Juegos Condenados: PlayStation 3 fue el Ave Fénix de Sony

Después de la consola más vendida de todos los tiempos, Sony se la creyó y tuvo que correr en tercer puesto durante toda una generación.

Durante junio, Juegos Condenados se vuelve “Consolas Condenadas”, analizando la historia de los peores lanzamientos de las empresas de hardware. Los que fundieron (o casi funden) compañías, los que fueron destruidos por la prensa, los que permitieron que la competencia les robé público. Sony, Microsoft, Nintendo, Sega: ninguna se salva. Todas están condenadas.

Entre 1994 y 2005 Sony hizo todo bien. Pero todo.

En sólo diez años la empresa japonesa pasó de llegar tarde al mercado de hardware a dominar una industria con su línea PlayStation y sus juegos apuntados para un público de todas las edades. Desde Crash Bandicoot hasta God of War, pasando por Winning Eleven, Metal Gear Solid, y Tony Hawk.

Fueron solo diez años en los que el cambio cultural fue completo. Tanto que Sony se volvió sinónimo de gaming y la cajita debajo del televisor pasó de ser “el family” a ser “la play”.

Pero entre 2006 y 2010 Sony estuvo a punto de derribar todo lo que había construido. Y la única culpable es la misma Sony. O mejor dicho, el ego inabarcable de una empresa que creía que nadie podía alcanzarla.

Esta es la historia de PlayStation 3, su anuncio, su fracaso, y su renacimiento a fuerza de humildad y duro trabajo.

El único prototipo que sobrevive de la “Nintendo PlayStation” original que diseñó Ken Kutaragi.

LA EMPRESA: Sony

Sony se metió en la industria de los videojuegos casi por accidente. A mediados de los ‘80, el ingeniero de audio Ken Kutaragi, que hacía poco había empezado a trabajar en Sony, compró un Family Game (Famicom) de Nintendo para su hija, y se quedó fascinado con el poder hipnótico de los videojuegos.

Nintendo rechazó el prototipo de PlayStation de Sony y se fue a trabajar con su rival. La venganza fue terrible.

Kutaragi decidió que el gaming era el futuro, y movió cielo y tierra para trabajar con Nintendo. Luego de que el ingeniero desarrolló casi en secreto un chip de audio para Super Nintendo, la Gran N aceptó asignar a Sony un nuevo proyecto inspirado en el último éxito de Sega: un lector de CD para la consola.

A pesar de que Sony lo consideraba una pérdida de tiempo, Kutaragi no durmió con tal de entregar un sistema perfecto. Que finalmente Nintendo rechazó por ser demasiado caro y terminó comprando uno parecido a Philips, la archienemiga de Sony.

Kutaragi, furioso con Nintendo, siguió desarrollando PlayStation como una consola independiente, que finalmente salió en Japón el 3 de diciembre de 1994.

Un antes y un después en la historia del gaming.

Uno de los polémicos avisos de Sony en la prensa yanqui de los ’90.

La genialidad de Sony fue vender la consola como un producto para adolescentes, moderno, “cool”. Una estrategia muy japonesa que pegó en los chicos de 12, 13 años que querían seguir jugando pero ya no querían “juguetes” como los de Nintendo o Sega.

PlayStation fue un éxito, en especial en Estados Unidos y Europa, regiones en las que aplastó a la Saturn de Sega y a Nintendo 64, que se tomó demasiado tiempo en salir al mercado.

La consola de nueva generación de Nintendo usaba títulos aún basados en cartucho que no solo eran carísimos, sino que tenían un 10% del espacio de un CD-ROM, y por lo tanto no entraban las películas, las voces, los efectos cinematográficos que hicieron éxitos de Final Fantasy VII o Metal Gear Solid.

Si la primera PlayStation fue un éxito, la segunda, lanzada a principios de 2000, dominó el mercado de una forma en la que ninguna consola lo hizo antes. Sega murió antes de empezar con la Dreamcast. Nintendo tuvo su fracaso más doloroso con Gamecube. Pero PlayStation 2 fue magia.

