Crash Bandicoot: On The Run marca la llegada del ícono de las plataformas a smartphones, y lo hace con una propuesta increíblemente sólida. Te contamos con qué te vas a encontrar y todos los detalles tras jugarlo en el Moto G9 Plus, ¡acá!
A 25 años de su creación, Crash Bandicoot es hoy uno de los personajes más icónicos del gaming y los juegos de plataforma. Gracias a la resurrección que representó la remake de la trilogía y su nuevo juego, Crash Bandicoot 4, el personaje está más vigente que nunca y ahora llega a tu smartphone. Crash Bandicoot: On The Run ya está disponible para dispositivos iOS y Android, y estas son nuestras impresiones tras probarlo en un Moto G9 Plus.
Crash Bandicoot: On The Run es un clásico runner, el típico juego de smartphones donde un personaje “corre” por un nivel y debe esquivar obstáculos al saltar de carriles, deslizarse, y más. Sin embargo, como este es un juego de Crash, nadie estaría feliz si no fuera dificilísimo, y como se lo plantea como juego como servicio vas a tener contenido frecuente para que sea interminable. Así, nos encontramos con un juego ideal para jugar y soltar, pero que también cuida muchísimo los apartados artísticos, la música y las mecánicas para que de verdad se sienta como un juego de Crash, que en este caso llega de la mano de King, creadores del adictivo Candy Crush.
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La diferencia entre Crash y otros runners es que esta vez no son infinitos, sino que son niveles definidos, con caminos óptimos y secretos que podés memorizar como si fuera el juego de consolas. A medida que progreses vas a poder experimentar el modo historia donde el Dr. Neo Cortex intentará traer enemigos de todas las dimensiones y la saga Crash, y así vas a ver montones de caras conocidas. Para progresar, tenés que ganar recursos de niveles y usarlos para construir herramientas que te ayuden a derrotarlos. Esta parte puede ser un poco tediosa, pero por suerte tenés más modos para que la cosa se haga más ligera.
El modo más prominente fuera de la historia son los desafíos. Hay mini-misiones que llegan con una lista de objetivos que podés completar pasivamente mientras jugás, pero eventualmente se abren zonas nuevas donde podés jugar el contenido más “Crash” de todos. Estos son realmente difíciles, y en vez de jugar relajado, vas a morir un montón tratando de cumplir objetivos muy específicos que dan las mayores recompensas. De nuevo, son cuestión de memoria, y hay múltiples rutas para que memorices y planees tu estilo de juego. Así, tenés pruebas de tiempo, objetivos tipo “conseguir las gemas de tal color”, y más. Si querés algo aún más difícil, también tenés las pruebas de supervivencia que sí generan niveles aleatorios contra otros dos jugadores en línea, a ver quién sobrevive más tiempo y se lleva más recompensas.
Cada prueba de supervivencia cuesta tickets, y obtenés uno por día. Para conseguir más, podés esperar o pagar, y esta es la única parte del juego que está bloqueada por tiempo. Este contenido, incluso si no lo completás, es el que da las mejores recompensas para que cambies por recursos para progresar la historia, trofeos, skins, y hacer progresar tu base desde donde desarrollas las armas. El juego tiene muchísimas monedas, y tenés la oportunidad de comprarlas a todas, o jugar a un ritmo menos acelerado que se acomode al juego casual.
Cómo se siente jugarlo en un Motorola
Lo más llamativo de Crash Bandicoot: On The Run es que los gráficos son espectaculares. No nos referimos a que sean super realistas, o que tengan efectos visuales sino que el estilo de arte es increíble. Los personajes caricaturizados son fieles a lo que vimos en consolas, y todo el trabajo muestra que además de plata, detrás de este proyecto hay pasión que luce muy bien en la pantalla de un Moto G9 Plus que exprime al máximo sus 60 FPS. El otro detalle a remarcar es lo bien que se siente el control, algo fundamental en runner, y es una maravilla ver cómo cuando perdés sabés exactamente en qué te equivocaste sin querer insultar al juego por haberte traicionado. El hardware y Crash son una pareja increíble.
Ojo con el espacio en disco
El tamaño del juego es de 143 megas, en su descarga inicial. Luego para jugarlo completo dentro del juego nos va a pedir unos pesados 480 megas más que ocuparán una gran parte de nuestro disco. Igualmente lo bueno que tiene es que podés jugar el tutorial sin tener que descargar los 500 megas, algo que, para probar, no está nada mal. Podés bajarlo completo gratis desde Google Play.
En conclusión
Crash Bandicoot: On The Run! es quizás el runner más noble que hayamos jugado, y para nada te exige que esperes para jugar o que pagues. Es un juego que tiene su ritmo, que quizás no sea tan inmediato como sus contrapartes de consola, pero el flujo constante de contenido promete que vas a tener muchísimo para jugar durante mucho tiempo. En el futuro, quizás además de skins del pase de batalla veamos nuevos personajes y modos, e incluso prometen niveles donde corres hacia la pantalla, tal y como recordás de los juegos clásicos.
Es un arranque increíblemente digno, y una genial adición a la saga que brilla por su arte, su control, y por la música. Pocas veces te vas a encontrar con un juego así de capaz, y con tanto amor por la saga original como este.
FECHA DE LANZAMIENTO | 26 de marzo de 2021 |
GAMA | Baja / Media / alta |
DISTRIBUIDOR | King |
PESO | 184 Megas |