Final Fantasy XIV: Endwalker, la más nueva expansión del MMO más jugado del mundo, está entre nosotros para completar la historia de Hydaelyn. Te contamos las primeras impresiones, ¡en esta nota!
FInal Fantasy XIV: Endwalker llegó para dar el ansiado cierre narrativo a la saga de MMO de FF14. El juego, originalmente lanzado el 30 de septiembre de 2010 nació como un patito feo que de la mano del maestro Naoki Yoshida se convirtió en un cisne, no paró de crecer, mejorar, e impresionar no solo a los fanáticos del JRPG sino a jugadores de todos los ámbitos. Hoy, con más de 25 millones de jugadores activos, el interés por la saga es mayor que en toda su historia, y es en este contexto que tenemos una nueva expansión que a la vez oficia de “cierre” de la parte narrativa… al menos de la actual.
Antes de empezar a hablar del juego mismo, es necesaria una aclaración: un MMO funciona distinto que otros juegos, y esta no es una experiencia de 12, 30 o 50 horas. Si un MMO hace click con vos, va a ser normal que le dediques por encima de las 500, y dado que los más populares (FF14 y WoW) justamente funcionan con modelo de suscripción por mes, la cantidad de tiempo que le dediques es lo que amortiza tu inversión. Para poder jugar Endwalker vas a tener que haber terminado el juego base y las expansiones Heavensward, Stormblood y Shadowbringers antes de siquiera soñar con tocar este contenido nuevo. Estás enfrente de muchas, muchísimas horas de juego, pero al menos el juego base y Heavensward son completamente gratis.
A lo que va toda esta introducción es que, si estás en condiciones de jugar Endwalker es porque ya amas FF14 de antemano, y esta no es una experiencia “casual”. El jugador llega a este punto con una serie de expectativas tanto en lo narrativo como en lo jugable que son altísimas… pero por suerte del otro lado están Naoki Yoshida, Masayoshi Sokken y el resto del equipo que viven para complacer. Esta review está en progreso porque no solo es larga, cargada de contenido y requiere tiempo sino que en este momento el mero acto de jugarla es una odisea. Eso sí, lo que vimos impresiona, e impresiona mucho.
Primero, hay que referirse al enorme elefante en la habitación: por estos días es muy dificil tener acceso al servicio mismo para poder jugar. FF14 obviamente requiere una conexión a internet para jugar, y los jugadores se conectan a data centers y servidores de diferentes locaciones del mundo, y en general es un sistema que funcionó perfecto siempre. El problema ocurrió cuando se juntaron la expansión más esperada en la historia del juego con el récord de interés por la saga en general. Final Fantasy XIV: Endwalker funciona como un parque de atracciones donde para entrar al juego tenés que hacer cola, pero en este momento las colas son interminables, larguísimas, eternas.
Al jugar desde el pre-lanzamiento fue común encontrarnos con colas de 4000-5000 personas y que tuvieran que pasar un par de horas en la pantalla de logueo hasta que finalmente pudieramos entrar a nuestro servidor. A veces, tan largas eran las colas que los jugadores recibían el error 2002 que los sacaba de la espera, y tenían que volver a empezar. Hoy, las colas están reducidas en comparación, pero siguen alrededor de 2000 personas cuando antes lo normal era tener colas de 30-50 personas y esperar solo unos segundos. Esto es consecuencia directa de lo mucho que los fanáticos quieren experimentar este contenido, y la buena noticia es que si tenés la paciencia para atravesar esta barrera… el contenido está ahí, y es increíble.
Sin spoilers de Endwalker, la última vez que vimos al Guerrero de la Luz y al resto de los Scions, los protagonistas de la historia, nos encontramos con que finalmente estaban al frente de una Eorzea unificada, lista para resistir los embates del Imperio de Garlemald. Aliados con las ciudades estado, las tribus de bestias, viejos compañeros y enemigos, los héroes están listos para su duelo final contra Zenos y los Telophoroi que crearon incontables torres a lo largo de la tierra, y piensan usarlas como armas para drenar al mundo de su energía. Los únicos que no atienden al llamado son los eruditos de Sharlayan, un misterioso grupo que cuenta con el padre de Alphinaud y Alisaie en sus filas. Descubrir sus intenciones, meterse en el entramado político y combatir en dos frentes hará el grueso de la primer parte de esta expansión.