Al final de la generación, había más de 120 millones de consolas en los hogares de todo el mundo, y 3800 juegos distintos con 1500 millones de unidades vendidas.

Kutaragi pasó de ser el ingeniero que casi echan por coquetear con Nintendo, a convertirse en el presidente de la flamante nueva división Sony Computer Entertainment.

Un rey que, aunque aún no lo sabía, estaba a punto de perder su corona.

Ken Kutaragi, el “Padre de PlayStation.”

LA CONSOLA: PlayStation 3

Ken Kutaragi empezó a trabajar en PlayStation 3 en 2001, menos de un año después del lanzamiento de PS2. Para el genial ingeniero, PlayStation 3 era más que una consola, era el futuro del entretenimiento.

PS3 sería la puerta de entrada de la tecnología Blu-ray a los hogares del mundo. Una consola constantemente conectada, en la que los juegos eran digitales y el usuario charlaba con amigos en el ciberespacio. En el centro de todo, un poderoso chip llamado Cell, desarrollado por una coalición de Sony, IBM, y Toshiba.

Pero la tecnología y los videojuegos no son lo mismo, y mientras Kutaragi soñaba, el jefe de los estudios Sony Shuhei Yoshida estaba desesperado, tratando de entender qué juegos se podían hacer en esta misteriosa consola que cambiaba de forma y de diseño cada día.

Y mientras tanto, Nintendo y Microsoft se lamían las heridas, pensando en la dulce venganza, que llegaría en E3 2005.

A mediados de la década de 2000, la exposición E3 estaba en su era dorada. Antes de YouTube, antes de los “directs”, antes del coronavirus, este evento anual era el centro del mundo gamer, y 2005 era el año elegido para mostrar las nuevas consolas.

Nintendo mostró su “Revolution”, sin revelar casi nada. Ni siquiera los controles de movimiento que tendría un año después, cuando se rebautizaría como Wii.

Microsoft presentó su Xbox 360 con un catálogo de juegos imponente, futuros clásicos como Gears of War, Call of Duty 2, Project Gotham Racing 3, Perfect Dark Zero.

Sony mostró una consola plateada, un boomerang y dos juegos falsos.

Sí, este modelo es real. Este iba a ser el DualShock 3.

LA CONDENA: Dos E3, dos desastres

Mientras Nintendo jugaba al misterio y Microsoft ponía la carne al asador, la conferencia de E3 2005 de Sony tuvo una única protagonista: PlayStation 3.

La consola es tan distinta a lo que finalmente vimos, que hoy sorprende. ¡Tres puertos LAN! (¿para qué?) ¡dos HDMI! ¡La cabeza del actor Alfred Molina! ¡Un extrañísimo control con forma de boomerang! ¡o de banana! ¡pero qué importa, es plateado! Y finalmente, dos tráilers que marcarían para siempre a la consola: el FPS Killzone 2 y el juego de autos Motorstorm.

Mientras las mentes de los gamers de todo el mundo explotaban al unísono con estas imágenes espectaculares, los desarrolladores de Guerrilla (Killzone 2) y Evolution (Motorstorm) temblaban, porque sabían que esos tráilers no eran representativos de sus juegos. Es más, Angie Smets de Guerrilla admite que el kit de desarrollo de PS3 había llegado solo unas semanas antes de esa E3.

Los tráilers eran falsos, y Sony lo sabía. Pero en ese momento, el “hype” era lo único que importaba.

Un año después, las cosas eran distintas. Xbox 360 había salido a fines de 2005 y aunque había sido un éxito inmediato, Ken Kutaragi no tenía miedo. Es más, en declaraciones a la prensa previas al evento dijo que el poder de Cell era mucho mayor y llamó a la consola de Microsoft “Xbox 1,5”. Un nivel de arrogancia que sólo se podía permitir el ingeniero que había vendido 250 millones de consolas.

La conferencia de Sony de E3 de 2006 es una de esas cosas que hay que ver para creer.

