Elden Ring, lo nuevo de From Software, junta lo mejor de los claustrofóbicos Souls con un detallado mundo abierto que te va a obsesionar. Lo jugamos en PS5 y te contamos por qué, ¡en esta nota!
¿Alguna vez sentiste claustrofobia y opresión en un mundo abierto? En Silent Hill, abrir la próxima puerta daba miedo. En The Witcher 3, a la vuelta de la próxima loma, podía haber una quest… o un terrible enemigo. En Elden Ring, lo nuevo de From Software (Demon’s Souls, Dark Souls, Bloodborne y Sekiro) vas a tener que explorar las Tierras Intermedias mientras intentás sobrevivir constantes embates de enemigos y encontrar el coraje para poder juntar las piezas del anillo titular. Todos los componentes de un buen Souls están acá (sí, incluso la dificultad), pero el más peligroso de los enemigos vas a ser vos mismo que vas a tener que combatir tu frustración con tu astucia, tu miedo con tu curiosidad, y tus dudas con adrenalina. Lo jugamos en PS5 y te contamos todo lo que tenés que saber antes de comprarlo.
Elden Ring es un juego de acción en tercera persona con combate marca From Software, historia de Hidetaka Miyazaki, y mundo de George RR Martin (A Song of Ice & Fire/Game of Thrones). A simple vista quizás recuerde a un Dark Souls, pero esta vez la aventura nos llevará a recorrer un mundo abierto a lo Zelda: Breath of the Wild. En el juego no hay poblados, ciudades o quests, sino la vaga consigna de que si seguís la luz de los sitios de gracia (las “hogueras”), te van a guiar hasta las piezas del Elden Ring en cuestión, pero en el camino, todo va a intentar matarte salvo un par de mercaderes y personas que te quieren pedir alguna cosa.
A pesar de la consigna clara (“seguí la luz, buscá los pedazos del anillo”), lo cierto es que jugar Elden Ring así es jugarlo mal. El mundo abierto permite cosas que eran imposibles en los juegos anteriores como por ejemplo ocultar bosses opcionales, calabozos, zonas secretas, y áreas que están completamente fuera del mapa y demandan tu curiosidad si querés experimentarlas. Cuando arrancas el juego, tenés un mapa semivacío donde los puntos recién aparecen a medida que vas encontrando cosas y tu curiosidad te va guiando, y esto pesa más que cualquier narrativa. Olvidate de tener un diario de misiones, un marcador que te apunte a algún lado con la distancia, y esas cosas, acá vas a tener que estar atento a lo que tenés en frente y dejarte llevar.
Los personajes
Cuando empezás a jugar Elden Ring, te podés crear un personaje entre varios arquetipos, pero esto pesa poco. A medida que vas subiendo de nivel y encontrando tu estilo de juego, vas a ir subiendo las estadísticas que te sirven para hacer más daño, resistir más palos, y generalmente volverte más fuerte – hasta ahí lo normal. La gracia es que depende de las cosas que te gusten, vas a poder jugar en estilos completamente diferentes. Por ejemplo, en un principio nosotros hicimos un guerrero con espada y escudo, pero también podés hacer un arquero o mago para atacar a la distancia o un personaje sigiloso para aprovechar y golpear desde las sombras. Incluso, si jugás lo que crees que ya conocés (el guerrero con espada, ponele), vas a encontrar que además del clásico parry, ataque fuerte y débil, tenés maniobras estilo recibir un golpe en el escudo y contraatacar con R2 en un movimiento que te deja completamente abierto pero a la vez deja al enemigo listo para una estocada frontal. Lo mires como lo mires, no, no es lo mismo de siempre.
si jugás como nosotros, vas a morir mil millones de veces
La dificultad está finamente balanceada para siempre pedirte un poquito más de lo que podés dar, y si jugás como nosotros, vas a morir mil millones de veces. Esto es una prueba de persevereancia, como todo Souls, pero esta vez no es necesario que te la des contra la pared hasta que te salga. Como esto es un mundo abierto, la invitación a que explores está hecha y seguramente en plena sección de exploración de algún área te vas a encontrar con algo que parece imposible pero en realidad solo te pide que vuelvas después, con mejor equipamiento, mejores armas, mejores estadísticas… y más paciencia, que siempre es un factor.
