Ya está entre nosotros, Batman Arkham Knight, la última aventura del caballero de la noche y el final de la trilogía de Rocksteady. ¡Recorré las calles de ciudad Gótica con nosotros en esta review!
Tras una ausencia de varios años volvemos a tener entre nosotros a un nuevo juego de Batman, y esta vez de la mano de Rocksteady – como debe ser, si tomamos como referencia a la precuela Arkham Origins, que no fue una obra maestra. Con este tercer título la serie, que es secuela directa de Arkham City y a su vez continuaba la historia de Arkham Asylum, Rocksteady se movió a las consolas de la próxima generación y creó el juego más abierto de Batman hasta ahora – lo cuál es bueno o malo según gustos. Estas son nuestras impresiones del juego que ya varios medios norteamericanos están llamando “el game del año”, quizás exagerándolo un poco.
Arkham Knight lanzó el 23 de junio pasado para PS4, Xbox One y PC, como la primer aventura de Batman en las nuevas máquinas de Microsoft y Sony. Cabe mencionar que al momento de escribir estas líneas, el juego no está más disponible para PC, ni en Steam ni en ninguna otra tienda por la gran cantidad de bugs que volvían al juego imposible de jugar debido a los constantes errores que mandaban al usuario derecho al escritorio. Esto afortunadamente no ocurre en las versiones de consolas hogareñas, donde el par de bugs que se ven son cómicos y no rompen el juego de ningún modo, pero los jugadores de PC tendrán que esperar a que Rocksteady y Iron Galaxy reparen este port. Pero con errores o no, los fanáticos de Batman van a volverse locos con este Caballero de la Noche hipertecnológico, y con las tremendas escenas de terror y suspenso que protagoniza el malvado Espantapájaros.
Esta nueva aventura de Batman es la más grande hasta ahora. En Arkham Knight, los jugadores tendrán acceso a todo el arsenal del caballero de la noche que ya vimos en las entregas anteriores, pero el espacio donde el juego toma lugar es muchísimo más grande. Con toda Gotham para recorrer, hay muchísimos secretos ocultos, puzzles del acertijo y villanos y enemigos en las calles para limpiar. Cuando los mapas se ponen así de grandes, los desarrolladores suelen agregar un sistema de “fast travel”, para viajar rápido, pero Rocksteady lo solucionó con una alternativa más realista y a tono con la serie, dándole a Batman acceso a su batimóvil al que puede subirse en cualquier punto del mapa, siempre y cuando esté en el exterior y no dentro de un edificio. Eso sí, hay momentos que incluso estando dentro de un edificio vas a tener que usar el batimóvil, y esas secuencias son todas graciosas, interesantes, y de lo más copado del juego.
Arkham Knight aprendió bastante de juegos estilo GTA y otros sandbox en ciudades (es curioso, porque se parece a Sleeping Dogs, que a la vez tomaba mucho de los primeros Arkham), y así Batman tendrá que viajar entre diferentes puntos del mapa para activar eventos o secuencias que muevan la historia. Lo que es más, en muchos de estos eventos estará acompañado por algunos de sus asociados como Robin o Catwoman entre otros, que viene cada uno con su propio arsenal de gadgets y modo de combate diferente como para hacer el gameplay aún más variado. Además, no todo el contenido es obligatorio, y hay muchos puntos opcionales donde hay villanos que no inciden en la historia principal, objetos para coleccionar o desafíos para resolver. Fuera de eso, el combate es lo de siempre: una cuestión de ritmo, y crear combos largos combinando ataques con contraataques, gadgets y movimientos especiales, quizás junto al batimóvil, lo mas interesante del juego. Que sea el mismo de antes no es algo malo, al contrario. Demuestra una vez más cuán a la vanguardia estaba el Arkham Asylum al crear este sistema, mucho mejor que “clones” como Remember Me o X-men Origins: Wolverine.
La historia principal es consecuencia directa de los eventos de los títulos anteriores, y quienes los hayan jugado van a disfrutar mucho más lo que ocurre aunque en ningún momento es una barrera que te impida entender el juego ni bien lo ponés. También ayuda mucho que los gráficos sean espectaculares y la música esté a la altura – pero la alta calidad vista en la línea principal del juego no se traslada del todo a las misiones paralelas, haciendo que la mayoría de este contenido opcional se sienta como relleno, más allá de un par de notables excepciones. Pareciera que en tratar de agregar villanos con el objetivo de crear el juego de Batman más grande de todos se olvidaron de darles una razón para estar ahí más que inflar el juego. Este es un problema común en varios sandbox, y son pocos juegos (The Witcher 3, por ejemplo) los que logran hacer que la calidad de las quests paralelas esté a la altura del resto del juego.
El gran triunfo de Arkham Knight es cerrar el arco general de esta trilogía con un broche de oro, al menos en lo que la porción principal del juego respecta. En ese sentido es ideal que juegues este título si te gustaron los anteriores, porque el final te va a convencer de que este fue un viaje especial, con una conclusión a la altura de lo que es esta saga. Sin embargo, con todo el contenido opcional y quests que no están a la altura de las mejores porciones, este game puede sentirse inconsistente. Lo especial de Arkham Asylum y Arkham City era ver una deconstrucción de Batman, rodeado de enemigos y en su momento de mayor debilidad – cómo seguía avanzando a pesar de todo. Se jugaba con el miedo y el terror que Batman causaba sobre sus enemigos, y la idea del caballero de la noche en territorio enemigo, sólo contra todos. En contraposición, Arkham Knight está tan inflado que Batman nunca se siente en desventaja con tanto aliado, gadget, auto y superhéroe dando vuelta: todo se soluciona yendo y dándoles piñas a los enemigos, y si no es Batman, lo hará alguien más – pero Batman siempre fue más interesante cuando se ponía intimista y batallaba contra sus demonios internos que cuando formaba parte de un ensamble de superhéroes.