Ghost of Tsushima de Sucker Punch nos lleva al Japón de las invasiones mongolas para luchar por nuestro honor… aunque tengamos que perderlo. Leé todos los detalles, ¡a continuación!
Ghost of Tsushima es el más reciente exclusivo de PlayStation 4 a cargo de Sucker Punch, el estudio detrás de la saga Infamous. En su primer título desde Second Son de 2014, el estudio volvió a taclear los juegos de aventura en mundo abierto en tercera persona pero esta vez cambia a los superhéroes por un samurai que luchará por defender su Tsushima natal de los mongoles. El juego lanza el 17 de julio, pero en Cultura Geek lo pudimos probar antes y estas son nuestras impresiones.
Ghost of Tsushima cuenta la historia de Jin, un valeroso samurai que conforma la primer avanzada para defender su isla la noche que los mongoles desembarcan para invadirla. El enfrentamiento no sale bien y las fuerzas japonesas son masacradas en los primeros minutos del juego, pero Jin sobrevive gracias a la ayuda de una misteriosa mujer llamada Yuna, y al reponerse descubre que su tío, el daimyo de la isla (algo así como un señor feudal del más alto rango), fue capturado. Inicialmente este rescate es lo que guía la trama en el primer tercio de juego… y no te vamos a spoilear lo que sigue, pero es una trama de honor, deber, traiciones y contratraiciones.
https://www.youtube.com/watch?v=Vt-8RG1jxzg
Tras terminar el primer par de horas a modo tutorial, ahora sí, tenemos la libertad de recorrer la isla a nuestras anchas. Tsushima es un lugar amplio, vistoso, y con parajes que por momentos recuerda a las gamas de colores de la casa de las dagas voladoras. No se puede enfatizar lo suficiente lo cuidada que está la estética y los ambientes que con el paso de los amaneceres, tormentas y lluvias o oscuras noches te va a quitar el aliento. Así, encontraremos campamentos de refugiados, pequeños asentamientos, y montones, montones de zonas tomadas por los mongoles a medida que avanzan al norte.
Más detalles visuales que impresionan incluyen los modos de rendimiento o cinemático para ajustar la experiencia de juego de cada gamer a sus preferencias, e incluso el curioso modo Kurosawa. Este es más un capricho que otra cosa, pero le aplica al juego un filtro blanco y negro de película estilo los siete samurai del director japonés, y es encantador. Ghost of Tsushima es, ante todo, un juego que vive y muere por su estética única, cuidada, y llena de amor por los detalles. Sabe lo que quiere, y es increíblemente efectista a la hora de realizarla – no pretende ser el Japón real, sino el que imaginamos al pensar en la fantasía samurai.
En el plano de lo jugable, Ghost of Tsushima parece a simple vista tomar notas de el clásico juego de mundo abierto donde controlamos señores que trepan, les pegan a otros señores con diferentes objetos y buscan puntos de control en el mapa para hacerse señores más poderosos. Si bien algo de esto hay, Jin cuenta con una mecánica única que lo separa de los Ezio, CJs y Batmanes de otros juegos de mundo abierto. El combate en Ghost of Tsushima se basa en un parry (mucho) más generoso que el de Sekiro, pero también en cambios de postura que sirven más o menos contra distintos oponentes. Al pulsar R2 podremos cambiar a posturas que permiten romper las defensas de enemigos con lanzas, con espadas, con escudos, o los temibles “brutos”, y suelen atacar de a varios tipos de enemigo a la vez. Las peleas son un baile frenético de ajustar cada postura y estilo de combate al enemigo más cercano, “romperlo” con triángulo y contraatacar con cuadrado para demoler su barra de vida.
Así y todo, los momentos que más se van a quedar con vos cuando jugués Ghost of Tsushima no son los combates regulares sino los jefes. Por ejemplo, para tomar bases enemigas habrá que cumplir una serie de objetivos tipo matar hombres, quemar algo, y más, y hacer que el jefe salga de su escondite a enfrentarnos. Esos momentos dan paso a secuencias cinemáticas donde ambos guerreros se miran, liberan sus katanas y espadas de sus fundas, y se cruzan en una tormenta de acero y sangre donde pelean hasta el último aliento. Son momentos que quizás parezcan predecibles, pero se sienten tan cool que no vas a poder evitar emocionarte con la genial ambientación, tomada de un romanticismo samurai que es cuando menos espectacular.
El otro aspecto clave de Ghost of Tsushima es un viaje de Jin que se ve reflejado en la jugabilidad. El juego no se llama “Samurai of Tsushima” justamente porque narra una transformación de Jin. En un principio, es el clásico tipo que habla de honor, y se rehúsa a esconderse o atacar por la espalda… pero la historia y la jugabilidad misma dan lugar a estos momentos donde despachar un campamento de mongoles entero es básicamente imposible y es mejor jugar de callado y usar el sigilo para nuestro beneficio. Este es un elemento competente, entretenido, y hay montones de lugares donde esconderse para atacar desde las sombras, pero no destaca por sobre otros referentes del género – lo que suma es la historia y el conflicto de Jin.
El mapa rebalsa en puntos de interés y se pueden perder horas y horas en todo tipo de actividades, con cada una otorgando un beneficio específico. Por ejemplo, ciertos parajes nos dan un espacio para escribir haiku y obtener beneficios cosméticos, visitar altares de zorro inari nos permite aplicar medallones con bonificadores a nuestros estados, cortar bambú nos permite recuperar más vida, y así mismo hay montones de quests y sidequests que dan preciada experiencia para incrementar nuestras habilidades en los múltiples árboles de progreso. El juego por momentos se siente excesivamente cargado, y es una pena porque quita atención de la historia que está narrada con excelente sentido de la épica y ritmo. Por suerte, Jin tiene un caballo que nos permitirá viajar entre puntos a mayor velocidad, y también hay un sistema de fast travel disponible desde el principio.
En conclusión
Lo gracioso de Ghost of Tsushima es que es un juego del Japón histórico, con una estética y combate realista, donde no prima realmente la fantasía… y no tiene cangrejos gigantes que puedas atacar en su punto débil para daño masivo, como el recordado Genji de PS3. Este título sí se parece a lo que prometieron en aquella instancia, y lejos de ser una parodia, destila amor por la épica samurai y su genial sentido de la estética. Fuera del sistema de posturas no es radicalmente diferente a nada de lo que hayas visto, pero a veces no necesitas ser único, diferente y especial – simplemente necesitas proponer una fantasía y ser increíblemente cool a la hora de realizarla. Este es un juego que pretende dar una sola cosa, que se centra en una fantasía muy concreta de convertir la estética de Kurosawa y los samurai en un game… y eso en concreto lo hace muy bien.
FECHA DE LANZAMIENTO | 17 de julio de 2020 |
DESARROLLADOR | Sucker Punch |
DISTRIBUIDOR | Sony Interactive Entertainment |
PLATAFORMAS | PlayStation 4 |