La idea del mundo abierto por ahí da un poco de miedo al “Soulero” viejo que ya se enamoró de Sekiro, Dark Souls y Bloodborne, y lo cierto es que efectivamente son distintos – el mundo abierto cambia completamente el modo en que jugás. Pero, si lo que buscás es algo más clásico, hay montones de áreas que se llaman Legacy Dungeons y presentan diseño más clásico de áreas interconectadas y ascensores, y que muestran que From Software no perdió el toque maestro a la hora de conectarlo todo. La diferencia es que estas áreas ahora están ahí, en el mundo abierto, junto con todo lo demás pero arriba de enormes acantilados, detrás de gruesos muros o solo accesibles por un puente. No vas a poder explotar el mundo abierto para “saltearte” cosas. El diseño de mundo es exquisito y cada milímetro está puesto ahí por un motivo.
Elden Ring presenta un mapa relativamente grande que se amplía a medida que explorás y encontrás otros fragmentos de mapa, pero como caminarlo sería tedioso, tenés mecánicas para teletransportarte o recorrer a caballo. Cada sitio de gracia por donde pases (los lugares donde recuperas vida, subís de nivel y eso) te permite volver ahí, mientras que el caballo lo obtenés en los primeros minutos de juego y te permite moverte grandes distancias a grandes velocidades. Además, desde arriba del caballo vas a poder pelear y tirar ataques, pero dependiendo el arma que elijas, esto va a ser más o menos útil. El caballo no es una carta de “ganar”, pero sí te permite que si hay una bestia grande, bloqueándote el camino, quizás puedas ignorarla o huir, lujo que no te podés dar en las áreas cerradas.
La famosa accesibilidad
Elden Ring es, como todo juego de From Software, una experiencia donde el placer deriva de la autosuperación. No es un juego con momentos emotivos de diálogo, secuencias cinemáticas, o momentos de romance o misterio, y si estás acá por la trama (¡a pesar de que esto sea un mundo de George RR Martin!) este juego no es lo que buscabas. La dificultad es la que es, sin compromisos, y From Software te pide que te pongas creativo con cosas que tienen varios modos de solucionarse. En ese sentido, Elden Ring se las arregla para conservar su alma y ser efectivamente más accesible: no tenés por qué matar a todo, es un mundo abierto y si algo te mata podés esquivarlo o ir a otro lado. No tenés por qué seguir haciendo este calabozo, si te cansas que el boss te mate, andá a hacer otra cosa y mejorá tu personaje. Podés volver después y nadie te va a juzgar.
La otra cuestión que suma a la accesibilidad es que todos los builds y formas de desarrollar tu personaje son viables. Como los desafíos no tienen un orden pre-establecido, y tenés que superar las cosas a tu ritmo, tu mago que no sirve tanto contra un boss va a ser totalmente OP contra otro. Tu guerrero muere rápido pero nomás necesitas mejorar su armadura. El mundo abierto cambia la experiencia porque ya no tenés que pensar a los bosses como un bloqueo para llegar a la recompensa – la recompensa es el combate y la sensación de prevalecer. Obvio, esto no es para todo el mundo, pero no está mal que un videojuego tenga el coraje de explorar ideas y sensaciones que son consideradas “negativas” y que no ponga su foco en la exposición o historia cómo único aspecto con valor.
La parte técnica
Una cosa increíble de Elden Ring es que no se entiende que ocupe menos de 45 gigas y se vea como se ve. En oposición a títulos anteriores de FromSoft, este es un mundo que a pesar de su estética medieval de barro, sangre y huesos rotos tiene mucho más color y variedad que juegos anteriores. Los FPS no caen nunca (al menos en PS5), y la experiencia visual es una maravilla. Si nos podemos quejar de llenos es que los personajes y enemigos no están tan detallados cuando los mirás de cerca (ojo, igual cumple) y que el DualSense no hace mucho que digamos salvo tirarte algún ruidito o vibrar cada tanto. No hay drama, no estamos acá para eso.
En conclusión
Elden Ring es una experiencia completamente distinta a los Soulslike previos, pero que se las arregla para conservar todo lo que los hacía únicos. Jugar con este combate en un mundo así de amplio y lleno de secretos lo pone en este espacio entre un Soulslike tradicional y los nuevos mundos abiertos pero como el foco no está en el coleccionismo, el puzzle, o conseguir “160 de cada cosito para subir el nivel del arma”, hay más espacio para la curiosidad y simplemente asombrarse. Quizás no sea una revolución absoluta, y seguramente no sea lo que muchos que nunca jugaron un souls querían, pero si lo que querés es una versión ultraviolenta y de alta fantasía de Capitán América levantándose del piso y diciendo “podría hacer esto todo el día”, apretá los dientes y agarrá el control.
FECHA DE LANZAMIENTO | 25 de febrero de 2022 |
DESARROLLADOR | From Software |
DISTRIBUIDOR | Bandai Namco |
PLATAFORMAS | PlayStation 4, PlayStation 5,
Xbox One, Series X, PC |