Quedan solo dos capítulos para que termine la primera temporada de House of the Dragon y la Danza de los Dragones está cada vez más cerca. Breves momentos de paz, silencios y miradas incómodas, sangre, discursos y malentendidos. ¿Qué pasó en el episodio 8 de la serie?
Pasó otro domingot y los fans de este universo creado por George R.R. Martin están sentados cada vez más cerca del borde del sillón. Quedan solo dos episodios para que la primera temporada de House of the Dragon termine y las cosas se están calentando bastante. Probablemente no veamos la Danza de los Dragones en estos capítulos, pero no hay dudas de que todo está tomando forma y cada uno está posicionándose en un bando.
Si todavía no viste el episodio 8 de House of the Dragon te avisamos que ya está disponible en HBO Max y que tengas cuidado con los spoilers que siguen. Este capítulo nos lleva seis años después de lo que vimos la semana pasada, así que tenemos otro cambio de actores (para los hijos de Alicent, para los de Rhaenyra y las de Daemon). Desde el estreno de la serie ya pasaron casi 20 años en la historia.
Titulado El señor de las mareas, el capítulo 8 gira alrededor de quién sucederá a Lord Corlys Velaryon como Lord de Driftmark. Todavía no está confirmada su muerte, pero Corlys está perdido y lastimado en el mar (por la guerra reiniciada en Stepstones) y tanto Vaemond Velaryon como la princesa Rhaenys están discutiendo quién tomaría su lugar en el trono.
Corlys Velaryon dejó en claro que quería que el trono de Driftmark pase a manos de Lucerys Velaryon, el hijo de Rhaenyra y Laenor Velaryon, por ende el heredero legítimo. Sin embargo, Vaemond asegura que esos niños son bastardos (hijos de Harwin Strong) y que dejarles el trono a ellos sería ponerle fin al gobierno de los Velaryon en Drifmark. Así que Vaemond cree que él debería ser quien gobierne la flota más grande de Westeros.
Las noticias vuelan y Rhaenyra y su nuevo esposo (y tío) Daemon viajan a King’s Landing para hacerle frente a Vaemond y a su cuestionamiento respecto al derecho de sucesión de Lucerys. La reputación de Rhaenyra vuelve a estar en juego: la legitimidad de sus hijos la sigue persiguiendo.
Alicent y su padre Otto Hightower ya tienen mucho más control en King’s Landing, ya que la salud del Rey Viserys va de mal en peor. Ahora ya casi ni puede moverse de la cama y su cuerpo está muy deteriorado, pero para calmar su dolor toma leche de amapola, la cual lo seda y no deja que esté muy al tanto de lo que pasa en su reino.
Rhaenyra y Daemon van a visitar a Viserys y le dicen que Lord Corlys está herido y que probablemente va a morir. Por esto necesitan su ayuda como rey para apoyar el reclamo de Lucerys sobre Driftmark. Sin embargo, esto parece que no funciona porque Viserys no tiene idea de nada. Luego de esto, Rhaenyra le presenta a su padre a sus dos nuevos hijos con Daemon: Aegon y Viserys. Sí, ahora no solo hay dos Viserys, sino también dos Aegon vivos, uno es Aegon II (hijo mayor de Viserys y Alicent) y el otro es Aegon III (hijo de Rhaenyra y Daemon).
El príncipe Aegon II no tiene buena fama. Además de sus problemas con el alcohol, en este episodio también agrede sexualmente a una de las sirvientas de King’s Landing, quien le cuenta su terrible experiencia a Alicent. La Reina la consuela, pero le dice que no le diga nada a nadie. También le da algo de oro y la obliga a beber una infusión, presumiblemente el mismo té que Viserys le hizo beber a Rhaenyra al final del episodio 4.
Después de gritarle un poco a su hijo Aegon por su mal comportamiento, Alicent se reúne con su padre y Vaemond Velaryon para discutir sobre el próximo Lord de Driftmark. “El próximo Señor de las Mareas estará profundamente en deuda con usted, su excelencia“, dice Vaemond. “Al igual que Driftmark, en toda su fuerza”.
Básicamente, si Alicent se pone del lado de Vaemond y, en algún momento, se llega a enfrentar en una guerra civil con Rhaenyra, un Driftmark liderado por Vaemond sería de gran ayuda para Alicent. Un poderoso aliado, ya que es la flota más grande de Westeros.
Por otro lado, Rhaenyra se encuentra con Rhaenys para hacer algunas peticiones por su cuenta. Rhaenyra le dice que este procedimiento es una trampa, ya que Alicent y la Mano del Rey intentarán proclamar ilegítimo a su hijo. Sin embargo, Rhaenys le echa en cara lo que pasó con Laenor en el episodio anterior.
Rhaenyra le asegura que amaba a Laenor y que no ordenó su muerte (cosa que técnicamente es verdad) y le hace una oferta bastante interesante a Rhaenys. Si ella respalda el reclamo de Lucerys sobre Driftmark, sus dos nietas (hijas de Laena y Daemon) pueden casarse con los dos hijos de Rhaenyra. Así, Baela, la mayor de Laena, será Reina y sus hijos se convertirán en herederos del Trono de Hierro. “Una oferta generosa, o desesperada“, dice Rhaenys.
