Corsair Slipstream es la tecnología de la marca de hardware para gamers que busca llevar los dispositivos wireless al mundo competitivo. Te contamos qué es, cómo funciona y más, ¡en esta nota!
Corsair introdujo una nueva línea de periféricos en los últimos años llamada Slipstream, y es una de las claves del gaming del futuro. Hasta ahora, los jugadores siempre prefirieron los dispositivos cableados para el gaming más exigente, debido a que los consideraban más confiables y de mejor calidad. Esta noción ahora se sacude con la nueva tecnología que busca traer alta performance y comodidad de uso.
Corsair diseñó Slipstream para permitir que sus dispositivos wireless funcionen a la altura de los cableados. Para esto se utiliza un protocolo propio de 2.4Ghz que transmite dos veces el nivel de datos por el aire que productos tradicionales, y son no solo más estables sino muchísimo más rápidos. De este modo, la marca busca llevar la tecnología wireless al más alto nivel competitivo.
Lo más importante de Slipstream es que da tiempos de respuesta más bajos que 1 milisegundo al mandar dos veces más datos que los necesarios, cosa de combatir la interferencia. Esto da por resultado una performance equivalente al cableado, pero además que mantiene la estabilidad gracias a la técnica IFS (Intelligent Frequency Shift). Con esta se analiza el espectro radioeléctrico dos veces por milisegundo y cambia de frecuencia para asegurarte que tus dispositivos estén siempre en la más limpia. Esto es ideal para una LAN party o torneo donde puede haber muchísimos conectados y todos muy cerca.
La otra parte clave de la ecuación es el sonido de alta definición. Los auriculares Slipstream se benefician de este ancho de banda aumentado para emitir sonido de mayor calidad, con menos pérdida y captar una señal más más limpia. Es destacable que gracias a esta tecnología se puedan conectar hasta tres dispositivos compatibles a un único receptor USB. Por eso, teóricamente podrías tener tu mouse, teclado y auricular conectados por un único puerto sin perder la ventaja competitiva.