Las novedades desde lo jugable son muchísimas. Para empezar se suman dos nuevas clases, Reaper y Sage. El primero es un DPS que comparte piezas de armadura con el Dragoon, y puede invocar un demonio del vacío para pelear a su lado. El segundo es un healer poderosísimo que dispara lásers de un exoesqueleto muy a lo Iron Spider. Cada una de estas clases está disponible desde el minuto que llegas a nivel 70 así que si estás al día con la historia (nivel 80) podés ir y probarlas sin vueltas. Otros cambios incluyen el retoque de otras clases del juego para simplificar sus rotaciones y centrar más la atención en las mecánicas de cada combate. Por ejemplo, el dragoon ya no necesita recastear su buff blood of the dragon sino que ahora es una pasiva, y está activa siempre. La clase más cambiada de todas, es el invocador que ahora puede invocar a los primals como Ifrit, Garuda, Titan, etcétera en vez de las imitaciones, y se siente mucho mejor. Te recomendamos no solo usar las clases nuevas sino experimentar con los cambios de tus favoritas: son todos para mejor.
Las nuevas áreas son enormes, y tienen inspiraciones increíblemente variadas. Por ejemplo, una de las primeras nuevas zonas que vemos toma inspiración en la India, con elefantes bípedos, costas al mar, y fértiles praderas que dan contra las montañas llenas de misteriosas ciudades ocultas. Es en esta misma región donde encontramos a la Torre de Zot, una referencia directa a Final Fantasy 4 como mucho del contenido de Endwalker, y podremos explorarla con nuestros compañeros controlados por la computadora o por otros jugadores, tal como ocurre desde Shadowbringers.
No vamos a hablar de spoilers, pero ningún comentario de Final Fantasy XIV: Endwalker podría estar completo sin comentar la excelente calidad de la historia y el diálogo. Naoki Yoshida es uno de los escritores más capaces de la actualidad, y tenemos la suerte de que está detrás de un videojuego cuando podría estar escribiendo novelas, series o cine. Esta no es solo una aventura sino un cierre histórico de la saga de Hydaelyn, y por ello veremos no solo personajes nuevos sino que son constantes las referencias a hechos del pasado que ahora vuelven con fuerza para atarse a la trama principal. Es una forma de narrar prolija, cuidada, y llena de emoción que muestra que en oposición a Star Wars Episodio 9 o Game of Thrones temporada 8 se puede cerrar una historia muy esperada por lo alto – y esto lo decimos sin haber terminado todo el contenido de historia.
El drama personal de cada uno de los personajes que acompaña al Warrior of Light, sus motivaciones, historias y personalidades encuentran lugares para brillar, casi como si la historia hubiese estado pensada desde siempre para llegar a estos momentos épicos. La calidad es altísima y los jugadores pueden entrar sin miedo a que el cierre los decepcione, ya desde el minuto uno.
En conclusión
Final Fantasy XIV: Endwalker es, a primera vista, lo que los jugadores querían que fuera pero además una obra que tiene la categoría para innovar en los desafíos jugables y aportar algo nuevo en los modos historia. Su lanzamiento es complicado, y requiere una dedicación increíble debido a las enormes masas de jugadores que están intentando pasar por la misma experiencia que uno, y esto hace quizás hoy, día uno, minuto uno del lanzamiento de la más esperada de las expansiones, no sea quizás el mejor momento para jugarla. Eso sí, si podés con la ansiedad, con las eternas colas y los errores cada vez menos frecuentes producto del formato del juego, te vas a encontrar con que esta expansión no solo está a la altura, sino que tiene con qué plantearse como la mejor hasta ahora.
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