismo modo, si te interesan las primeras impresiones de Endwalker, también cubrimos eso acá. Finalmente, no te olvides que el juego base es gratis hasta nivel 60 e incluye la multipremiada expansión Heavensward. También tené en cuenta, esta review está llena de spoilers de esos títulos.
Final Fantasy 14: Endwalker arranca con una premisa simple: el reino de Sharlayan no se quiere unir a Eorzea para pelear contra el imperio y los Ascians, y nuestros héroes viajan allá para averiguar por qué. El momento es crítico porque Fandaniel y Zenos buscan recrear “los días finales” y hacer que el mundo acabe, pero desde Sharlayan dan a entender que esto no importa y es poca cosa: el literal fin del mundo no los motiva a reaccionar (teléfono para la peli Don´t Look Up de Di Caprio). De ahí, el juego nos lleva a diferentes áreas para desenmascarar lo que finalmente está pasando. La primera toma inspiración en la India, algo pocas veces visto en un juego triple A, y nos revela un nueva facción para complicar el entramado político de la saga que no tiene nada que envidiarle a Game of Thrones. La segunda se llama Labyrinthos y es esta especie de misterioso laboratorio cruza con reserva natural donde los habitantes de Sharlayan almacenan no solo conocimiento sino especies vivas de animales, plantas, y más.
Un aspecto que está presente en Final Fantasy desde la primer entrega es que, sí, el mundo tendrá una estética de fantasía pero no se le hace asco a la ciencia ficción. En el siguiente mapa, tal y como ocurría en la conclusión de Final Fantasy 4, los jugadores visitarán la luna y se enterarán del terrible secreto que oculta, además de enfrentarse a Zodiark – el literal dios de la oscuridad al que los Ascian intentan invocar desde que empezó la trama. Esto es solo la primer mitad de la expansión. Ya para el cuarto mapa, los jugadores verán las ruinas de Garlemald tras la guerra civil por el trono y se enterarán de las consecuencias del enfrentamiento contra Zodiark, pero también será uno de los mejores momentos del juego por otros motivos. Una vez más, FF14 no toma placer ni hace catarsis con la caída del Imperio sino que genuinamente se toma su tiempo para mostrar un pueblo roto y desesperanzado donde viven personas con motivaciones individuales en vez de los monstruos sin cara típico de los videojuegos más maniqueos. La narrativa está en su mejor forma.
Al final de este cuarto acto, el planeta entero parece estar condenado, pero FF14 está en su mejor forma cuando el o la Guerrero de la Luz arranca una última esperanza de donde no había nada. El quinto mapa se llama Elpis y nos permite ver al mundo de los Ascians como era vía viaje en el tiempo. Esta es una parte que va a entusiasmar a los fans no solo por poder conocer a Hydaelyn, en nombre de quien venímos actuando hace 10 años, y entender exactamente por qué es quien es, sino que además podremos interactuar con Hythlodaeus y (señores y señoras, todos de pie) Emet-Selch en su mejor forma, en el pico de su poder. Junto a ellos podremos recorrer uno de los mejores dungeon del juego, entender el motivo del Fin de los Días, y experimentar cómo funcionan los viajes en el tiempo, el destino, y montones de cuestiones filosóficas que son algunas de las temáticas más existenciales de Final Fantasy. De este modo se termina de configurar el conflicto que se infería desde el día uno que prendiste el juego: esta es una historia de vencer a la más absoluta forma de nihilismo. Final Fantasy 14 se mete a fondo con la entropía, la muerte calórica del universo, y la nada definitiva y lo que representa, y nos retrotrae directamente a villanos clásicos como Ultimecia, Kefka o Exdeath, intentándole dar un giro más humano al deseo por la nada misma.
No te vamos a espoilear la conclusión del juego porque tenés que experimentarla por vos mismo, pero sí te vamos a decir que toma lugar en el borde del universo y es uno de los encuentros más jodidos de la historia de la saga. En esta instancia final, el Guerrero de la Luz en un grupo de 8 jugadores deberá enfrentarse a una de las batallas más climáticas de la serie donde aliados, enemigos, héroes, y la carga de todo lo que vino antes fluye con un único curso inevitable para narrar una historia increíble. El final no es que sorprenda por lo novedoso, y quizás se lo pueda acusar de fan service, pero lo cierto es que si trabajaste 10 años para generar una historia y hacer que todo confluya de una forma tan elegante, sentida y genuina como lo que logró narrar Naoki Yoshida y su equipo, se siente ganado, merecido, completo y redondo. Lo mejor es que no solo resuena temáticamente con todo lo que vino antes sino que dialoga directamente con la saga dando una unidad temática y coherencia estética que son Final Fantasy en su mejor forma: este es un título para la historia.
Ok, ¡Ganaste Final Fantasy 14: Endwalker! ¿Y ahora?
