Review Dragon’s Dogma 2: un juegazo atado a cuestiones de diseño inexplicables

Dragon’s Dogma 2 es según muchos uno de los mejores juegos de la historia o un fracaso, pero es más bien una bestia única… como un dragón. Te explicamos por qué este juego no se parece a nada, ¡en esta nota!

Dragon’s Dogma 2 es el más reciente ARPG de Capcom, secuela del recordado primer título que lanzó para PS3 y Xbox 360 en 2013. Una vez más estamos frente a un título donde deberemos recorrer un mundo enorme lleno de enemigos y demonios a medida que progresamos la historia, resolvemos algunas quests y superamos obstáculos del estilo buscar un puente para cruzar el río o superar el pase por la montaña. Con acción y exploración por partes iguales ante todo, estas son nuestras impresiones tras probarlo en PC, y donde intentamos aclarar por qué algunas cuestiones de diseño son tan polémicas. También lo podés jugar en PS5 y Xbox Series X|S.

La ¿trama?

Dragon’s Dogma 2 es muy simple. Empezas el juego como el Arisen, algún elegido del destino para enfrentar un dragón porque una leyenda… blabla. La cuestión es que en realidad creas tu personaje con uno de los mejores editores de todos los tiempos, te escapás y comenzás la aventura para enfrentarlo como jefe final de tu viaje. Es una premisa simple porque en realidad la historia es una excusa: este es un juego de pelear con bichos, explorar y maravillarte con lo que encontrás primero y antes que nada. No es que al mundo le falte personalidad pero olvidate de las quests con múltiples opciones, de recorrer el mundo haciendo amigos o de encontrar facciones a las que unirte – sos vos contra (casi) todo, más cerca de Dark Souls que de Skyrim.

Es una premisa simple porque en realidad la historia es una excusa: este es un juego de pelear con bichos, explorar y maravillarte con lo que encontrás primero y antes que nada.

Jugar Dragon’s Dogma 2 es un viaje constante pero tenés que parar a explorar

Perfectamente podrías jugar Dragon’s Dogma 2 siguiendo el marcador de la quest por su impresionante mundo abierto e ignorar todo para ver si llegas y le ganas al capo de los malos. Pero, esto sería un despropósito. En realidad, cuando llegas a los pueblos, un montón de gente va a tener quests o favores para pedirte, vas a poder conseguir dinero por vender pedazos de monstruos, craftear armadura, mejorar tus armas y más, y está en vos decidir cuándo estás listo para continuar. Así, te podés meter en lugares para buscar cosas y pelear desde contra hordas de trasgos y abejitas hasta bichos genuinamente grandes de los que te podés colgar cual Shadow of the Colossus y atacar.

El juego te permite elegir entre 4 arquetipos – guerrero, mago, ladrón y arquero, cada uno con un rango donde funciona mejor (obvio, con la espada pegás de cerca pero el mago vas a querer que ataque a distancia). Nosotros jugamos como ladrón, el más ágil de todos, y no pudimos probar ninguna clase más, y acá está la primer decisión polémica del juego. En Dragon’s Dogma 2 no hay slots de guardado y cada cosa que hacés es permanente: cuando prendas el juego tenés que hacer el personaje que vas a usar durante toda tu partida y la única forma de volver a empezar es desinstalar el juego, borrar tu save, desincronizarte de la nube, reinstalar y arrancar de nuevo así que prestá atención cuando crees tu héroe y elijas su clase.

En Dragon’s Dogma 2 no hay slots de guardado y cada cosa que hacés es permanente: cuando prendas el juego tenés que hacer el personaje que vas a usar durante toda tu partida y la única forma de volver a empezar es desinstalar el juego, borrar tu save, desincronizarte de la nube, reinstalar y arrancar de nuevo así que prestá atención cuando crees tu héroe y elijas su clase.

Eso sí – podrás estar pensando “si elijo el mago estoy en desventaja porque me van a rodear 6 enanos y reventarme” o “si elijo el guerrero me la van a dar de lejos y fui”. Bueno, para esto existe un sistema de peones donde tenés que crear una segunda unidad que te va a acompañar en tu viaje y tiene habilidades complementarias a las tuyas… o las mismas, y sufrir. De cualquier modo, el mapa está poblado de “peones” que crearon otros jugadores y podés contratar para que te acompañen temporalmente y así tener un equipo más redondeado. Estos peones ajenos no suben de nivel por lo que frecuentemente vas a tener que despedirlos y buscar otro nuevo: de nuevo, más razones para explorar.

El infierno de las microtransacciones

Como verás, pasamos muchísimos párrafos explicándote que el juego se trata de explorar a tu ritmo y que vayas lento de pueblo a pueblo resolviendo quests, subiendo de nivel y mejorando tu personaje. Esto es porque el juego no tiene realmente un sistema de viaje rápido real: si querés volver a un área anterior, tenés que tomar carretas, pagarlas con el dinero que acumulaste, y solo salen en ciertos momentos del día así que tenés que esperarla. También

hay piedras para teletransportarte como en cualquier juego de bien pero son relativamente raras y son un recurso preciado… a menos que te pongas a soltar dólares como un loco en la tienda de microtransacciones.

