El presidente de Nintendo asegura que se quieren ahorrar dolores de cabeza tanto a nivel creativo como de copyright a la hora de crear juegos. Leé más detalles, ¡en esta nota!
Nintendo: la casa de Mario le dice “no” a la inteligencia artificial. A diferencia de otros gigantes de la industria, Nintendo dice que prefiere hacer su desarrollo de juegos sin los “atajos” de la IA generativa. Según el presidente de Nintendo, Shuntaro Furakawa, la marca no sumará sus títulos a los más de 1.000 juegos de IA generativa que ya están disponibles en varias plataformas, una dirección que parece que también tomarán otros grandes estudios.
“La IA generativa, que fue un tema muy discutido en los últimos años, puede ser más creativa pero también reconocemos que tiene problemas con los derechos de propiedad intelectual. Nuestra empresa cuenta con décadas de experiencia en la creación de experiencias de juego óptimas para nuestros consumidores”, afirma Furakawa segun Game World Observer. “Aunque somos flexibles a la hora de responder a los avances tecnológicos, esperamos seguir ofreciendo un valor que nos sea propio y que no pueda crearse sólo con tecnología”.
Algunos de los proyectos de alto perfil incluyen a Neo NPC de Ubisoft, fruto de la colaboración entre Ubisoft, Nvidia e Inworld AI, así como de las ominosas patentes de EA. Ubisoft está adoptando activamente la IA generativa, pero Strauss Zelnick de Take-Two parece que son más equilibradas: “Los éxitos los crea el genio, y conjuntos de datos más computación, más grandes modelos de lenguaje no equivalen a genio. La genialidad está en el dominio de los seres humanos, y creo que seguiremos así”. Por su parte, el CEO de Electronic Arts, Andrew Wilson, dice que va a todo o nada. “Más del 50% de nuestros procesos de desarrollo se verán positivamente impactados por los avances en IA generativa,” declaró.
Es lógico que Nintendo se oponga tan fuerte a la IA generativa. La empresa está en contra de lo “genérico” dado que cualquier cosa que tome su propiedad o se parezca lo suficiente, recibe el peso de sus abogados. Por ahora, parece una de las pocas dispuestas a no usar esta tecnología.