Dark Souls II vuelve más grande que nunca en esta nueva edición que incluye el game original, expansiones y nuevo contenido. Acompañanos mientras analizamos Dark Souls II: Scholar of the First Sin.
No es que Dark Souls II sea un juego viejo o que genere nostalgia (originalmente lanzado a principios del 2014 para PS3, Xbox 360 y PC), pero de la nada aparece una nueva versión del juego titulada Dark Souls II: Scholar of the First Sin, y genera un toque de confusión. Esta nueva edición incluye el juego original mas todo el DLC, la aclamada trilogía de las “Lost Crowns”, pero además de estar disponible para todas las plataformas originales también llega para Xbox One y PS4 (la plataforma en cuestión que elegimos para este análisis) con gráficos aumentados, mejores texturas, y un par de cambios en el gameplay.
Antes de empezar a hablar, Dark Souls (y Demon Souls y Bloodborne en menor medida) se trata de crear tu propio aventurero/guerrero, que viajará por un mundo fantástico lleno de criaturas increíbles, dragones, muertos, esqueletos, caballeros, y todo típico bicho de folklore medieval, buscando los medios para salvar el mundo – nada muy novedoso, pero lo que hace especial a la franquicia pasa por la jugabilidad, que requiere que los jugadores avancen con cuidado, intenten predecir a los enemigos, y ganen con habilidad en vez de combos y poder bruto como en otros juegos.
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El rasgo que define a estas franquicias es lo mucho que los jugadores mueren en cada nivel: al morir la primera vez el juego incluso te desbloquea un trofeo que se llama “Esto es Dark Souls” – y, sí. Algunas muertes son más justas, otras menos, pero el juego se las arregla para enganchar a quienes le guste este estilo casi masoquista que recuerda a clásicos de NES como Battletoads o Ninja Gaiden, donde jugar bien era prácticamente repetir una coreografía de comandos y que te salga bien. Este juego no es para todo el mundo, pero a quien le gusta, lo enamora.
Dark Souls II: Scholar of the First Sin promete el mismo juego que ya te volvió loco el año pasado, pero en un paquete completo con todo el DLC y gráficos mejorados, incluso en las propias consolas originales. El equipo de From Software mismo dijo en entrevistas que esta nueva versión incluso tiene valor para quienes jueguen en PC, ya que se consideran capaces de hacer un mejor trabajo del que cualquier modder pueda lograr por su cuenta – ahora, ojo, hay cambios y cambios. Esta nueva edición no se ve mucho mejor en PC, Xbox 360 o PS3 comparado con la anterior, pero si el cambio es de Xbox 360 a Xbox One o de PS3 a PS4, te vas a sentir que estás jugando un juego nuevo. No es que en plataformas previas no haya cambios, sino que no son tan increíbles como en el caso de una consola last-gen a una current-gen.
El otro cambio interesante es para jugadores que ya hayan dado vuelta y conozcan Dark Souls II de principio a fin: varios items y enemigos cambian de lugar (como te anticipamos hace unos meses), además de que hay distintos items en el mundo del juego, y cambiaron los stats de algunas armas y armaduras para lograr un juego más parejo, donde no haya un set que sea claramente mejor que los demás, sino que cada jugador sea libre de jugar como más le guste. Además de eso, está el detalle de poder jugar de a 6 personas simultaneamente, colaborando o enfrentandose: alto bardo.
Dark Souls II se renueva pero sigue siendo Dark Souls II – y esto es una buena cosa. El juego no es para todo el mundo, pero así es como debe ser: From Software crearon algo para un nicho de gamers muy especial y no hay otro título igual. Con esto dicho, Scholar of the First Sin es recomendable sólo si nunca antes jugaste Dark Souls II (es lejos la mejor versión de un juego que ya de por sí es espectacular), o si estás pasando de las consolas Last-Gen a Current-Gen y te gusta mucho la cuestión de los gráficos – si no, los cambios no son tan marcados como para que valga la pena volver a comprar un título que, a nivel básico, no es tan distinto del que ya jugaste.