La ciudad de Buenos Aires anunció un plan para sumar 1000 sensores en diferentes locaciones que permitan analizar datos en tiempo real para tomar decisiones. Conocé cómo se usan, y para qué sirven, ¡en esta nota!
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires incorporará 1.000 sensores en diferentes puntos estratégicos de la Ciudad para poder realizar tomas de datos abiertos en tiempo real. Esta información está pensada para ayudar a los privados y al Estado a tomar decisiones de manera más rápida y efectiva. Los sensores medirán variables ambientales y de comportamiento urbano.
Como parte de este proceso, para noviembre 2017 se instalarán los cien módulos con diez sensores cada uno, ubicados en diferentes secciones de la Ciudad. Algunos de estos ya se encuentran en funcionamiento, y por ejemplo, el Parque de la Ciudad y el Palacio Lezama ya están activos. Desde estos se detectan cuestiones atmosféricas y de calidad ambiental, además de niveles de ruido, radiación solar y otras variables relacionadas al comportamiento urbano, como flujos de personas o autos. Como explican desde el Ministerio de Modernización del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, “Los sensores estarán al servicio de la vida de los vecinos. Con esta tecnología podemos tomar mejores decisiones, predecir fenómenos y, a su vez, potenciar a emprendedores y vecinos“.
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Esta información se transmitirá por la red Low Range WAN (LoRa), que conecta a los sensores entre sí y a otros dispositivos. Los datos que se produzcan por medio de este sistema se harán en tiempo real, de forma abierta, y reutilizable. El CEO de Inipop, la empresa proveedora, explicó que “La plataforma de integración modular permitirá al Gobierno dar servicio, a bajo costo, de aplicaciones de sensorizado abierto y masivo“. El plan es que gracias a esto se pueda contar con datos históricos para taclear diferentes problemáticas en el futuro. Esta información se guardará en la nube de Microsoft Azure.