A Memoir Blue es una experiencia corta, única y original, que como aventura interactiva trata temas como el miedo, la perdida, la soledad y la tristeza. Lo jugamos en PC y te contamos todo en esta review.
Los videojuegos, hace tiempo ya, comenzaron de a poco a cambiar su impronta. Algunos empezaron a meter la emocionalidad como condimento, dándole profundidad a los personajes y haciendo sus historias en general, mucho más robustas. El gameplay era, quizás, el único “impedimento”, ya que los juego comúnmente presentaban el desafío de la habilidad o a agilidad de respuesta en diferentes mundos donde los personajes principales siempre tenían que estar haciendo algo, dejando así la narrativa para las cinemáticas. A Memoir Blue, este nuevo juego de Cloisters Interactive junto con Annapurna que jugamos en PC, se diferencia por ser de la nueva camada.
Una vez que se rompió el concepto generalizado de tener el 100% del control de los personajes, los creativos tuvieron aún más libertad para meter dentro de la narrativa, a esa emocionalidad tan buscada. Ya no solo reposaba en la historia o en las cinemáticas, sino que podía existir dentro del propio gameplay. Las aventuras gráficas, por ejemplo, son el ejemplo más fuerte de esta búsqueda, que no se conformó y buscó abarcar todos los géneros. Y las aventuras interactivas, donde uno como jugador tiene un mínimo de control de las situaciones, se volvieron uno de los formatos más amenos para contagiar emociones. No el único, pero si el que más se diferencia de todos los demás.
La interacción como medio de su búsqueda
Porque, para ser más concretos, una aventura interactiva es casi como ver una película, solo que nosotros tenemos que interactuar con diferentes elementos en pantalla o de diferentes formas mediante el teclado, mouse o gamepad, para poder avanzar. Cómo, dónde y cuándo, o en qué cantidad y forma, lo define cada juego, y en el caso de A Memoir Blue es sutil, simple y tan armonioso que se entrelaza con la propia búsqueda del juego, que, dicho sea de paso, es la opera prima de la empresa Cloisters Interactive.
Esta aventura es corta, no dura más de una hora y tiene un concepto claro desde el inicio. La historia nos muestra a Miriam, una joven atleta que ha ganado más trofeos de natación de los que puede recordar, que luego de otra victoria opacada por la propia banalidad de la existencia, llega a su casa y se da cuenta de lo sola que está. Entre recuerdos y tristeza, se queda dormida para entrar en un viaje plenamente onírico donde vamos a poder verla a ella desde que era pequeña, cómo adquirió el gusto por nadar, y la relación con su mamá, que es el eje de toda la propuesta.
Un aspecto visual creativo y emotivo al mismo tiempo
Mezclando animación 2D con 3D para separar a la Miriam del presente y a la del pasado, el titulo se desarrolla como una historia que avanza sola, requiriendo nuestra atención para pequeñas cosas, para hacer un par de clicks acá, allá, y que la cosa siga como si estuviésemos viendo una animación. El aspecto visual está bien realizado, y cumple con lo que promete, ya que centra su trabajo fuerte de 3D en los diseños y la creatividad de las escenas. Todo lo que es 2D arrastra una animación muy linda, fluida, que le da ese toque tierno que necesita por momentos, y esos destellos tristes que logran contrarrestar a los momentos de felicidad. De esa forma, va construyendo los vaivenes emocionales que terminan siendo el punto más fuerte de esta experiencia.
Hay algo que tiene que ver directamente con el lenguaje del juego, y es que justamente no existen diálogos. La historia es capaz de contarse por sí sola a través de recuerdos, siendo la Miriam grande que observa esos momentos felices de la Miriam chica y cómo todo comienza a opacarse, hasta llegar al clímax final. Como ya dijimos, las pequeñas y simples mecánicas de juego van ayudando a revelar estos recuerdos, algunos cargados de emociones, otro menos movilizadores, pero todos llenos del concepto de la historia, que al fin de cuentas, pasa por estadios como el miedo, la perdida, la soledad y la tristeza, además de dar vueltas por la ternura y la felicidad.
Ser o no ser, esa es la cuestión
En este aspecto, hay una delgada línea, que se sigue discutiendo hasta el momento, que plantea si estas experiencias interactivas son realmente un videojuego. En A Memoir Blue, si bien el 90% del juego es animación sin interacción, casi como ver una película, los pequeños puzzles ayudan a generar ese costado interactivo que lo convierte en un videojuego. Lógicamente, como el enfoque del juego es contar una historia y su peso emocional, los puzzles no ofrecen dificultad alguna y solo influyen en la dinámica del gameplay, afectando a toda la experiencia dependiendo el tiempo que tardes en resolver cada uno. Por nuestra parte, creemos que esa discusión no aplica en el exponente de Cloisters Interactive, ya que resulta ser una experiencia redonda, que da lo que promete o no ofrece nada que no termine regalando.
Ganando su propio lugar
A Memoir Blue es una poesía contada con mucha maestría y teniendo bien en claro cuál es su búsqueda. No todos van a experimentar los mismos sentimientos, ni van a poder lograr la misma empatía con los personajes, o quizás a algunos no los movilice en ningún sentido. Y es parte de estas apuestas, que un poco mueve en avispero entre tanto juego enorme a nivel desarrollo y producción. Estos pequeños juegos independientes tienen su lugar y su público, y a pesar de que no sea lo que estabas esperando, creemos que es una experiencia que vale la pena vivir. Es algo distinto, único, original, que sale de lo establecido e intenta afirmar su lugar en una industria que no deja de darnos sorpresas. Annapurna Interactive lo vuelve a hacer.
FECHA DE LANZAMIENTO | 24 de marzo de 2022 |
DESARROLLADOR | Cloisters Interactive |
DISTRIBUIDOR | Annapurna Interactive |
PLATAFORMAS | Nintendo Switch, PlayStation 4, Microsoft Windows, Xbox One, Xbox Series X/S, PlayStation 5 |