No, no vamos a hablar de la variedad de planta que se fuma pero Indika es un videojuego que es muy, muy diferente a todo. Leé más sobre nuestra reseña en PC, ¡en esta nota!
¿Te topaste alguna vez con un indie que su creador describa como “aburrido”, tenga gráficos desproporcionadamente buenos, y te permita controlar una monja? Mirá vos, debés ser justamente el creador de Indika. Es que la mezcla de estilos es lo que hace que lo que sería una aventura de puzzles en tercera persona se eleve por encima de sus pares para sumarle el setting de una Polonia soviética helada, una actuación increíble y una narración que hace que prácticamente se ría de estar confinado en los muros de un videojuego.
En Indika controlamos a la monja que le da nombre al juego que tiene una particularidad: todas las otras monjas del convento la odian. Esto no es una cuestión de que ella es única y diferente y prefiere tener amigos varones: es que escucha voces en su cabeza que aparentan ser más bien satánicas. Así, sus días son aburridísimos y todas las monjas o la ignoran o la mandan a hacer tareas inútiles hasta que un día le asignan una misión en particular, entregar una carta. Independientemente de sus contenidos, esto la hace salir al mundo exterior donde atravesaremos niveles lineales semiabiertos donde habrá que resolver puzzles de todo tipo para poder avanzar, y donde además conoceremos a otro personaje que es el opuesto polar de la monja: un tipo con un pasado complicadísimo que asegura que Dios (sí, el de los católicos) le encomendó una misión y necesita llegar a un lugar en particular o perderá su brazo gangrenado.
Así, nuestro viaje estará lleno de habitaciones, espacios abiertos, montañas y fábricas que atravesaremos por dentro, dado que si la Polonia helada del juego se caracteriza por algo es que aquello que no está bombardeado, está deteriorado por el frío y la nieve. Muchas veces nuestra tarea será encontrar el modo de cruzar un edificio en ruinas, abrirse paso entre la nieve o hacer de alguna forma que el tipo del brazo inutilizado pueda pasar por algún lado, casi como si fuera un Ico o esa clase de juegos de guiar a alguien más. Como este juego no tiene marcadores de dirección ni nada por el estilo más bien lo podríamos definir como una aventura de navegar el ambiente.
Es difícil hacer una reseña tradicional de Indika donde te contemos qué cosas podés hacer en el juego. Hay partes de flashbacks donde jugás algún tipo de plataforma 2D o juego isométrico de carreras y te cuentan de la infancia de la protagonista, que no podemos dejar de mencionar pero la jugabilidad ahí importa poco. Por ejemplo, también tenemos un árbol de habilidades con habilidades inútiles donde le podés subir la “fé” a la monjita… y no cambia nada, que es bastante realista, por cierto. El juego también te dice en las pantallas de carga cosas estilo “ni te molestes en acomodar puntos, no sirven para nada”, que es lo que le diría a mi papá cuando me exigía que me saque mejores notas en el colegio. Este videojuego me entiende.
La parte más tradicionalmente videojuego que ocurre, que tiene una mecánica completamente única, es que cada vez que Indika tiene un momento de crisis comienza a oír la voz del demonio y el mundo alrededor se rompe trasladando las distancias y distorsionando todo cual cuadro de Escher. Lo que podés hacer ahí es rezar para “callar” las voces y volver a la normalidad, y usar esta mecánica para deformar y reformar el mundo aprovechando cómo se mueve cada plataforma. Esto está muy bueno y lo vas a hacer más o menos una vez cada hora o dos de juego.
Entonces, ¿por qué tengo que jugar esto?
Si entendés al videojuego como un vehículo para mostrar emociones, historias e interacciones que serían imposibles en otro medio, Indika es especial. Esta aventura prácticamente se ríe de las convenciones gamers y cuando las aplica es más en tono irónico que otra cosa. Este tono, a la vez, es el mismo que le da encanto al modo en que los protagonistas se relacionan, y a medida que pasan de la indiferencia absoluta y preconceptos a entenderse más y querer ayudarse es que Indika encuentra su mejor forma. El pibe que quiera hacer un speedrun se va a aburrir muchísimo… pero al autor ni le importa.
En conclusión – recomendado para experimentar, pero no para gamers tradicionales
Si venís a jugar Indika con la mentalidad de videojuego, seguramente la pases tan mal como el que mira The Hurt Locker pensando que es una película bélica normal y en vez de eso se encuentra con un mundo super desolado. Pero, ahí donde Hurt Locker es deprimente, este juego tiene un sentido del humor sarcástico y calidez que hacen un balance único con una narrativa excelente llevada por sus dos protagonistas. No, es tu juego que reemplace shooters, pero sí es ese juego que le va a encantar a tu amigo o familiar con el que querés compartir el hobby pero piensa que todo eso del headshot y gritarle frases “épicas” al malo es una pavada.
FECHA DE LANZAMIENTO 2 de mayo de 2024 DESARROLLADOR Odd Meter DISTRIBUIDOR 11bit Studios PLATAFORMAS PC / PlayStation 5 / Xbox Series X|S