La noticia sobre la compra de Arm la anunciaba Nvidia en 2020, pero parece que la aprobación regulatoria se está haciendo desear. Después de investigaciones por la adquisición y demandas por miedo a que la unión de ambas compañías sofoque a la competencia, la compra se hace cada vez más difícil.
Ya pasó casi un año y medio desde que Nvidia anunciaba la compra de Arm por 40 mil millones de dólares y todavía la adquisición sigue en la nada. Con el correr del tiempo, investigaciones y demandas impidieron que esta unión se convierta en realidad y, según Bloomberg, parece que Nvidia ya se dio por vencido y no seguirá insistiendo por la multinacional dedicada a los semiconductores y al desarrollo de software. Nvidia había previsto que la transacción se cerraría en aproximadamente 18 meses, una fecha límite bastante jugada, ya que solo quedan menos de dos meses.
En septiembre de 2020, momento en el que se comunicaba sobre la adquisición, Jensen Huang, CEO de Nvidia, anunciaba que “crearía una empresa fabulosamente posicionada para la era de la IA”. Esta posible compra generó una gran reacción de los reguladores y la industria de chips, incluidos los clientes de Arm, ya que se decía que Nvidia tendría demasiado poder si ganaba control sobre los diseños de chips de Arm.
Sin embargo, después de varios meses y obstáculos, la empresa ya habría informado a sus proveedores que no espera finalizar la unión con Arm, según Bloomberg. Por otro lado, el mismo medio detalla que SoftBank, dueño actual de la multinacional dedicada a los semiconductores, estaría preparando una oferta pública de Arm como alternativa a la compra fallida.
En cuanto a los obstáculos que tuvo Nvidia, recordemos que el mes pasado, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos había dejado en claro su posición y presentó una demanda en donde señalaba que si Nvidia adquiría a Arm la compra sería anticompetitiva. También, meses antes, la Unión Europea inició investigaciones sobre esta posible unión: una en enero, de mano del organismo de control antimonopolio del Reino Unido, y otra en noviembre. En la primera marcaba que Nvidia, quien ya había afirmado que Arm seguiría como proveedor neutral para marcas como Samsung, Apple o Qualcomm, no había “ofrecido suficientes concesiones“.
Los problemas no se quedan ahí. La venta de Arm inquieta a muchos porque sus diseños de chips se utilizan en todo, desde smartphones hasta autos y equipos de fábrica, lo que hace que la neutralidad sea la base de su modelo comercial. Es por esto que varias de las empresas tecnológicas más grandes e importantes confían en la tecnología Arm y no quieren perder el acceso sin restricciones con Nvidia, quien es el segundo fabricante de chips más valioso del mundo y no querrá bajar su puesto.
Es por esto que Qualcomm, Intel, Amazon, Google y Microsoft también se sumaron a la lista de quienes no están a favor de la compra. Estas empresas dieron a los reguladores información para cancelar el acuerdo, según Bloomberg. Antes habían dicho que Nvidia no podía preservar la independencia de Arm, ya que justamente es un cliente de esta multinacional dedicada a los semiconductores, y así podría convertirse tanto en un proveedor como en un competidor de los licenciatarios de Arm.
A pesar de los obstáculos, tanto Nvidia como Arm todavía defienden el acuerdo ante los reguladores y mantienen públicamente su compromiso con la compra:
El portavoz de la Nvidia, Bob Sherbin, le dijo a Bloomberg: “Seguimos manteniendo las opiniones expresadas en detalle en nuestras últimas presentaciones regulatorias: que esta transacción brinda una oportunidad para acelerar Arm e impulsar la competencia y la innovación”.
Por otro lado, si bien el portavoz de SoftBank expresó en un comunicado que tienen “la esperanza de que se apruebe la transacción“, las facciones de Softbank están divididas. Por un lado, algunos presionan por una oferta pública de venta de Arm como alternativa a la adquisición, y por el otro quieren continuar con la transacción, ya que el precio de las acciones de Nvidia casi se duplicó desde que se anunció la compra, cosa que aumentan los 40 mil millones de dólares de la transacción.
Antes que nada, todavía faltan aprobaciones de varias autoridades para ver si la adquisición llega a buen puerto. Además de necesitar la de Estados Unidos y China, la compra de Arm también espera por la de la Unión Europea y el Reino Unido, los cuales están estudiando el acuerdo de cerca.
El acuerdo inicial vence el 13 de septiembre de este año, pero, en caso de que las aprobaciones se demoren, se renovará automáticamente.