Glassbreakers: Champions Of Moss es lo nuevo de Polyarc que introduce la franquicia al MOBA ¿Puede un “LoL para VR” hacer su lugar en la plataforma o va a sucumbir al hantavirus? Lo probamos en Quest.
Un juego de estrategia con ratas, pero sin ratón
“VR no tiene juegos” es un dicho que ya queda viejo. Desde la explosión que fué Occulus Rift muchas franquicias cementaron su lugar como expertas en la plataforma. Una fue Moss, un juego de plataformas en el que la ratona Quill nos hablaba en lenguaje de señas mientras juntos combatimos y resolvemos puzzles. Esta agradable fórmula del estudio Polyarc ayudó a popularizar PSVR en Playstation 4 y más adelante replicó en las plataformas de PC, Meta y Pico. Sin embargo, luego de dos entregas en esta historia, el estudio decidió cambiar la fórmula con Glassbreakers y jugársela con un MOBA.
El juego ostenta ser uno de los primeros que busca reformular el género dentro de la realidad virtual enfrentando varios desafíos. En principio, la escasez de botones nos imposibilita tener una variedad muy amplia de habilidades. Otra dificultad a la hora de hacer un MOBA de este estilo es definir la perspectiva del jugador ¿Primera persona? ¿Perspectiva desde arriba viendo todo el mapa? Sin mencionar la tarea colosal de querer competir contra League Of Legends y Dota 2, las variables le juegan en contra a este título.
Calabozos Y Ratones
Glassbreakers: Champions Of Moss, sin embargo, no se deja intimidar. Explotando la estética “cuento de hadas”, nos recibe en el balcón de una biblioeca donde estantes interactivos contienen todos los menúes del juego. A pesar de ser un detalle menor, la integracion de la selección de skins y de equipo hacen un excelente trabajo transmitiendo la fantasía roedora. A pesar de estar corto de contenido, este “engaño” estético hace un gran trabajo de hacernos perder la noción del tiempo.
Si bien el juego entra por los ojos, es en las partidas donde se ven las conseciones que se tuvieron que hacer. Un punto que a Glassbreakers le juega en contra es su ímpetu por querer ser compatible con la mayor cantidad de dispositivos VR. Esto incurre en la imposibilidad de ir a lo grande en cuanto al mapa se refiere. La falta de detalles tanto en el terreno mismo como en el entorno a su alrededor hacen que las partidas cortas se vuelvan monótonas mucho antes de lo que deberían.
A pesar de estar corto de contenido, este “engaño” estético hace un gran trabajo de hacernos perder la noción del tiempo.
El “esportista” de Hamelin
El clásico del género que contempla dos equipos de 5 jugadores acá está reducido a dos. Nuestro objetivo es destruir la bola de vidrio del oponente, su base, con la ayuda de nuestro equipo de tres campeones. Para ayudarnos es importante potenciar nuestros personajes y hacerlos subir de nivel lo cual nos va a permitir derribar las defensas de la base enemiga. Para quienes no son muy diestros en estos títulos, el juego logra un balance perfecto entre dificultad y profundidad: En vez de movimiento libre, a nuestro equipo de tres campeones lo dirigimos a través de casilleros en un mapa compacto que podemos observar por completo durante toda la partida. Los personajes incurren en los clásicos roles, tanques, DPS y soportes, que se entremezclan entre si a gran efecto. Asimismo, controlarlos en simultáneo con nuestras propias manos es una experiencia intensa pero accesible que fomenta el uso estratégico de la única habilidad especial que cada campeón posee.
Nuestro objetivo es destruir la bola de vidrio del oponente, su base, con la ayuda de nuestro equipo de tres campeones.
En cuanto a objetivos de mapa se refiere, los monstruos neutrales que uno espería acá aparecen en forma de zonas de control. Estas nos proveen de mejoras para distintos aspectos de nuestros personajes que a su vez reemplazan el comprar objetos economizando así el gameplay. A pesar de haber pulido el armado táctico de los personajes, esto tiene un efecto secundario al reducir el peso de nuestras decisiones. Empeorando esto, tener solo 2 torres de cada lado y un solo objetivo clave para capturar hace que el trayecto de la partida tenga pocos momentos de verdadero choque entre los dos jugadores.
Conclusión: no para todo el mundo
A pesar de no lograr sorprender con su gameplay, algo que si Polyarc logró como en sus otros dos títulos es transmitir una experiencia placentera y tranquila. La decisión consciente de que los jugadores sean un espíritu igual al que controlamos en Quill, nos da una oportunidad para que surjan amistosos momentos de comunicación no verbal. Glassbreakers por ahora parece fallar en los aspectos de un MOBA que hacen que la gente vuelva a jugarlos una y otra vez. Sin embargo su pedigree estético y dominio de lo que hace un buén título para VR pueden dejarnos un gran título si de acá a su lanzamiento hacen el trabajo correcto.
FECHA DE LANZAMIENTO 13 de Octubre de 2023 (Early Access) DESARROLLADOR Polyarc DISTRIBUIDOR Polyarc PLATAFORMAS Meta Quest, PCVR