Antes de que se discuta quién será el heredero de Driftmark, Rhaenyra visita a su padre enfermo por la noche y le pregunta sobre la Canción de Hielo y Fuego y si cree que sea verdad. La princesa le recuerda lo que Viserys le había dicho tiempo antes (que era su deber mantener el reino unido contra un enemigo común), pero que al nombrarla heredera lo único que hizo fue dividir el reino. ”Pensé que lo quería, pero la carga es pesada… Si quieres que la soporte, entonces defiéndeme a mí y a mis hijos”. Sin embargo, el Rey no está muy consciente que digamos.
Al día siguiente, frente a la Reina Alicent y la Mano del Rey (quien está sentado en el Trono de Hierro), Vaemond da un discurso sobre la sangre Velaryon y lo mucho que quiere que continúe liderando el gobierno de Driftmark. Después llega el turno de Rhaenyra para defender el puesto de su hijo, pero el rey Viserys Targaryen la interrumpe y sorprende a todos con su presencia. Estas son malas noticias para el Equipo Hightower, ya que Viserys demostró que siempre estará del lado de su hija mayor.
“Debo admitir mi confusión“, comienza Viserys. “No entiendo por qué se escuchan peticiones sobre una sucesión acordada. La única presente que podría ofrecer alguna noción sobre los deseos de Lord Corlys es la princesa Rhaenys“. Ella dice que Lord Corlys deseaba que Driftmark pasara a través de Ser Laenor a Lucerys. “Su deseo nunca cambió y tampoco mi apoyo a él”, dijo Rhaenys.
Además de eso, Rhaenys anuncia los planes que habían hecho con Rhaenyra sobre casar a sus hijos, Jace y Luke, con las nietas de Lord Corlys, Baela y Rhaena. Si bien Viserys está encantado con ese plan, Vaemond está enojado e insulta tanto a los hijos de Rhaenyra como a ella misma. El Rey Viserys dice que le cortará la lengua a Vaemond, pero Daemon tiene una idea mejor y le corta la cabeza.
Después de esa escena, tenemos una cena familiar Targaryen. Todo el clan de Rhaenyra y el de Alicent sentados en una misma mesa. La tensión está ahí, silencios largos y miradas que dicen mucho. Viserys sigue intentando que su familia deje de pelear y da un discurso para que se reconcilien.
“No solo un rey, sino su padre, su hermano, su esposo y su abuelo, quien, al parecer, pronto dejará de caminar con ustedes. Dejemos a un lado los resentimientos en los corazones. La corona no podrá ser fuerte si la casa del dragón permanece dividida. Dejen a un lado sus querellas, si no por el bien de la corona, que sea para darle gusto a este anciano que los ama profundamente“, dice Viserys.
Tras este discurso, Rhaenyra se levanta y brinda por la Reina Alicent, ya que fue ella quien se mantuvo al lado del rey todos estos años. “Ha cuidado de él con devoción inquebrantable, con amor y honor. Y por eso, tiene mi gratitud… y mis disculpas“. Alicent acepta el brindis y le devuelve el favor diciéndole que tienen más en común de lo que les gustaría admitir y que Rhaenyra “será una buena reina“.
Sin embargo, después de tanto cumplido, los hijos de Alicent rompen el clima festivo. Aegon había estado cargando a Jacaerys sobre su compromiso con Baela y, después de que el rey se fuera de la habitación, Aemond explota tras unas risas de Lucerys cuando le ponen un cerdo enfrente (recordándole que años atrás le habían dado un cerdo con alas porque no tenía dragón).
Aemond aprovecha para hacer un último tributo a la salud de sus sobrinos. “Jace, Luke y Joffrey. Todos ellos atractivos, sabios… fuertes (haciendo referencia al apellido de su padre Harwin Strong). Vaciemos nuestras copas por los tres jóvenes fuertes”. Casi estalla una pelea entre los niños Velaryon y los Targaryen, pero Daemon interviene.
Acá es donde presenciamos el comienzo de un futuro gran enfrentamiento. Durante el episodio 8 de House of the Dragon, Daemon y su sobrino Aemond se midieron más de una vez, pero todavía no pasó a mayores. Por ahora queda en miradas fijas y tensas. Sin embargo, mucho más tarde ,en la Danza de los Dragones, ellos tendrán un enfrentamiento legendario, llamado la Batalla sobre el Ojo de Dioses, que será la culminación de una larga rivalidad entre los dos.
De nuevo en el capítulo. Rhaenyra le dice a Alicent que debería llevar a sus hijos a Dragonstone, pero le promete que volará de regreso. Sin embargo, lo que parecía el comienzo de una relación amistosa (de nuevo), la escena final del episodio nos anticipa que no va a durar mucho.
Alicent va a ver al rey después de la cena y él parece que está delirando y se confunde a su esposa con su hija. Le empieza a responder la pregunta que Rhaenyra le había hecho la noche anterior sobre el sueño de Aegon. “Querías saber si creo que es verdad“, dice. “Su sueño, la Canción de Hielo y Fuego, es verdad. Lo que vio en el norte. El príncipe que fue prometido“.
“El Príncipe para unir el reino en contra del frío y la oscuridad. Eres tú. Debes hacer esto“, dice Viserys, sin aliento. Alicent, si bien al principio no entendía mucho de lo que hablaba su esposo, le dice que entiende y se va, creyendo (ahora más que nunca) que su hijo Aegon es quien tiene que heredar el Trono de Hierro. Las cosas que se hubieran evitado si no hubiese muchos personajes con el mismo nombre, ¿no?
Ese parece que no solo fue el final del episodio sino también el de Viserys, ya que en esa última escena jadea mucho y repite la frase “no más”. Acá les dejamos el avance del próximo capítulo de House of the Dragon, el cual llegará a HBO y HBO Max el domingo que viene.