Review Horizon Forbidden West Burning Shores: Guerrilla sube la apuesta y refuerza la identidad de la saga

El DLC Horizon Forbidden West: Burning Shores llega como prácticamente un adelanto de lo que será la tercera entrega de la saga. Te contamos por qué y qué vas a ver, ¡a continuación!

Si terminaste ya de jugar el segundo título de la saga Horizon, te habrás dado cuenta de lo más obvio del mundo: la historia necesita una tercera parte que cierre todo. Bueno, el DLC Horizon Forbidden West: Burning Shores no es exactamente la panacea que necesitabas pero sí es uno de los mejores prólogos de una parte 3 que vayas a ver en tu vida. Este nuevo pack de contenido, ahora exclusivo de PlayStation 5, te llevará a Los Angeles para continuar la historia de Aloy y tiene muchísimas novedades.

Horizon Forbidden West: Burning Shores toma lugar en las ruinas de Los Ángeles, que tras terremotos, erupciones volcánicas, y la vuelta de la vida al planeta está cubierta por densa vegetación. Esta historia toma lugar después de que termina el juego cuando Sylens (Lance Reddick) manda a Aloy a recuperar más datos de la raza que escapó de la Tierra en el juego principal. No, no vas a poder arrancar Burning Shores sin haber terminado el juego principal – pero vale la pena que lo hagas porque esto es una secuela con todas las letras.

Desde lo que alguna vez fuera Los Angeles, vas a ver las ruinas de altísimos edificios que recubren el panorama. Estas fueron el trabajo de Walter Londra, el antagonista principal de esta expansión que tiene ambición de llegar a las estrellas. Para eso, armó un culto lleno de androides que lo celebran cual si fuera un Steve Jobs o Elon Musk post-apocalíptico al que si siguen sabiamente los dejará “salvarse” junto a él.

Este antagonista tiene muchísima personalidad, y aunque la quest principal dura poco, te vas a encontrar con que es un placer cada vez que aparece y la dinámica entre él y Aloy es lo más destacado de la expansión. Así, desde que lo conocés hasta que lo enfrentas pasarán un par de horas que te entregarán algunas de las locaciones más memorables en la historia de la franquicia que concluye con una boss fight espectacular.

Aunque la duración sea relativamente corta, Horizon Forbidden West: Burning Shores es más que digno del precio de admisión. El juego dura más o menos lo mismo que el DLC The Frozen Wilds, donde lo más destacable son las incontables sidequests y contenido para explorar, que es lo que realmente hace a la carne de lo jugable. Acá vas a encontrar nuevas armas, mejoras, items, y más mientras explorás las ruinas de Los Angeles y los rinconres a los que la historia nunca te llevó. Te vas a encontrar con que el mapa está lleno de sidequests, detalles, aventuras y más cosa que puedas perderte y ver qué encontras.

Un beneficio impresionante de tener un juego exclusivo de PlayStation 5 es que la fidelidad gráfica es espectacular. Los Angeles se ve muy, muy bien, y corre como los dioses. Son increíblemente destacables los ambientes, las caras de los personajes y sus expresiones, y lo bien que funcionan las actuaciones cuando los gráficos acompañan así.

Pero, como para no solo tirar flores, te podemos adelantar que en esta expansión no vas a ver muchos enemigos nuevos. La gran sorpresa es un enemigo que se llama Watering, un bicho marino y robótico que es equivalente al sunwing del juego principal y permite poder sumergirse o recorrer las calles inundadas de Los Angeles.

En conclusión

Horizon Forbidden West: Burning Shores de Guerrilla Games no aporta demasiado a lo jugable, pero sí es destacable por lo fuerte que apuesta a lo que la saga hace bien. En un mundo donde injustamente debió competir con Zelda: Breath of the Wild cuando lanzó el primero y constantemente se debió enfrentar a juegos que hacían propuestas similares pero de mayor calibre, lo que lo hizo único fue su trama. Por eso, está buenísimo que apueste a los villanos carismáticos, a las interacciones de Aloy, y a continuar este viaje en lo que claramente es preparar el terreno para la tercer parte. Esta historia va a cerrar con la fuerza de una flecha teledirigida al punto débil de un dinosaurio robot… y no debería ser de otra forma.