Los muchachos de Airdog aparecieron en CES 2015 con una idea increíble: un drone que sigue al usuario y toma fotos por ellos de manera automática, para que los humanos sólo se preocupen por pasarla bien.
Muchas veces los encargados de las fotos en un viaje se quejan de que pasaron sus vacaciones viendo todo desde atrás de sus pantallas y lentes. Airdog soluciona esta situación sacándole la cámara de las manos al usuario y montandola en un drone que simplemente lo sigue y saca sus fotos por ellos. Combinando un robot aéreo con cuerpo de plástico resistente y una cámara de deportes (como la GoPro o la Sony Action Cam) te queda un compañero perfecto que es capaz de de mantenerse a tu lado y manejar tus fotos en cualquier terreno, no importa qué tan complicado sea.
Lo que hace que Airdog sea diferente de los varios otros conceptos similares es que no tenés un control enorme y pesado para manejarlo, sino una “AirLeash” (correa aérea): un brazalete con un pequeño pad que lo controla mediante BlueTooth. No importa a donde vayas, el AirDog se mantiene a tu lado y no te deja solo gracias a sus cuatro hélices y excelente código. Aparentemente puede seguir a un skater de modo autónomo, moviendose bastante rápido pero sin que haga falta manejar cada movimiento por separado: AirDog es autónomo, y eso es lo mejor que tiene.
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El único problema del AirDog (al igual que todos los drones actuales) es que para mantener el peso bajito, el drone puede operar al máximo por sólo 20 minutos a la vez, pero son esos 20 minutos los que te pueden encontrar debajo de la mejor ola, escalando el mejor ángulo de la montaña, o tomando tu mejor selfie.
Realmente es una de las innovaciones más copadas de la CES, y ya está disponible para reservar su compra por 1.300 dólares.
¿Quién no quiere un robot de selfies como este?