Esta misma tienda es donde también podés comprar piedras para resucitar gente, porque como te dijimos, todo es permanente: si se muere un aliado que tenés que hablarle para progresar una quest, lo vas a tener que revivir para continuar. Podés hacer el trabajo de ir y conseguir la piedra, o pagarla con plata real. Lo más gracioso: acordate que no podés volver a empezar sin desintalar así que estás forzado a trabajar o pagar: igual que el personaje que hiciste al principio del juego, que inició su historia encadenado, obligado a trabajar para sus amos y debió luchar para liberarse.

Estas decisiones de diseño son cuanto mínimo polémicas y está claro que viajar así o jugar a lo GTA y ver que la gente se muera es atentar contra el espíritu del juego. Usualmente, Capcom tiene microtransacciones pero son más del estilo “ok, pagame y te desbloqueo la munición infinita del Resident Evil”, que es algo que podés hacer logrando ciertos objetivos y que de ninguna forma atenta contra el espíritu del juego. Nada te impide jugarlo y terminarlo en ningún momento. El caso de Dragon’s Dogma 2 es un poco más polémico y duro, y la verdad quizás sería mejor que ciertos personajes no puedan morir o que te permitan guardar tu partida sin tanto drama. El juego pide un nivel de compromiso que es un montón y te saca las ganas de jugar, casi como si alguien te gritara “oíme, ¿vas a jugar bien o te tengo que sacar plata?”. Esto es particularmente duro si, como nosotros, sos un manco total que muere todo el tiempo.

¿Y si hago el esfuerzo?

Si todo esto que te contamos no te intimida, tenemos buenas noticias: Dragon’s Dogma 2 es uno de los mundos que mejor reacciona a las acciones del jugador de los últimos tiempos. Esto no es un RPG con cadenas de quests y toma de decisiones sino que engancha el minuto a minuto y se recompensa la creatividad como si estuvieras jugando Tears of the Kingdom o algo por el estilo. Por ejemplo, te puede pasar de derribar un árbol para formar un puente que sirva para cruzar un río o como ese famoso video viral donde un ogro se cae sobre un precipicio, podés usarlo para cruzar, y después darte vuelta y hacer que caiga al vacío. El tipo de soluciones creativas que un juego de este nivel propone son increíbles y es un placer que arriesgarse tenga recompensas tan divertidas.

Si todo esto que te contamos no te intimida, tenemos buenas noticias: Dragon’s Dogma 2 es uno de los mundos que mejor reacciona a las acciones del jugador de los últimos tiempos. Esto no es un RPG con cadenas de quests y toma de decisiones sino que engancha el minuto a minuto y se recompensa la creatividad como si estuvieras jugando Tears of the Kingdom o algo por el estilo.

El tema es que el juego no va a hacer concesiones, tenés que jugar con las reglas que te plantea que son bastante hardcore. Si no estás dispuesto a interactuar con los sistemas tal cuál los planteó Capcom, lo estarías jugando mal y te vas a encontrar con que el diseño muestra estas grietas que intimidan y alienan. La decisión de lanzar un título así definitivamente requiere coraje y es una sorpresa que este juego termine siendo tan de nicho siendo que con un diseño más tradicional en los aspectos de la dificultad, el viaje rápido y más tendría potencial de ser increíblemente masivo. No es para todo el mundo, sí, pero para los que les gusta esto, se van a volver locos.

La performance

Como jugamos Dragon’s Dogma 2 en PC, nos encontramos un rendimiento aceptable, incluso con las texturas en baja y demás. El juego es una belleza siempre y los paisajes o personajes están increíblemente detallados, pero mientras más lo exijas, más rápido van a escalar los requerimientos y tu compu va a tener que darlo todo para hacerle justicia. Hay varios temas de optimización donde los frames se derrumbaron cuando había muchas cosas en pantalla y nuestros dos o tres aliados debían luchar codo a codo junto a nosotros que nos hicieron replantearnos nuestra elección de procesador y placa de video. Pero, como te decíamos antes, no te quedes con la duda, bajá los sliders de sombras o texturas que no perdés tanto y levanta muchísimo.

Conclusión: recomendado para jugadores de este nicho, a pesar de las microtransacciones

Se entiende perfectamente por qué muchísimos jugadores dicen que Dragon’s Dogma 2 es potencial juego del año, y es difícil discutirles cuando tienen tantos grandes momentos para argumentar. Pero, por otro lado, en muchos momentos da la sensación de que esta experiencia profundamente de nicho y para un tipo muy particular de jugador hace lo posible para que tu experiencia sea más difícil de lo que debería ser. Quizás todo esto que propone el título de manera predeterminada debería ser un modo opcional y hardcore en vez de una experiencia que busca capturar audiencias globales que posiblemente se sientan intimidadas por lo intensa de la experiencia. ¿En serio no puedo progresar porque se murió alguien? Sé que tiene solución pero, ¿no puedo simplemente jugar al juego? Y la respuesta es… no, este juego es hardcore y tal vez simplemente deberías jugar a otra cosa. Manco.