Review Command & Conquer Remastered Collection: la estrategia de la nostalgia

EA rescata un clásico de la estrategia en tiempo real en un pack que no sólo incluye el Command & Conquer original sino su spin-off Red Alert y múltiples expansiones.

Los primeros juegos de cada género palpitan posibilidades. El primer Doom, por ejemplo, está lleno de ideas que los FPS fueron abandonando de a poco, y quizás por eso todavía se sigue jugando.

Algo parecido pasa con los arcades primitivos de los ‘80 o los intentos de mundo abierto anteriores a GTA3. Ideas a medio formar. Caminos sin explorar.

Al pensar en el género de la estrategia en tiempo real (RTS), lo primero que nos viene a la mente son los juegos de Blizzard, y en especial la serie Starcraft.

Pero Command & Conquer (una evolución del precursor del género Dune II) viene de mucho antes. Del momento en el que esta mezcla extraña de ajedrez y acción aún no tenía mucha forma y, por lo tanto, todavía había espacio para inventar.

Stalin y la pandilla planeando cómo conquistar el mundo occidental en Red Alert.

Gaming de la Vieja Escuela

Como los primeros Warcraft, Command & Conquer no se tomaba a sí mismo muy en serio.

El original plantea un conflicto entre países aliados y un grupo terrorista que es una simple excusa para ofrecer distintos mapas en los que combatir.

El equilibrio es 75% acción, 25% estrategia.

El jugador suele empezar con un puñado de tropas y un vehículo con la capacidad de convertirse en una base de operaciones, que a su vez puede construir otros tipos de edificios. El objetivo es acumular recursos, expandir la base, y acumular un ejército que sea capaz de aniquilar al enemigo.

Las mejores misiones son las que rompen la fórmula, como esta cacería del espía al inicio de Red Alert.

Hay distintos tipos de unidades y edificios a construir, pero las mecánicas nunca se vuelven demasiado complejas.

El equilibrio entre estrategia y acción es un 25 por ciento para la primera, un 75 por ciento para la segunda. Los reflejos son más importantes que la precisión.

Esta base sólida permite a los diseñadores del estudio Westwood crear niveles originales, con objetivos distintos como supervivencia y exploración.

Experimentos que aumentan en la precuela, Red Alert, que salió un año después y cuenta cómo se llegó al futuro alternativo del primer juego en una historia delirante de la Guerra Fría, con la participación de Einstein, Stalin y hasta Adolf Hitler.

La remake está llena de humor, incluyendo un proceso de instalación que es puro guiño a la nostalgia.

Corrientes de Reconquista

Command & Conquer siguió el triste camino de la mayoría de las sagas del género. Ninguna tuvo el éxito de Starcraft como juego competitivo ni el impacto de Warcraft como universo.

Después de alcanzar su pico con Red Alert 2 en 2001, una seguidilla de entregas decepcionantes sumieron la serie en el olvido, tanto que la última entrega fue para celular: el inexplicable Command & Conquer Rivals. Un final triste y solitario.

Pero en los últimos años la estrategia en tiempo real volvió a ponerse de moda. Sagas como Total War no paran de crecer, surgieron joyitas indie cómo They Are Billions y ni hablar de DOTA2 y League of Legends, los dos nacidos de un mod del venerable Warcraft 3.

Justamente la remake de Warcraft 3 (Reforged) es un ejemplo de lo atractivo que es el género para un público nostálgico de clásicos del pasado, y de lo difícil que es respetar el original y a la vez actualizarlo para una nueva audiencia.

EA, por suerte, sale airosa del desafío gracias al excelente trabajo del estudio Petroglyph, que incluye a varios veteranos del estudio original y los creadores de joyas como Conan Unconquered y 8-bit Armies.

Los gráficos originales a la derecha, los remasterizados a la izquierda. La interfaz siempre es la actual.

Píxeles Potenciados

Command & Conquer Remastered Collection incluye el primer juego, de 1995, Red Alert de 1996, y sus respectivas expansiones, además de misiones adicionales que originalmente habían sido exclusivas de las versiones de Nintendo 64 y la primera PlayStation.

En términos de tiempo de juego son unas 80 a 100 horas, sin incluir los días que el jugador puede pasar experimentando con el modo multijugador y el editor de mapas.

La mejora principal está en la parte gráfica, y recuerda a lo que Microsoft ha hecho con la serie Age of Empires. El juego se puede ver en alta resolución hasta llegar a 4K, con modelos completamente nuevos basados en las unidades originales que hoy no son más que una mancha incomprensible de píxeles (con solo presionar la barra espaciadora podemos pasar del estilo nuevo al original.)

Esta lavada de cara visual no sólo se limita a las unidades y mapas, sino a una interfaz ligeramente modernizada en la que cada elemento está ubicado de forma intuitiva.

Las secuencias cinemáticas no están hechas de nuevo, sino recreadas en base a inteligencia artificial, un sistema similar al que usó Square Enix con los fondos del reciente remaster de Final Fantasy VIII.

Ese momento exasperante en el que solo queda una unidad enemiga y se escurre de las manos del jugador.

El trabajo de sonido es aún superior al de los gráficos. La música original, del género house y que recuerda a Killer Instinct, nunca sonó mejor que en este remaster. Las voces de las cinemáticas son mucho más claras que antes, y lo mismo pasa con los gritos y comentarios de nuestras unidades, fuente inagotable de humor negro.

La dificultad puede resultar engañosa para el aficionado al gaming moderno.

En términos de controles y diseño de misiones el juego no ha cambiado en lo absoluto.

La saga Command & Conquer no comunica mucha información al jugador, así que la mayoría de los cálculos (recursos disponibles en el mapa, poder combinado de nuestro escuadrón) deben hacerse mentalmente, y un error resulta fatal.

La dificultad puede resultar engañosa para el aficionado al gaming moderno. En los ‘90 todavía estaba visto como algo normal que la inteligencia artificial de un juego hiciera “trampa” en vez de actuar en base a las mismas reglas que el jugador. La curva asciende muy rápido y resultará esencial salvar la partida múltiples veces durante cada misión, mientras que el “pathfinding” o sentido de la orientación de nuestras tropas sigue siendo un punto débil.

Por eso quizás sea recomendable empezar por el ligeramente más pulido Red Alert y de ahí pasar al juego original. O directamente jugarlo en modo “casual”, que permite disfrutar de toda su inventiva sin repetir cada misión cinco veces.

Un generoso zoom out permite administrar mejor nuestras unidades y edificios.

Un Clásico sin Edad

Es la simplicidad de controles y elegancia del diseño la que hace de Command & Conquer una fórmula perfecta.

Los controles se aprenden en cuestión de minutos, pero dominar la enorme variedad de unidades tomará horas. La respuesta a nuestros clicks es tan precisa como en el pasado, y la sensación de soltar un ejército entero sobre la base enemiga sigue siendo un placer.

EA demuestra que todavía hay vida en esta saga casi olvidada, y aún los que temen a la palabra “estrategia” deberían dar una oportunidad a este remaster de altísima calidad que llega justo a tiempo para el regreso a Steam (y a sus precios localizados) de los juegos de este titán del gaming.


FECHA DE LANZAMIENTO 5 de junio de 2020

DESARROLLADOR Petroglyph Games

DISTRIBUIDOR EA

PLATAFORMAS PC

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