Review Dolmen: espacio “muito gostoso” y con baño de sangre

Massive Work Studio de Brasil nos trae Dolmen con una propuesta bastante única: un Soulslike de ciencia ficción en el espacio. Lo jugamos en PS5 y te contamos todo lo que tenés que saber antes de jugarlo, ¡acá!

Desafortunado el soulslike que tenga que salir a la venta el mismo año que Elden Ring, y doblemente desafortunado si llega apenas tres meses después. La coincidencia le jugó muy en contra a Massive Work Studio, un estudio brasileño que quiso presentar una aventura espacial en tercera persona con un combate altamente involucrado y exploración que lleva a mil formas de morir. Dolmen, disponible en PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S, y PC es lo que dicen los papeles, y si sos fan de este estilo de juego, acá hay uno más para tu colección. Lo probamos en su versión de PS5 y te contamos los detalles.

Dolmen es un juego de acción en tercera persona, que sitúa al jugador en una estación espacial desde donde podremos ir y explorar diferentes áreas. En el juego controlamos a un ingeniero que tiene que investigar un accidente y podés encontrar piezas de lore para explicar lo que ocurrió, pero la historia es lo de menos. Lo importante es que, a medida que avanzas, te vas a cruzar con cosas y enemigos que vas a tener que enfrentar en letales combates donde un golpe puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

Nuestro personaje puede pelear a rango melée consumiendo la barra de stamina con cada ataque, como si fuera un Souls tradicional, o puede usar ataques a distancia con armas de fuego. Cada una de las dos formas de ataque una barra separada, y cada una de las dos tiene un ataque fuerte y un ataque rápido. La novedad es que hacer los ataques “fuertes” consume la energía de forma permanente y no se recupera a menos que uses ítems, los mismos que te curan la vida, entonces tenés que administrar tus recursos a la hora de jugarte por un ataque muy poderoso. Por suerte, matar enemigos a veces hace que dejen caer un frasco que te ayuda a seguir adelante, o podés ir al clásico campfire (acá, una máquina teletransportadora) para que te recargue todo.

El combate a rango es lo que lo diferencia de otros “Soulslike“, y si bien en parte es equivalente a hacer magia, en realidad es mucho más acotado. Incluso, podés usar tu arma de rango para imbuir tu arma melee de daño elemental y organizar pasivas para retroalimentarte y mejorar el daño. Acá es donde tiene las mejores ideas, porque el sistema tiene mucho lugar para la experimentación, la prueba y error, y no te penaliza por ver qué pasa si cambias cosas.

El flujo del combate es la parte más floja de Dolmen, porque los modelos son bastante duros. Tus ataques se sienten telegrafiados, como si estuvieras peleando con un arma de cosplay en el brazo en vez de una hoja real. Es complicado de describir, porque el enemigo, a la vez que recibe el golpe casi no se mueve entonces lo hace sentir a todo muy ligero – que no ayuda mucho porque los enemigos son fáciles de esquivar pero tienen bastante vida y suelen venir de a varios. Esto es una pena porque es una falla técnica jodida en un juego que está bien planteado en los papeles.

Dolmen tiene su modo multiplayer donde podés consumir un cristal dolmen para que alguien se te una. Cuatro jugadores pueden jugar a la vez, y después se van – y eso es todo lo que podés hacer. No hay invasiones, ni versus, ni coop, ni nada que se le parezca, que es una pena.

En conclusión

Dolmen cumple con lo justo porque es exactamente lo que promete y nada más – es un Soulslike espacial que tuvo la desgracia de salir pegado al mejor Soulslike de la historia, así que solo lo va a mirar el ultra fanático. El tema es que aporta un combate flojo, pocas opciones multiplayer, y por más única que sea la estética, te vas a encontrar pensando que esto ya lo jugaste antes, y en versiones más refinadas. Pero, este es un juego independiente, que no lanza a precio completo, y que muestra muchísima promesa para el futuro así que si Massive Work Studio aprende las lecciones correctas, vamos a tener que mirar con atención a su próximo proyecto.