Valve y Gabe Newell estuvieron al borde de la quiebra justo antes de lanzar Steam y Half-Life 2, debido a una demanda del distribuidor Vivendi Games. La situación se evitó gracias a la ayuda de un pasante que sabía traducir documentos en coreano.
Valve, durante 2004, ya había lanzado varios de los mejores juegos de disparos en primera persona de todos los tiempos, como Half-Life y Counter-Strike, que fueron publicados por Sierra Entertainment, una filial de Vivendi Games. Aunque Valve quería auto-publicar Half-Life 2 en la nueva plataforma Steam, Vivendi tenía los derechos de distribución del juego. Antes de su lanzamiento, Vivendi se encargaba de distribuir copias de los juegos a cibercafés en Asia, algo que Valve cuestionó, argumentando que Vivendi no tenía permiso para hacerlo.
La batalla legal se extendió hasta 2005, cuando ambas compañías llegaron a un acuerdo: Vivendi renunció a los derechos de distribución y cedió todas las licencias de cibercafés a Valve. Este está en el dominio público, pero el nuevo documental de Valve por los 20 años de Half-Life 2 revela detalles sobre la suerte que tuvo la compañía al lograr ese acuerdo.
Una disputa que cási se va de las manos
El abogado de Valve, Karl Quackenbush, narra que Vivendi inicialmente contrató a un pequeño bufete para defenderse de la demanda. Los primeros enfrentamientos legales fueron favorables para Valve, pero luego Vivendi cambió a un bufete de abogados más intimidante de San Francisco, lo que quedó claro que su intención era asustar. Pronto, surgieron una serie de contrademandas que incluían desde la cancelación del acuerdo de 2001 hasta la propiedad de la propiedad intelectual de Half-Life.
En su contrademanda, Vivendi no solo incluyó a Valve, sino también a Scott Lynch y Gabe Newell, así como a sus parejas, tratando de ejercer una presión legal que iba más allá de lo razonable. Newell comentó que no era solo una estrategia legal, sino un intento de intimidación, donde intentaban despojar a la compañía y a sus directivos de su patrimonio personal. A medida que los gastos legales aumentaban y Half-Life 2 avanzaba en su desarrollo, la inestabilidad financiera afectaba gravemente a Valve.
Andrew, el héroe anónimo de la compañía
En el proceso legal de descubrimiento, se solicitó información sobre las operaciones de Vivendi en Corea, donde parte de la distribución de sus juegos se estaba generando. Vivendi respondió con una gran cantidad de documentos, todos en coreano, lo que buscaba abrumar a Valve. Sin embargo, un pasante, conocido solo como “Andrew”, quien hablaba coreano, se encargó de sortear toda esta información. Andrew encontró correos entre vicepresidentes donde uno mencionaba la destrucción de documentos de Valve, algo prohibido en la legalidad.
A pesar de las dudas de Vivendi sobre la interpretación de Andrew, su conocimiento del idioma y su formación académica respaldaron la traducción. Como resultado, el juez determinó que todos los hechos eran favorables a Valve, dejando solamente la discusión sobre las indemnizaciones. Así, Valve logró sobreponerse a la crisis y dejó una huella imborrable en la industria de los videojuegos en PC.