Destroy All Humans! es el remake de aquel recordado titulo de PS2 que en 2005 nos recodaba muchísimo a la película de Tim Burton llamada Mars Attacks! Te contamos qué esperar de la nueva versión, ¡en esta nota!
Los 50s en los Estados Unidos, fue una década conocida por su fiebre alienígena, con los supuestos experimentos del Área 51 y la posterior cultura pop de ciencia ficción de clase B impulsada por películas como The Thing from Another World, The Day the Earth Stood Still, Forbidden Planet o The War of the Worlds. Mientras Fallout se inspiró en la tecnología y la paranoia nuclear de los años 50, Destroy All Humans! (PlayStation 2 en 2005) fue un homenaje a la fiebre alienígena de esa época, y hoy nos toca jugar a su remake.
Con los amigos, no (y con los clones tampoco)
Por si no jugaron al título original, procedemos a contarles que vamos a encarnar a Cyptosporodium-137, o Crypto para los amigos, un clon extraterrestre malvado y bastante temible en términos de diseño que es enviado a la tierra en su platillo volador para rescatar a su contraparte 136, que fue capturado por humanos.
Este juego desarrollado por Black Forest Games y editado por THQ Nordic es muy divertido y nos presenta un objetivo doble. Mientras vamos avanzando en misiones que son parte de la historia principal en búsqueda de nuestro amigo y, ya que estamos, deberemos apoderarnos de ese planeta azul con el particular objetivo de drenar a los humanos de su ADN para que la especie de Crypto pueda sobrevivir.
La historia es simple y está diseñada para ser divertida, repleta de cinemáticas extravagantes con un humor muy digno de la época en el que salió su primera parte, y haciendo cientos de referencias, como dijimos antes, al cine de ciencia ficción de los 50s.
La comedia como eje de la narrativa
Crypto-137 está realmente desquiciado y tiene algunas frases que utiliza de forma constante, bromas que se intercambia con el señor Orthopox-13, el mandamás que nos acompaña en forma de holograma desde la nave nodriza.
Nos gustan las comparaciones, así que para que se entienda de entrada de qué trata este juego, te proponemos pensar en por ejemplo el Red Dead Redemption 2 pero con un tono más caricaturesco. El juego está lleno de comicidad inocente, donde en lugar de un caballo tenemos un platillo volador o un jet-pack (depende el momento y la situación) y las armas clásicas estilo Colt o Winchester las cambiamos por armas psiónicas con las cuáles concentramos y manejamos energía.
En lugar de tener esa onda muy varonil estilo John Wayne y concentrar todas las miradas por nuestra simple presencia, tenemos poderes mentales para absorber los cerebros de los humanos o copiar personas como si fuésemos un “shapeshifter”.
Destruir todo. TODO.
Además, se nos van a asignar misiones específicas para completar, la mayoría de las cuales implican destrucción desenfrenada dentro de mundo abierto donde podemos elegir ir sin tapujos y romper todo lo que tenemos a la vista, o leer sigilosamente los pensamientos de los humanos y escabullirte siendo una persona más.
La grandeza de este juego, al menos para nosotros, fue haber encontrado el equilibrio entre poder hacer explotar todo y la habilidad del sigilo, en dosis cuantificadas para no aburrir ni abusar de los conceptos. Es muy similar a lo que logro en su momento el gran Kojima con Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, dejando de lado las obvias diferencias.
Poca mente y mucha muerte
El juego no tiene mucho para pensar, es como aquellas películas de acción donde lo que importaban eran la cantidad de escenas llenas de disparos, explosiones y caos, junto a su potencialidad. Destroy All Humans! tiene la palabra “destruir” en su nombre, y siendo sincero consigo mismo y con nosotros como jugadores, vamos a tener que destruir como principal cometido.
Los objetivos están ahí para darte la excusa perfecta, siempre, de hacer estallar cosas, ya sea cuando estamos piloteando nuestro platillo volador equipado con rayos de la muerte, derritiendo todo a la vista, o cuando estamos a pie usando nuestras habilidades psíquicas para arrojar vacas, personas y otros objetos a las personas.
Cuanto más daño hagamos, literalmente, vamos a despertar más el odio de los humanos y su forma de atacarnos, gracias a una IA muy bien utilizada.
Así en la tierra como (no) en el cielo
La mecánica simple pero concisa que lo posiciona como un juego de disparos en tercera persona es fluida, y aunque el pilotear el platillo volador es una experiencia rígida (solo podemos rotar y girar hacia los costados, no hacia arriba o abajo con la vista), esta remake hace que tanto el sentimiento de velocidad, desplazamiento y el disparo sean suaves y la destrucción causada, completamente satisfactoria.
Todo en el juego está ajustado para que el entretenimiento sea nuestra sonrisa constante, para divertirnos sin pensar demasiado, como si fuese un juego casual en dicho concepto.
Hay que ser justo y decir que esta remake se siente a años luz de su predecesor, como es de esperar. Y no solo en su aspecto visual, que mantiene muy fiel esa estética de los 50s, sino que todo lo que propone el mundo, desde el diseño de las misiones, la IA, la dificultad, la música, y todos los aspectos que podamos llegar a analizar se sienten muy pulidos, como si todos los desarrolladores hubiesen llegado con tiempo de sobra para estar más que orgullosos del producto final.
Moderna estética visual que nos remonta al pasado
Su estética es muy colorida y armoniosa, y si bien las animaciones no son tan buenas como cualquier juego AAA que podamos imaginar (aunque sería una tontera compararlos), funcionan muy bien con el estilo visual elegido.
Particularmente, Crypto no tiene un diseño a nivel personaje con el que podamos empatizar (nos pasó lo mismo con el juego del 2005), pero llega un momento en el que este detalle deja de importar gracias a la comicidad que maneja la historia.
Obviamente, la nostalgia de quienes jugamos al original está presente, pero la realidad es que es un título creado para captar nuevas audiencias. Es lindo sentir que todo lo que vivimos en aquel exponente de PS2 está acá, actualizado, elevando a la enésima potencia gracias a las posibilidades actuales de desarrollo.
Destroy All Humans! de 2020 se siente como un reinicio de la franquicia. Un hermoso trabajo para poner a Crypto en manos de otros jugadores que no han probado el original y que esperen ansiosos, como nosotros, una evidente secuela.
FECHA DE LANZAMIENTO | 28 de julio de 2020 |
DESARROLLADOR | Black Forest Games |
DISTRIBUIDOR | THQ Nordic |
PLATAFORMAS | PC, PS4, Xbox One, Stadia |