Superhot es un soplo de aire fresco en el mundo de los FPS que nos permite tomar el control del tiempo para planear nuestro ataque. Eso si… una bala y estás muerto. ¡Lo probamos y te traemos toda la data en esta reseña!
¿Qué harías si un amigo te pasa un misterioso juego que está siendo furor en Internet? ¿Y si al probarlo descubrieras que es más que un juego? Esa pregunta nos plantea Superhot, la primera (y única hasta ahora) obra de los polacos de Team Superhot, que comenzó como el resultado de un desafío para crear un FPS en 7 días. El resultado fue tan positivo que gracias al empuje de una muy exitosa campaña por kickstarter, lograron formar una versión definitiva y aclamada por los usuarios y la crítica.
Cuando en junio del año pasado, durante un evento privado de Microsoft en Los Ángeles pudimos probar la versión preliminar de SuperHot de entrada nos llamó muchísimo la atención. “Vas a darte cuenta lo acelerado que vivimos, y vas a querer moverte rápido, pero no te conviene”, nos decían los muchachos de Team SuperHot, y tenían razón. El encanto de Superhot está en que el tiempo sólo avanza cuando nosotros nos movemos, dejándonos imágenes que nos recuerdan a Matrix, con los proyectiles (propios y enemigos) moviéndose en cámara lenta y trazando recorridos en el aire separandolo por completo de los FPS tradicionales. No podemos cruzar una habitación a los tiros y esperar que haya sido suficiente para eliminar a los enemigos, o esperar a que pasen por la esquina para sorprenderlos, entra en juego el planeamiento de una estrategia en la que calcular el movimiento de un enemigo en particular o la munición (muy limitada) de cada arma pueden significar la victoria o una derrota instantánea.
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El primer contacto que tenemos con Superhot es justamente lo que te contábamos, un amigo nos pasa un misterioso FPS que está arrasando en internet y planteando más preguntas que respuestas y nosotros, desde una interfaz que nos recuerda a las viejas computadoras con DOS, decidimos probarlo; primero solo por diversión y luego para descubrir si hay algo más detrás de ese inocente juego. La historia es simple, y el propio protagonista lo conversa con su amigo, vienen personajes rojos que intentan matarnos con una variedad de armas y tenemos que eliminarlos para pasar de nivel… o al menos eso parece al principio, antes de que una “entidad” nos contacte.
En Superhot no hay kits de curación, balas y armas abundantes o blindaje, un golpe de los enemigos y toca reiniciar el nivel, para probar una nueva estrategia, quizás lanzarle un vaso al enemigo más cercano para quitarle el arma y usarla para dispararle al próximo. La inteligencia de los enemigos es bastante equilibrada, y muchas veces evalúan el camino que estamos recorriendo para disparar no a donde estamos, sino a donde vamos a estar, lo que lo hace aún más desafiante. Lo bueno de esta mecánica es que el jugador dicta el ritmo del juego, haciendo a casi todos los niveles extremadamente rejugables.
A partir de cierto momento, entran en juego nuevas mecánicas que no queremos spoilear y la temática del juego entra al terreno del meta. Hace que nos planteemos cuál es el juego y quién es el jugador realmente. En ese aspecto y respecto a la historia nos recuerda mucho a Portal, pero es tan distinto como similar a ese juego: una campaña corta pero llena de acción (3 horas, aproximadamente) en la que pensamos estrategias para resolver niveles pero sin saber realmente qué nos impulsa.
El apartado gráfico es bastante minimalista en cuanto a los colores (enemigos rojos, armas y objetos que podemos utilizar negros y escenarios en escala de grises), pero no en cuanto al diseño de los escenarios, que mantienen la simpleza sin dejar de lado el detalle de algunas ubicaciones.
Al terminar el juego, además de descubrir algo más de lore de la trama, se desbloquean dos nuevos aspectos: los desafíos (niveles en los que solo debemos utilizar cierta arma o que deberemos completar en determinado tiempo) y el modo “Endless”, en el que tendremos que sobrevivir el mayor tiempo posible ante oleadas de enemigos. Además de agregar más jugabilidad, son buenos escenarios para conseguir los logros que nos hayan faltado al completar la campaña (si son como nosotros y les gusta completar lo más posible).
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Superhot juega con vos al mismo tiempo que jugás con él, y eso es lo que lo convierte en una joya que va a atraer a los fans de los FPS y de la estrategia por igual, con una historia brillante y una ejecución que podría dejar en vergüenza a muchos triple A. Pero no todo es color de rosa; en su versión para PC encontramos bajadas de framerate en algunos momentos (quizás por la cantidad de elementos en pantalla cayendo) y, más problemático todavía, la hitbox del jugador y de algunos objetos a veces falla y recibimos un disparo que no debería habernos dado. Además, al juego le cuesta reaccionar al momento de agarrar un objeto, lo que muchas veces podría hacernos fallar una misión (aunque esto puede solucionarse quizás con un parche). Pero no se equivoquen, Superhot no incita al rage quit, sino a la autosuperación, y estos pequeños fallos no hacen mella en la experiencia. Si estás buscando la sensación de algo nuevo, entretenido y que te haga pensar, no dudes en probarlo.