Lo único que podía opacar a PS3 era la Revolution de Nintendo, que se había mostrado antes y había resultado un papelón. Una máquina de poco poder técnico, con un joystick que parecía un control remoto y el nombre de “Wii” del que la prensa no se paraba de reír, augurando la muerte de La Gran N.

PlayStation 3 estaba lista para ganar E3. Pero pasaron cosas.

La conferencia de Sony de E3 de 2006 es una de esas cosas que hay que ver para creer. Una máquina generadora de memes en la que la consola espectacular que se había visto en la exposición del año anterior se había convertido en algo mucho más modesto, que ni sus propios desarrolladores parecían entender.

El show empezó con un PowerPoint interminable. Las ventas de PSP, las especificaciones técnicas de PS3, el poder de los verdaderos 1080p. Y después empezaron los tráilers, con más imágenes espectaculares de juegos que nunca salieron como Eight Days, Final Fantasy Versus XIII y Afrika (que se quedó en Japón.)

El joystick banana se había reemplazado por un control similar al de PS2, pero con controles por movimiento que uno de los desarrolladores de Warhawk mostró quedándose sin aliento. Todo era raro en esta conferencia. Un juego de cartas que necesitaba la cámara PlayStation Eye, llamado Eye of Judgment. Un juego “histórico” de samurais en el que el jugador peleaba contra cangrejos gigantes. El vicepresidente Kaz Hirai gritando “Riiiiiidge Racer” mientras flameaba una PSP.

Este evento incomprensible llegó a su final con juegos con un poquito más de onda. Metal Gear Solid 4. Uncharted. Resistance: Fall of Man. Los títulos que uno esperaba. No todo estaba perdido.

Pero faltaba el cachetazo: el precio.

La consola básica saldría 500 dólares. La de 60GB con WiFi, 600.

La versión más barata de Xbox 360 costaba 300. El juguete ese raro de Nintendo, 250.

La guerra se había puesto interesante.

PlayStation 3 se agotó en su primer día. Pero las ventas no estuvieron ni cerca de las de Nintendo.

EL FRACASO: Un humillante tercer puesto

PlayStation 3 y Nintendo Wii salieron el mismo fin de semana. La consola de Sony el viernes, la de Nintendo el domingo. Y el lunes ya estaba claro quién había sido el ganador del primer round.

Nadie va a decir que Wii es una consola más poderosa o más flexible que PlayStation 3, pero en el momento en que salió, no se parecía a nada en el mercado. El marketing de Nintendo fue brillante: contra la filosofía “adulta” de Sony, decidieron vender un juguete, y el juguete se llevó por delante al futuro de la tecnología.

A simple vista era un ascenso, pero el “Padre de PlayStation” sabía perfectamente lo que estaba pasando.

No solo las familias y los chicos amaban Wii. Los juegos de lanzamiento de la consolita controlada por movimiento eran simpáticos, efectivos, originales, y entre Zelda, Wii Sports y los Rabbids, se ganaron una buena valoración por parte de la prensa gamer y los fans históricos de Nintendo.

Sony, en cambio, no había llegado con ninguno de los juegos “importantes” para el lanzamiento, con excepción del mediocre Resistance. El resto eran juegos genéricos de deportes como Ridge Racer, NBA 2K7, Tony Hawk’s Project 8, propuestas multiplataforma como Call of Duty 3, y claro, el horrendo Genji, el juego de los cangrejos gigantes.

Mientras tanto, Microsoft estaba tranquila. Xbox 360 dominaba las ventas con juegos propios o temporalmente exclusivos como Dead Rising, Splinter Cell: Double Agent, y el demoledor Gears of War, que había salido solo 10 días antes del lanzamiento de PlayStation 3.

La “Xbox 1,5” que Kutaragi había despreciado tenía el juego del momento. El juguete de Nintendo dominaba las ventas.

Lo imposible había pasado: PlayStation 3 era un fracaso.

El 30 de noviembre, diez días después del lanzamiento, Sony hizo un movimiento de ejecutivos. Ken Kutaragi recibiría un puesto honorario y el vicepresidente Kaz Hirai ocuparía su lugar. A simple vista era un ascenso, pero el “Padre de PlayStation” sabía perfectamente lo que estaba pasando.