Los MMORPGs no se terminan: continúan al infinito o mueren. Si pensas en el futuro a corto plazo, sabés más o menos qué esperar – parches de contenido que cierren hilos y aten cabos sueltos en los próximos meses, que las raids de 8 jugadores continúen (ya se abrieron las primeras 4 etapas de Pandemonium, que sí, se llama igual que el castillo del Emperador de FF2) y que venga la raid de alianza para 24 jugadores. Los próximos meses van a tener estas instancias como grandes protagonistas, pero Yoshi-P además aseguró que con el final de una saga también se viene el principio de otra, sin las sombras de Hydaelyn y Zodiark. Además, con el juego en su mejor momento, terminarlo definitivamente sería un suicidio comercial – hay FF14 para rato, y si hablas con los jugadores, están más que agradecidos. Sin embargo, si tenés que saber algo es que esto definitivamente es el final de una era.
El apartado técnico y artístico
Final Fantasy 14: Endwalker brilla primero y principal por su historia, y la elegancia con la que narra. Los actores que ponen sus voces a los personajes hacen algunos de los mejores trabajos en la historia de la saga, y los momentos emocionales pegan tan fuerte como los momentos leves te sacan sonrisas. Además, el apartado gráfico si bien no será un espectáculo visual next-gen a la altura de un Forza Horizon, no descuida para nada el arte y sorprende el grado de detalle, inmensidad de los planos y la mucha personalidad que hay en cada segmento.
Por el lado jugable, las colas interminables del lanzamiento comenzaron a ceder y hoy es mucho más fácil entrar a jugar y poder experimentar el contenido. Especialmente fuera de las horas pico, lo más probable es que no tengas esperas de más que un par de segundos para ingresar al servidor y reencontrarte con Eorzea. Todo anda como debiera, aunque quizás tengas que esperar un poco para entrar a algunos dungeon si jugas clases de DPS: lo de siempre, siga caminando.
Además de los actores individuales, quien se roba muchísimo protagonismo es el compositor musical Masayoshi Soken. Este quizás sea su mejor trabajo en la historia de la saga por incorporar de una forma maestra los leitmotiv, y es increíble su capacidad para construir una escena con música familiar. Algunos de los mejores momentos del juego implican darte cuenta cuando entra un personaje en escena y reconocerlo por escuchar su melodía dentro del juego. El mejor ejemplo es Venat, una ex líder de los Ascian y quien eventualmente entregaría su cuerpo para convertirse en la diosa Hydaelyn, donde a lo largo de nuestros encuentros con ella escuchamos el tema “Answers”, compuesto originalmente por Nobuo Uematsu. Soken lo reinterpreta varias veces durante del juego para mostrar los cambios que atraviesa, y este tipo de detalles son los momentos que separan a alguien talentoso de un genio.
En conclusión
Lo que te digamos en esta review en realidad importa poco, porque si estás en condiciones de jugar Endwalker, ya sabés de antemano que vale la pena. FF14 en su totalidad dejó de ser el secreto mejor guardado de la industria a un fenómeno de masas sin precedentes con jugadores de todo tipo y orígenes, que da un grado de personalización sin precedentes, y da acceso a un mundo de aventuras que es vertiginosamente grande. Se le puede criticar que su modelo de suscripción quizás se sienta viejo existiendo juegos como Genshin Impact que nos hagan cuestionar la mera idea de pagar por mes – más si sos latinoamericano y Square Enix parece cada vez menos dispuesta a ceder con los usuarios locales. Sin embargo, a cambio de tu dinero tenés el producto más premium de lo premium, y en su mejor momento. Tu tiempo y dinero son valiosísimos y no está bueno perderlo en cualquier cosa, pero en FF14 está bien invertido.
“El diablo está en los detalles”, dice el refrán, y es ahí donde Final Fantasy 14 se convierte en una experiencia transformadora. Se puede comentar este juego como una sucesión de eventos, desafíos, pruebas y dungeons, pero los jugadores están acá por el todo cohesivo de narrativa, jugabilidad, arte y comunidad; por la minuciosa atención a las personalidades de los héroes y villanos, por el momento a momento donde descubrís algo que no habías notado antes… y por lo divertido que es mostrarle estos detalles a los miles de jugadores que comparten este mundo con uno. Endwalker puede darse este lujo porque tiene 10 años de historia sobre los que construirse, y cierra todo de la mejor manera como si fuera un producto artesanal, a medida de los fanáticos, consciente de su legado y la historia del propio título y saga a la que pertenece. Final Fantasy 14 es exactamente lo que debería ser, y Star Wars Episodio 9 y Game of Thrones temporada 8 tendrían que aprender de esta lección.
FECHA DE LANZAMIENTO | 7 de diciembre 2021 |
DESARROLLADOR | Square Enix |
DISTRIBUIDOR | Square Enix |
PLATAFORMAS | PC, PlayStation 4, PlayStation 5 |