Tras cuatro años sin entradas en la saga de video juegos Rainbow Six, Ubisoft vuelve por la puerta grande con Rainbow Six Siege. Conocé qué hay de nuevo en este juego acá!
El nuevo game de Ubisoft inspirado en los libros de Tom Clancy se llama Rainbow Six Siege, y es un nombre que está muy bien puesto. En inglés, Siege significa “asedio”, y de esto se trata más que nada esta nueva entrada en la serie que busca convertirse en eSport. Rainbow Six Siege es un juego multijugador por equipos (es decir, no tiene campaña para un solo jugador ni modo historia), y el foco de la experiencia está en encontrar la forma más inteligente de doblegar al equipo enemigo. Este juego está disponible para PlayStation 4, Xbox One y PC, y a fuerza de mecánicas que privilegian la estrategia y el trabajo en equipo sobre los reflejos es que intentará volverse uno de los FPS competitivos que se jugarán en las grandes convenciones del mundo y circuitos competitivos.
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La primera comparación que salta a la hora de pensar este nuevo video juego de Ubisoft es Counter-Strike. Al igual que el clásico de Valve, Rainbow Six Siege se trata de un juego exclusivamente multijugador donde dos equipos se baten a duelo y compiten por objetivos, usando personajes que se mueven lento pero que mueren rápido. El juego se trata de jugar con cuidado, asomarse y sorprender al enemigo más que encontrarlo en campo abierto y alinear la mira para un headshot. Rainbow Six Siege toma lugar en claustrofóbicos pasillos, habitaciones, y algún que otro exterior de edificio pero no vas a encontrar en ningún nivel mapas gigantes a lo Star Wars Battlefront sino mapas llenos de puntos para agacharte, esconderte, y agarrar al otro equipo por sorpresa.
Rainbow Six Siege tiene algo que lo hace especial y lo separa inmediatamente de Counter-Strike, elevandolo a la categoría de juego con personalidad propia que es mucho más que un clon. En el juego, los ambientes son dinámicos y se pueden hacer agujeros de diversos tamaños en las paredes y pisos, ya sea demoliendo con bombas, disparando, o incluso pegandoles con la culata del arma hasta que quede espacio para asomar la mira y conseguir los ansiados puntos requeridos para ganar cada round. Los edificios se pueden trepar hasta las ventanas, se puede infiltrar desde arriba o abajo, y el jugador tiene total libertad para moverse como quiera, produciendo dramáticas situaciones de asedio donde se busca arrinconar al enemigo para derrotarlo. Por supuesto, los enemigos no es que no tengan más opción que quedarse parados y aguantar los tiros, sino que pueden reforzar las paredes, desactivar las bombas e intentar predecir cómo defender mejor el área. El balance es tenso, y ambos equipos deberán anticiparse a cada movimiento del enemigo si quieren ganar.
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En Rainbow Six Siege hay un sistema de clases, donde en un rebuscado piedra-papel-tijera cada clase puede romper la defensa de otra, o crear defensas que otra clase no puede romper, pero no hay clases invencibles ni jugadores superdotados que te solucionen la partida: la clave de todo es conocer los mapas, fortalezas y debilidades de cada clase, y trabajar en conjunto. Lo que define cada encuentro es saber aprovechar los espacios y tener la paciencia para no actuar fuera de turno, creando un juego versátil y variado a lo Battlefield clásico, pero con muertes inmediatas a lo Counter-Strike. Podés usar mini-drones terrestres para marcar la posición del enemigo, o distraerlos mientras un compañero infiltra por atrás, pero la cantidad de cosas que se pueden hacer son muchísimas y hacen que, pase lo que pase, no haya dos partidas iguales.
Lo que sorprende de Rainbow Six Siege es que sea un juego con tantas influencias retro y tan poco parecido a los FPS más comerciales y tradicionales, siendo que tiene recursos de juego triple A y una campaña de marketing como uno de los grandes juegos del año. Más allá de un par de problemas con conexiones inestables (que ojo, mejoraron mucho con el último patch), Ubisoft propone un juego que valientemente rescata mecánicas de hace 15 años pero les da nueva vida gracias a la nueva tecnología con la que contamos hoy. Este título no se parece en nada a Call of Duty, pero en niveles de producción se le puede parar al lado sin envidiarle nada a nadie, y si Ubisoft son diligentes con los parches y manejan bien la retroalimentación de la comunidad, podemos estar hablando de un título que se va a seguir jugando en años por venir, pues ofrece algo que nadie más tiene.