Seis meses después del lanzamiento de PlayStation 3, Ken Kutaragi,  presentó su renuncia. Tenía solamente 56 años, pero su carrera había terminado.

En Japón, PlayStation es religión.

EL RESCATE: Europa y Japón salvaron las papas

Ese no es el final de la historia, claro.

Nintendo fue la primera en caer. La novedad de Wii se fue agotando con los años, los juegos (con la excepción de los desarrollados internamente) eran cada vez peores, y para 2009 las ventas estaban en un declive del que nunca se recuperaron. Aún así, fue la primera consola hogareña de Nintendo en vender 100 millones de unidades.

Microsoft mantuvo su liderazgo en el mercado AAA durante años. En Estados Unidos Xbox 360 se volvió la consola estándar para juego en línea gracias al éxito de Xbox Live y sucesos como Gears of War, Halo 3, y una lucrativa asociación con Activision para Call of Duty.

Sony, de a poco, se hizo fuerte en las regiones más fieles a PlayStation. Xbox 360 nunca llegó a pegar en Japón, y aunque la consola de Microsoft logró penetrar en Europa de la mano de FIFA, la maquinaria de marketing de PS3 estaba mejor establecida y entendía los intereses de los gamers de Inglaterra, Francia, Italia y España.

Una victoria técnica, pero una victoria al fin.

Y por fin, los juegos empezaron a llegar.

Los estudios internos sufrieron para dominar el maldito chip Cell, pero cuando por fin entendieron como programarlo descubrieron que Kutaragi tenía razón, y su poder era casi sobrenatural. En 2007 llegó Uncharted, 2008 fue el año de Metal Gear Solid 4, y de ahí Demon’s Souls, Gran Turismo, The Last of Us. Un catálogo insuperable.

Para 2013, cuando llegaron las nuevas consolas, PS3 casi había alcanzado a Xbox 360 en ventas. Y con el paso de los años, mucho después del final de la generación, la consola de Sony logró superar las ventas internacionales de la de Microsoft por tres millones. 87 vs. 84. Una victoria técnica, pero una victoria al fin.

El efecto más claro de la debacle de PS3 se puede ver en PlayStation 4. Nada de chips propietarios. Nada de diseño sobrenatural. Nada de magia o mística. Simplemente una caja negra con un corazón de poderosa PC, una interfaz perfecta y una colección de juegos brillantes.

Según Mark Cerny, diseñador en jefe de Sony, PS4 se diseñó para hacerle el trabajo más fácil a los demás estudios de desarrollo y que no tuvieran que repetir la pesadilla que fue Cell. Una consola simple pero potente, que tenía muy pocas diferencias con su competencia directa Xbox One, y que (de paso) era todavía más barata. Una propuesta irresistible.

Con PlayStation 4 Sony aprendió la lección de humildad y retomó la punta perdida. Hace un año, la empresa anunció que llevaba 100 millones de consolas vendidas, con la competencia muy, pero muy lejos (Xbox One no llega a las 50, de Wii U ni hablemos.)

Por eso lo peor que Sony podría hacer es confiarse de nuevo.

Durante los próximos días, Sony presentará en sociedad PlayStation 5. Y lo que venimos escuchando hasta ahora recuerda a Play 3 más que a Play 4. Una arquitectura propia, que se aleja de la PC estándar, un precio más alto, y una concentración casi nintendesca en opciones específicas de hardware que no afectan al poder total de la consola, al menos si lo medimos en Teraflops.

PS5 va a ser, como PS1, PS2 y PS3, una consola de Sony para jugar juegos de Sony.

Y dependiendo de lo buenos que estén esos juegos, puede ser una decisión magistral, o un paso en dirección al abismo. [embedyt] https://www.youtube.com/embed?listType=playlist&list=PLIwoRWSe11xi0EhnNxvlzIX3GUW_KSeeP[/embedyt]

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